lunes, 31 de mayo de 2021

actividad humana tiene 1.8 millones de años

 La evidencia más antigua de actividad humana se localizó al interior de una caverna en Sudáfrica. Hace aproximadamente 1.8 millones de años, al interior de la caverna Wonderwerk, en el desierto del Kalahari, nuestros ancestros fabricaban herramientas. Así lo concluyó un equipo de arqueólogos y geólogos a través de un estudio publicado en la revista Quaternary Science Reviews.

caverna Wonderwerk 800
Caverna Wonderwerk, en el desierto del Kalahari, Sudáfrica.

Leyenda del Hombre Lobo



Esta historia es uno de los orígenes más antiguos de la leyenda del hombre lobo. 

Licaón era hijo de Pelasgo, un rey que gobernó Arcadia de forma justa y la hizo prosperar. A su muerte, Licaón asumió el control y dio rienda suelta a algunos de sus vicios ocultos: los sacrificios humanos y la antropofagia. Ovidio afirma que el nuevo monarca tenía la costumbre de atrapar a los viajeros que llegaban a su casa, sacrificarlos en honor a los dioses y después devorarlos, violando así la sagrada ley de la bendita hospitalidad.

Júpiter, molesto, decidió averiguar qué estaba pasando y se hizo pasar por un viajero cualquiera y se hospedó en el palacio de Licaón. Esté se preparó para matar al peregrino, pero, alertado por algunas señales divinas, quiso asegurarse antes de que no era un dios, como afirmaban los temerosos súbditos. Aunque las gentes de Arcadia percibieron el engaño, Licaón pensaba que era un farsante y le ofreció como cena la carne de un hombre. Para ello hizo cocinar la carne de una de sus víctimas o de un esclavo, y se lo sirvió a Júpiter. 

Enfurecido, el dios destruyó la ciudad con sus rayos,  incendió después el palacio que había sido testigo de tanta crueldad, mató a los hijos de Licaón y le convirtió en lobo, pudiendo volver a su forma humana siempre que no hubiera comido carne humana en diez años. Se dice que los aullidos de los lobos son una súplica a Júpiter para que perdone a Licaón.




Cortesía del Tortero Comunista

domingo, 30 de mayo de 2021

SÍSIFO




Sísifo era el hijo del dios Eolo y fue rey de la misma ciudad que él mismo fundó, Corinto, y durante su reinado siempre destacó por su gran ingenio a la hora de gobernar.

Mandó construir unas murallas alrededor de Corinto e hizo que todos los viajeros tuviesen que pagar por pasar por esa ciudad.

Contaba con muchísimos rebaños de ganado en su ciudad y como vecino tenía a Autólico, quien tenía el beneplácito del dios Hermes, el que le había otorgado el poder de convertir los toros en vacas y pasarlas del color blanco a rojo, con lo que el verdadero dueño del ganado nunca encontraría sus reses, a pesar de estar frente a él o muy cerca.

La astucia de Sísifo

Poco a poco, Sísifo vio cómo sus rebaños iban menguando y comenzó a sospechar de que algo extraño pasaba, por lo que intentó poner remedio al asunto grabando en las pezuñas de sus reses una frase: “Me ha robado Autólico” en pequeño tamaño, lo que demostraría que las vacas habían sido robadas.

Ante tal gesto de astucia, Autólico envió a su hija Anticlea para enamorar a Sísifo y que tuviera hijos con él para heredar su inteligencia y astucia para poder lucrarse posteriormente con el ingenio de los hijos de su hija.

Pero Sísifo no solamente demostró astucia en este caso de los robos de reses sino que consiguió engañar a los dioses. Un día en el que estaba en su palacio, Sísifo vio una gran águila que portaba en sus garras una mujer.

En este caso, el águila era una imagen del mismísimo dios Zeus, quien había raptado a Egina, la hija de Asopo, dios de los ríos. Poco tiempo después, Asopo acudió a pedir ayuda a Sísifo, conocedor de su astucia.

Sísifo le dijo que le diría el nombre de quien había raptado a su hija si, a cambio, creaba un río en la colina donde estaba creciendo la ciudad de Corinto, a lo que Asopo accedió.

Sísifo le dijo que había sido Zeus, quien al advertir la presencia de Asopo se convirtió en una piedra para no poder ser detectado.

El castigo de Sísifo

Zeus castigó a Sísifo a ir al mundo de los muertos, con su hermano, el dios Hades, pero gracias a su astucia volvió a escapar de las manos de este dios, posteriormente de Hermes, quien tenía el poder de visitar tanto el Olimpo como el mundo de los dioses e incluso de Perséfone, la esposa de Hades.

