martes, 23 de julio de 2019

¿Qué sucedería al cristianismo si descubriéramos vida inteligente en otros planetas?

En la doctrina cristiana se postula que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, y que sacrificó a su único hijo para salvar a la humanidad. ¿Pero, y si no fuéramos los únicos habitantes del Universo? ¿Quién salvaría a los otros? Entre los expertos, existe cierto consenso sobre el desafío que supondría para el cristianismo el descubrimiento de vida inteligente en otros planetas.
triangulo dios

Revolución religiosa.

No sería la primera vez que esta doctrina se vería en necesidad de modificar sus bases. Ya sucedió en el pasado, cuando la Iglesia reconoció los hallazgos de Nicolás Copérnico sobre que la Tierra no era el centro del Universo, sino que giraba alrededor del Sol. Según Vesa Nissinen, un especialista en religión de la Universidad de Helsinki, una revolución semejante a la heliocéntrica se produciría en el mundo cristiano de llegar a confirmarse la mera existencia de organismos microscópicos, como las bacterias, en otros planetas.
Sin embargo, otros expertos creen que la posible existencia de vida simple en otros mundos no representaría una amenaza para la doctrina evangélica luterana. Aunque, el hallazgo de vida inteligente tendría consecuencias radicalmente distintas. Y es que la confirmación de vida inteligente más allá de los humanos sería motivo de cuestionamientos interesantes. La principal de todas estas dudas sería si, al igual que los humanos, los miembros de civilizaciones extraterrestres fueron creados a imagen y semejanza de Dios.
vigia nocturno
Otro tema importante es el de la salvación: ¿los extraterrestres serían también merecedores de la misericordia divina? Si la respuesta es afirmativa, ¿de qué forma? Nissinen considera que este problema tiene dos abordajes. El primero sería que la humanidad es el pueblo elegido por Dios con el propósito de divulgar la palabra divina a otros seres pensantes. Es decir, los cristianos humanos se convertirían en predicadores interplanetarios. Con esta posición parecen sentirse más cómodos en el Vaticano, según el experto.

Jesús, viajero intergaláctico.

El otro abordaje es que la salvación se otorga a otras civilizaciones del Universo de forma independiente. Aunque este razonamiento parece tener mucha lógica, irremediablemente conduce a conclusiones teológicas sumamente extrañas.
jesus viajero
Según Nissinen, la idea de que tenemos a un Jesús viajero, que va de un planeta a otro sacrificándose, afectaría de forma significativa la idea evangélica sobre la singularidad de este evento.
Pero, lo más complicado sería la llegada de una civilización más avanzada que la humana. Y es que los extraterrestres podrían tener su propio sistema de creencias o, peor aún, presentarse como dioses ante los humanos.
“Hay una postura donde se argumenta que el surgimiento de una civilización extraterrestre conduciría a una crisis religiosa tan profunda que la Iglesia no lograría recuperarse y estaría condenada a desaparecer definitivamente o ser sustituida por algo nuevo”, señala Nissinen.
Pese a esta postura pesimista, recordó que durante los últimos dos mil años el cristianismo ha mostrado gran capacidad de adaptación. Según el experto, los temas espirituales seguirán siendo importante incluso después del encuentro con civilizaciones de otros mundos. Y es que sin importar lo avanzadas que sean estas civilizaciones, es complicado imaginar que tengan capacidad de proporcionarnos una respuesta satisfactoria a las cuestiones sobre el sentido de nuestra existencia.