Pero finalmente Hermes consiguió atraparlo y llevarlo al reino de Hades, donde fue condenado a subir con una enorme roca a lo alto de una colina y cuando ésta estaba arriba se caía, con lo que ese era el destino de Sísifo, repetir una y otra vez lo mismo durante la eternidad.

🎨Pintura: Sísifo ( 1548- 1549 ). Tiziano ( Italia, 1490 - 1576 ). Óleo sobre lienzo ( 237 x 216 cm ).  Museo Nacional del Prado.



Nota Cortesía De RUCKY Simpatías 

EL LÍO AMOROSO ENTRE TRAJANO Y ADRIANO

 


El joven Adriano siempre se fijó en los amantes de su predecesor, lo cual casi generó una crisis entre ellos.

Adriano procedía de una familia adinerada de migrantes italianos que se habían asentado en Hispania. Conocía perfectamente, gracias a la educación clásica que había recibido, la filosofía helena y sus clásicos. 

Fue nombrado emperador de Roma en el año 117 d.C. y su reinado se caracterizó por reforzar las fronteras más inestables del Imperio. Además, renunció a la política militar que su predecesor había iniciado en Mesopotamia.

Trajano, su predecesor, había apostado por él en todo momento ya que eran familia —Adriano era sobrino segundo por línea materna de Trajano—. Sin embargo, su relación no siempre gozó de cercanía y afectividad.

El motivo que enfrentó a los dos familiares fue amoroso. Ambos estaban casados y a su vez era ampliamente conocido por los ciudadanos del imperio que mantenían relaciones sexuales con otras personas fuera de sus respectivos matrimonios. De esta manera, una vez nombrado emperador, Adriano tenía a Sabina como esposa mientras que a la vez tenía una gran cantidad de amantes, tanto hombres como mujeres.

El problema era que el joven sucesor del Imperio comenzó a fijarse en los jóvenes con los que yacía el emperador Trajano. Tal y como se explica en la Vida de Adriano, "estuvieron a punto de romper relaciones porque a Adriano le gustaban los jóvenes con los que se acostaba Trajano".

Trajano, último gran conquistador emperador, dedicaba su vida privada al vino y a todo tipo de vicios. Sentía debilidad por jóvenes a los que sometía sexualmente, como lo hicieran los antiguos helenos. Fue entonces cuando su sucesor trató de ganarse el afecto de los amantes, entrometiéndose directamente con su familiar y máximo dirigente de Roma.

Este hecho peligró el apoyo del por entonces emperador para nombrar a Adriano como su sucesor. Sin embargo, siempre dejó entrever que él era su favorito y según indican los historiadores Trajano eligió a Adriano como emperador del Imperio romano momentos antes de morir.

• El amante al que se le rindió culto:

Una vez nombrado emperador, Adriano continuó con su esposa Sabina aunque su relación con Antínoo era pública. El emperador había conocido al joven en uno de sus viajes a Asia Menor y desde entonces se convirtió en su amante favorito. Así, no solo sucedía a Trajano como emperador hispano, sino también como admirador de tradiciones helenísticas relacionadas con la pederastia.

Tal fue la devoción que sentía Adriano por Antínoo que cuando este murió ahogado cada rincón del Imperio romano se llenó de imágenes suyas; incluso fue deificado y se le rindió culto durante años.

De esta manera, numerosas esculturas con su rostro han llegado hasta nuestros tiempos, un hecho insólito teniendo en cuenta que jamás perteneció a la familia imperial. La historia de amor entre Adriano y Antínoo, además de la de Trajano con sus amantes varones, no fue la excepción.

Emilio Del Río señala en Calamares a la romana (Espasa) que "en el mundo romano existió el matrimonio homosexual". A Julio César siempre se le atribuyeron relaciones tanto con hombres como con mujeres; Calígula amó a Lépido y a Mnester y Nerón mantuvo relaciones homosexuales con su asistente personal, Tigelino.

La normalización y aceptación de la homosexualidad en el Imperio romano fue desapareciendo a raíz del auge del cristianismo. El código legal de Justiniano reiteró una ley del primer emperador romano que condenaba a muerte a los ciudadanos que "se atrevieran a practicar lujuria abominable con hombres". Así, se convirtió en el primer emperador en aplicar leyes en contra de la homosexualidad de forma contundente.




Cortesía de los 3 huastecos 

sábado, 29 de mayo de 2021

Tener, o no tener, "scrupulus"

 


Ésta "de escrúpulo (del latín scrupulus)" es una de las palabras más fascinantes del diccionario. El de la RAE dice, como primer significado: "Duda o recelo que punza la conciencia sobre si una cosa es cierta, si es buena o mala.

Sin embargo escrúpulo denomina la piedrecita que tanto incomoda cuando se mete en el zapato; nos llegó del latín scrupulus, diminutivo de scrupus ‘piedra pequeña y puntiaguda’ que, a menudo, era un problema para los legionarios romanos durante sus largas marchas. Las pequeñas piedras se infiltraban en sus sandalias "caligae", entre la planta y el pie, provocando molestias.

Los legionarios se enfrentaban a una dura elección: sufrir mientras seguían avanzando, o detenerse para sacar a las piedrecitas, a riesgo de frenar la columna y sufrir las reprimendas de sus superiores.

Tribunos, legados, senadores que iban a caballo o se hacían llevar en literas, no tenían "scrupulus".

Con  el tiempo la expresión "tener scrupulus" dejó el ámbito militar para referirse a cualquier duda sobre la conducta a adoptar.





Cortesía Doña Coco


HISTORIA DEL BESO EN LA ROMA ANTIGUA

 


 El lus osculi o derecho de beso permitía al marido y familiares cercanos de una mujer para asegurarse que no había bebido vino.

 El consumo de esta bebida estuvo prohibida a las mujeres durante gran parte de la historia de Roma. Se consideraba que podía inducirlas al adulterio e incluso que tenía propiedades abortivas.

 La prohibición era severa: una mujer que diera "positivo" con esa dudosa prueba de alcoholemia podìa ser repudiada o castigada por su marido -o en ausencia de éste, por sus familiares directos- sin necesidad de juicio público.

 Varios historiadores de finales de la República y principios del imperio hacen mención a este derecho, que según la tradición habría sido establecido por Rómulo. Estuvo vigente como mínimo limitarlo a los casos en los que existiera la sospecha fundada de que la mujer había estado bebiendo. 





Cortesía del Cara de Molcajete

viernes, 28 de mayo de 2021

OBTENER EL CINTURÓN DE HIPOLITA


Dentro de la mitología Griega tenemos que la reina de las Amazonas Otrera concibió cuatro hijas: Melanipa, Antíope, Pentesilea y una cuarta Hipólita, hija de Ares (dios de la guerra) quién le concedió a ella su cinturón mágico.

Dentro de la lista de órdenes recibidas por Euristeo, Hércules debía obtener el cinturón mágico de Hipólita, todo esto a petición de Admete (hija de Euristeo).

Hipólita era la reina de las Amazonas, que vivían en torno al río Termodonte, se destacaban en lo relativo a la guerra, era una tribu de mujeres que adoptaron las labores varoniles, a su vez se extirpaban el seno derecho para poder disparar con comodidad; solo extirpaban uno pues  si llegaban a tener descendencia solo criaban a las hembras, y amamantaban con el seno izquierdo.

Hipólita poseía el cinturón mágico de Ares como símbolo de su superioridad sobre las demás Amazonas y es por esa razón que Admetes quería obtenerlo, para ella destacar sobre las demás.

Es así pues que Hércules emprendió su camino en búsqueda de aquel cinturón; y erradicaron varias versiones de los sucesos.

• Se enamora de Hércules:

En la primera versión, se tiene que Hipólita al ver a Hércules quedo enamorada por completo y accedió a entregarle el cinturón sin ninguna objeción.

En otra versión, se dice que Hércules secuestró a Melanipa (hermana de la reina), y exigió el cinturón como rescate. Garantizando la vida y libertad de su hermana.

De allí surge que, al obtener el cinturón Hércules. Uno de sus compañeros Teseo, secuestro a la otra hermana de Hipólita, Antíope.

Situación que empeoró con la intervención de Hera (enemiga de Hércules) que se hizo pasar por Amazonas y difundió el rumor de que Hércules estaba allí para atacarlas y hasta llevarse a la reina. A pesar de esto, Hércules y Teseo lograron huir llevando consigo el cinturón y la princesa Antíope.




Cortesía del Chilango Rappi 

EL MURO DE LOS LAMENTOS



Después de la esclavitud de Egipto, el pueblo Hebreo permaneció en el desierto por 40 años; durante este tiempo, Dios les entregó los 10 mandamientos y para su resguardo, los Hebreos, guardaron el preciado legado, en un cofre que más tarde se conocería como el Arca de la Alianza. Construyeron también un Tabernaculo, un santuario sagrado que los acompañó hasta su llegada a la tierra prometida. Años después el Tabernaculo fue sustituido por el Templo construido por el rey Salomón, alrededor del año 960 antes de la era cristiana. El Templo se levantó sobre el monte Moriáh, en la ciudad de Jerusalén. Podría decirse y con su debido respeto, fue el primer pueblo monoteísta de la historia. Cuidó de sus mandamientos y de su Templo, hasta que el imperio de Babilonia, invadió y destruyó el sagrado Templo, en el año 586. Los israelitas fueron desterrados hacia Babilonia; pero durante su exilio, nunca dejaron de anhelar su regreso.

 Menos de un siglo después, el deseo se hizo realidad, el rey persa Ciro II, conquistó Babilonia en el año 539. El año siguiente permitió el regreso de los judíos a su añorada ciudad. Se comenzó la construcción del segundo Templo, el mismo que culminó en el año 515 A.C. y que permaneció de pie por más de cinco siglos. Pero en el año 70 A.C. por orden del emperador Tito, el Templo Judío fue de nuevo destruido.



 Hoy nada se sabe del Arca de la Alianza, que el sagado Templo guardaba en su interior. El ùnico vestigio del Templo, es la parte de la muralla de la explanada del exterior occidental. Una pared: El Muro de los lamemtos, tiene un gran valor histórico, religioso y espiritual. (GRUPO PROTAGONISTAS DE LA HISTORIA) .




Cortesía del RompeCorazones 

jueves, 27 de mayo de 2021

sokushinbutsu

 



Las montañas de Dewa Sanzan, en la prefectura japonesa de Yamagata, son un centro de peregrinación budista desde hace siglos. El lugar está repleto de santuarios, donde en la actualidad los fieles realizan peregrinaciones anuales y los excursionistas, arduas rutas de senderismo. Pero este lugar esconde un secreto. En algunos de los templos de la región se exponen, en un lugar de honor, las momias de unos monjes, perfectamente conservadas, vestidas con sus túnicas y sujetando los rosarios de oración con sus resecas manos.

Hacia 1960, llegó a la región un grupo de investigadores locales atraídos por los rumores sobre la existencia de estas momias y descubrieron seis en cinco templos. A raíz del hallazgo se formó un comité de investigación compuesto por varios especialistas de universidades japonesas para estudiar el fenómeno. Un año después, un equipo de científicos e historiadores visitó los templos y pidió permiso a los monjes para estudiar las momias, ya que llamaba mucho la atención el excelente grado de conservación de los cuerpos, teniendo en cuenta la elevada humedad del clima japonés. Los investigadores estaban decididos a llegar al fondo de la cuestión y descubrir los detalles del misterioso proceso de momificación que allí se llevó a cabo.

AUTOMOMIFICACIÓN PARA CONVERTIRSE EN BUDA

La momificación no era desconocida en Japón; de hecho se habían descubierto algunos cadáveres momificados del siglo XII. Parte del proceso consistía en extraer los órganos internos para evitar una rápida descomposición. Pero cuando los expertos empezaron a estudiar las momias de Yamagata descubrieron, para su sorpresa, que sus órganos internos estaban intactos y, más sorprendente aún, que habían empezado a secarse ¡antes de morir! Al parecer, estos monjes se momificaron a sí mismos, en un extraño ritual de suicidio llamado sokushinbutsu (que literalmente significa “conseguir la budeidad en vida”).

Los investigadores vieron que los órganos internos estaban intactos y habían empezado a secarse antes de la muerte.

Los monjes de Yamagata pertenecían a la escuela shingon y se sometían a unas prácticas de ascetismo extremas. Pensaban que su muerte era un acto de redención y que el sufrimiento les permitiría alcanzar el Tushita, una Tierra Pura, un lugar donde lograrían la iluminación mediante la meditación, algo que les permitiría velar por los seres humanos. Para alcanzar esas cotas de poder espiritual era necesario que los cuerpos de los monjes no desaparecieran; debían ser preservados por medio de la momificación.


Para llevar a cabo este proceso, el monje se abstenía de comer cereales y grano durante mil días, y se alimentaba exclusivamente de semillas y frutos secos –en ese tiempo, se dedicaba a la meditación y a ayudar a la comunidad en las tareas más duras–; una vez finalizada esta etapa, y durante mil días más, el monje ingería tan sólo semillas. Este ayuno extremo procuraba al monje un gran sufrimiento, requisito básico para alcanzar la iluminación, y, a la vez, ayudaba al proceso de momificación ya que se eliminaba toda la grasa y el agua del cuerpo (así se evitaba la proliferación de bacterias e insectos tras la muerte). Era necesario, asimismo, beber un té preparado con la corteza de un árbol, el urushi, que contiene un agente químico muy tóxico y que se mantiene en el cuerpo incluso después de morir. Este veneno provocaba vómitos recurrentes, lo que contribuía a eliminar fluidos corporales.

Los monjes que iban a automomificarse bebían un té preparado con la corteza del urushi que contenía un agente químico de gran toxicidad

Tras finalizar esta "purga", el monje se introducía en una estrecha caja de madera construida al efecto. Allí, sentado en la posición del loto, iniciaba su meditación final, mientras la caja se cerraba, dejando un pequeño resquicio por el cual se introducía una caña de bambú para que pudiese respirar. El monje llevaba consigo algunas raíces para continuar alimentándose y una pequeña campana, que tocaba una vez al día para indicar que seguía con vida. Cuando ésta dejaba de sonar, la comunidad retiraba la caña y se sellaba la caja. Pasados mil días, la caja se abría y se comprobaba si el monje había alcanzado el sokushinbutsu. Si era así, la momia resultante se situaba en un lugar visible en el templo y era adorado como un buda viviente. Si no lo había conseguido y el cuerpo estaba deteriorado, se procedía a enterrar al monje con todos los honores. 

EL ÚLTIMO SOKUSHINBUTSU

No está claro cuando comenzó a practicarse el sokushinbutsu en Japón, pero se cree que el primer intento tuvo lugar hacia 1080, aunque parece ser que no tuvo éxito. Desde entonces muchos monjes han intentado alcanzar el sokushinbutsu, pero pocos lo han logrado. Curiosamente, los que han tenido más éxito han sido los monjes de Yamagata, que es donde se han localizado más momias (aproximadamente una veintena). De hecho, el último monje que practicó con éxito el sokushinbutsu fue Tetsuryukay en 1877.

El emperador Meiji prohibió ese año la automomificación en todo el país, pero Tetsuryukay, que había estado preparándose para ello durante años, decidió seguir adelante con el proceso a pesar de la prohibición. En 1878 se selló su tumba. Tras el tiempo preceptivo, sus seguidores abrieron la tumba en secreto y comprobaron con alborozo que su maestro había alcanzado el sokushinbutsu. Entonces, para eludir el castigo por desobedecer la orden imperial, cambiaron los registros del templo y alteraron la fecha de la muerte de Tetsuryukay a 1862. Así, la momia del monje fue expuesta sin problemas en el templo de Nangakuji, donde el último sokushinbutsu de Japón aún puede verse en la actualidad.







El Robo de la Mona Lisa

 


El famoso Museo del Louvre fue el centro de atención del mundo, al ser víctima del robo de la Mona Lisa, a plena luz del día en 1991.

Cada año, millones de visitantes de todo el mundo acuden en masa al Louvre para conocer a la Mona Lisa, esa mujer con una leve sonrisa y su estilo renacentista italiano. Asimismo, la pintura de Leonardo da Vinci del siglo XVI se ubica como una de las imágenes más reconocidas del mundo. 

Al igual que se desconoce la fecha de la pintura, nadie está seguro de quién es el retrato.Una de las teorías más populares es que se trata de Lisa del Giocondo, madre de cinco hijos y esposa de un comerciante de telas y seda que era mucho mayor que ella. 

Otras teorías sugieren que la Mona Lisa es un autorretrato del propio Leonardo da Vinci. En otras palabras: nadie está muy seguro de a quién se supone que representa la Mona Lisa.

Robada y escondida como botín

El 21 de agosto de 1911, un ladrón vestido con una bata blanca de trabajador entró al Louvre, cerrado porque era lunes. En el Salón Carré, la galería de tesoros renacentistas del museo, levantó una pequeña pintura de madera de la pared y retiró su caja de sombra de vidrio: La Mona Lisa.

Escondiendo la obra de arte debajo de su bata, salió a las calles de París con su botín. Pasarían veintiséis horas antes de que un cuando pintor entrara al Louvre para admirar a la Mona Lisa, y descubriera  cuatro clavijas de metal.

Rápidamente alertó a la seguridad, quien a su vez alertó a los medios. Sin embargo, incluso con búsquedas en todo el mundo, cada pista llegó a un callejón sin salida. 

Pablo Picasso y Guillaume Apollinaire fueron dos principales sospechosos (en un momento, incluso Apollinaire fue arrestado e interrogado).

¿Dónde quedó la Mona Lisa?

Durante dos años, la pintura permaneció desaparecida. Sin cables y sin cámaras de seguridad (una época en la que la tecnología aún no podía grabrar nuestros movimientos), nadie tenía idea de dónde podría estar la Mona Lisa. Sin embargo, en noviembre de 1913, un comerciante de arte en Florencia recibió una solicitud innegable.

Un hombre llamado Leonardo Vincenzo (que luego resultaría ser Vincenzo Peruggia) escribió al comerciante de arte Alfredo Geri y le ofreció la Mona Lisa (por la suma de 500 mil liras).

Geri aceptó la oferta y Vincenzo viajó en tren a Florencia, con la Mona Lisa casualmente metida en su bolso …

Cuando llegó a Florencia, reservó un hotel, y llevó la pintura a Geri. El comerciante de arte lo persuadió para que dejara la Mona Lisa durante la noche y rápidamente alertó a la policía. La Mona Lisa había sido encontrada.

¿Cómo robó Vincenzo la Mona Lisa?

Resulta que el plan simple de Vincenzo Peruggia fue bastante efectivo. Peruggia trabajó en el Louvre haciendo fundas protectoras para algunas de las obras más famosas del museo. Un día, simplemente se escondió en un armario de escobas para evitar ser echado del museo a la hora de cerrar.

Durante la noche, Peruggia simplemente enrolló la obra maestra y la escondió debajo de su bata de trabajo. Al día siguiente, durante las horas del día, simplemente salió del museo con la obra maestra, aparentemente sin ser detectado. 

Cuando finalmente atraparon al italiano, afirmó que había robado la Mona Lisa en un intento por llevarla de regreso a su lugar de origen, Italia. Había asumido erróneamente que los franceses habían robado La Gioconda y que simplemente estaba tratando de devolverla a Italia.

Cuando finalmente fue arrestado, recibió una sentencia de cárcel de seis meses bastante indulgente. Muchos italianos pensaban en él como un héroe y cuando la pintura se exhibió brevemente en la Galería Ufizzi en Florencia (antes de su regreso al Louvre), miles acudieron en masa para verla.

Tras la liberación de Vincenzo Perguggia de la cárcel, pasó a servir en el ejército italiano durante la Primera Guerra Mundial. Después, se casó y tuvo una hija.

Más tarde, regresó a Francia para trabajar como pintor y decorador. Peruggia murió a los 44 años, convirtiendo a la Mona Lisa, aún más, en la pintura más famosa del mundo.



Cortesía de Padme 

miércoles, 26 de mayo de 2021

EL MISTERIO DE LA SALA DE ÁMBAR.



Conocida por muchos como la octava maravilla del mundo, esta cámara fue encargada por Sofía Carlota de Hannover, quien buscaba recubrir una de las habitaciones de su palacio de la forma más bella posible.

 Finalmente, el artesano encargado del proyecto decidió usar ámbar para el trabajo, y el resultado no pudo ser mejor.

Se trataba de una lujosa habitación del zar de Rusia formada por paneles de distintos tamaños, zócalos y muebles repletos de astillas de ámbar. Los adornos se hicieron con ámbar y oro, gemas y espejos, que finalmente acabarían en el Palacio Real de Berlín. En 55 metros cuadrados se emplearon hasta 6 toneladas de ámbar.Con el paso de los años, la maravilla resultante fue ofrecida como regalo al zar Pedro el Grande de Prusia por Friedrich Wilhelm I en 1716

Pero la belleza también atrajo a las tropas de Hitler, las cuales robaron la cámara de un palacio cercano a San Petesburgo en 1941 y lo llevaron hasta Koenigsberg (actual Kaliningrado). Allí, desapareció sin dejar rastro dando lugar a todo tipo de teorías que abarcan desde la posibilidad de que fuera destruida, hasta que fue transportada Alemania y escondida

La mayoría de historiadores afirman que lo más probable es que el«Salón de Ámbar» fuera llevado hasta el oeste de Koenigsberg por Erich Koch (gobernador de varios territorios ocupados por las tropas de Hitler). Todo ello, cuando los soldados soviéticos se acercaban a Berlín con el cuchillo entre los dientes con el objetivo de vengarse de todas las tropelías cometidas por los alemanes en la U.R.S.S.

Posteriormente, la pieza llegó a ser buscada por la temible policía de la Alemania Oriental (más conocida como la «Stasi»), aunque sin éxito. Tampoco faltaron los cazadores de recompensas que se aventuraron durante años a encontrar su paradero, los cuales fallaron.

¿Un misterio resuelto?

Ahora, más de 70 años después de su desaparición, un investigador de 68 años de edad llamado Karl-Heinz Kleine afirma haber encontrado en la zona industrial del Ruhr (en la Alemania occidental) el paradero de la «Salón de Ámbar».

Concretamente, afirma que la obra de arte se encuentra enterrada en una cámara oculta bajo la ciudad de Wuppertal. Después de analizar la evidencia, el jubilado ha concluido que Erich Koch, que fue administrador en jefe de los nazis en Prusia Oriental, pudo haberla enviado a su ciudad natal.

Se considera uno de los tesoros perdidos más grandes del mundo.

Lugar: Rusia

Valor estimado del tesoro: 170,000,000 dólares

Fecha clave: 1943

Contenido: una habitación completa compuesta de ámbar, oro y joyas.



Cortesía de MONA GILBERTONA

Loïe Fuller



Haber nacido Mujer y en una granja de Hinsdale, Illinois, en enero de 1862, seguramente no ofrecía una vida demasiado interesante, pero Loïe Fuller ya a los dos años subía a un escenario. Comenzó su carrera  como actriz, y pronto pasó a escenarios de burlesque y vodevil, aunque solo era conocida a nivel local.

Desarrolló su propia coreografía, donde aparecía con una falda increíblemente larga, a los que añadió un juego de luces de colores que resaltaban sus movimientos, y a la que llamó “Danza Serpentina”. 

Al año siguiente llega con ese espectáculo al París de la Belle Époque,  el Art Noveau, de los inventos, el cine y las Vanguardias Artísticas y Culturales.

Con un estilo que marcaba una ruptura total con lo conocido como Danza Clásica, Loïe es una pionera de la Danza Moderna, incorporando las más recientes tecnologías de esa época, a un movimiento que inspiraba una Libertad como si ella misma formara parte del viento, entre esas olas de seda, con una paleta de colores casi Impresionista, casi

una catársis de liberación emocional que se expresa a cada instante.



Conoció a Edison y los esposos Curie, y fué modelo de Toulouse Lautrec, que la reflejó en muchos de sus más icónicos afiches. Auguste Rodin se dió por vencido al intentar esculpirla; ella jamás se quedaba quieta.

Su Arte la llevo desde una granja Americana hasta la Ópera de París.

Este concepto de una Danza casi instintiva y Libre, donde la Técnica da paso a la Pasión, inspirará a Serguéi Diaghivev en sus legendarios Ballets Russes.

Creó una Escuela donde una de sus alumnas sería también una leyenda, Isadora Duncan.



Murió en 1928.

Fué como Meliés, una Maga, una Ilusionista, que marcó tendencias y un camino que muchos recorrieron definiendo un nuevo lenguaje para el Arte...





Cortesía del Sentido Chilango Tortero

martes, 25 de mayo de 2021

La melancolía de «El Rey Loco»: Felipe V sufría un trastorno bipolar.

 


El Monarca, conocido como «El Animoso» por sus extraños cambios de humor, desarrolló con la edad el comportamiento de un maníaco depresivo. Al trastorno bipolar se sumó un delirio nihilista de Cotard: «A veces se creía una rana»

La mañana del 4 de octubre de 1717, como si fuera una locura programada para estallar de golpe, Felipe V sufrió un ataque de histeria cuando salió a cabalgar: creía que el sol le atacaba.

 Aunque el carácter del primer Rey de la dinastía Borbón siempre había oscilado con preocupante rapidez de la euforia a la depresión, nada hacía prever el comportamiento extraño de aquel día. A partir de entonces, el Rey inició un lento viaje hacia la locura extrema.

 No se dejaba cortar por nadie el cabello ni las uñas porque pensaba que sus males aumentarían. Así, las uñas de los pies le crecieron tanto que llegó un momento que ya no podía ni andar. Creía que no tenía brazos ni piernas. Y que era una rana.

Felipe V de Borbón fue el sucesor elegido por el último monarca de la casa de Austria, su tío-abuelo Carlos II, para convertirse en el primer Rey de la casa de Borbón en España, tras imponerse en la Guerra de Sucesión española. No obstante, su larguísimo reinado de 45 años y 3 días el más prolongado en la historia de España quedó marcado por el deterioro de su salud mental y la fallida abdicación a favor de su hijo Luis I, que falleció 229 días después de ser coronado víctima de la viruela.

 Finalmente, Felipe V, llamado «el Animoso» por la oscilación de su humor, falleció con la corona todavía en su cabeza y sumido en un estado de locura tan evidente que «hasta los pintores de cámara habían tenido que reflejar la decrepitud del Rey, hinchado y torpe, con las piernas arqueadas y la mirada perdida».


Desde la juventud, el carácter melancólico de Felipe V siempre fue conocido entre sus consejeros más cercanos. El futuro Rey de España –un adolescente tímido, abúlico e inseguro– caía continuamente en breves periodos de depresión. De este estado pasaba a uno de euforia en cuestión de minutos, como hizo gala en varias batallas contra los austracistas en la Guerra de Sucesión. Pocos años después del final de la guerra, cuando se vio enclaustrado en el viejo y oscuro Alcázar de Madrid, empezaron a aparecer con mayor frecuencia los «vapores melancólicos», que le obligaban a encerrarse y a confesarse de continuo. Un extraño comportamiento que recordaba al de su madre María Ana Victoria de Baviera, la cual pasó la mayor parte de su estancia en el Palacio de Versalles encerrada en sus aposentos a causa de una persistente depresión.

«Solo la guerra lo sacó por breves momentos de su apatía congénita, lo que le valió el sobrenombre de “animoso”. Toda su vida estuvo dominado por sus familiares», sostiene la historiadora francesa Janine Fayard sobre el perfil psicológico del Monarca. Ciertamente, el final de la guerra y la vida en los despacho le sumieron en un estado de aburrimiento, donde nunca fue capaz de encontrar aficiones e intereses que le sacaran de la apatía. Quizás fue su adicción incontrolada al sexo –aderezado por sus temores religiosos– lo único que consiguió mantener ocupada la mente del Rey. Su primera mujer, Maria-Luisa Gabriela de Saboya, que se casó con 14 años, supo satisfacer hasta su prematura muerte las exigencias de un hombre muy fogoso en el lecho real. La Reina falleció en 1714, después de darle dos herederos varones, los futuros Reyes Luis I y Fernando VI. Su muerte coincidió con los primeros compases de la enfermedad mental que consumió poco a poco la salud del Rey.

Un maníaco depresivo, en la Corte

El año 1717 es señalado por todos los historiadores como la erupción de su locura más primitiva. Empezó a protagonizar ataques de histeria en público, a sufrir terribles pesadillas en la más recurrente trataba de ensartar a un fantasma con una espada y en ocasiones creía ser una rana.

 Además, el deterioro mental vino acompañado de dolencias físicas: graves cefaleas, astenias, trastornos gástricos y se convirtió en un gran hipocondríaco sentándole mal cualquier cosa que comía.

Un punto recurrente en sus episodios de locura durante este periodo fue la relación con su segunda esposa. Siete meses después de la muerte de la Reina, contrajo matrimonio con la italiana Isabel Farnesio de Parma. Una mujer hacia la que desarrolló una fuerte dependencia sexual y afectiva, que se asentaba en el carácter férreo y autoritario de ella. Ambos se hicieron inseparables y engendraron al que sería el futuro Carlos III, pero la Reina tuvo que sufrir la fase más dura de la enfermedad del Rey. 

A principio de su matrimonio, el Monarca se obsesionó con que su ropa y la de su esposa irradiaba unaa luz mágica.

 Como respuesta, estableció vigilancia permanente sobre su ropa personal y encargó a monjas que la elaboraran exclusivamente a partir de entonces, como medida para espantar al diablo. Pese a todo, Felipe V no tardó en mostrar un grave problema de higiene personal: no se cambiaba de ropa interior hasta que quedaba hecha jirones y nunca se ponía ninguna camisa que su esposa no hubiera utilizado antes.

El Rey empezó a vivir durante la noche y a dormir durante el día

El hispanista Henry Kamen, que ha estudiado de forma amplia la figura de Felipe V y ha revisado su cuadro médico, concluye, en la biografía que le dedicó en 2001, que el Monarca sufría un trastorno bipolar. 

El diagnóstico de esta enfermedad, comúnmente encuadrado como Trastorno Bipolar Tipo I, responde a muchos de los síntomas que padeció desde joven el Monarca. Así, dentro de período depresivo que registran estos enfermos se incluye un sentimiento constante de tristeza, desesperanza, pérdida de interés por actividades de las que la persona antes disfrutaba, timidez, irritabilidad, dolor crónico y desórdenes del sueño.

 De hecho, a partir de 1728 el Rey empezó a vivir durante la noche y a dormir durante el día. Recibía a ministros y embajadores después de la medianoche en sesiones que duraban horas.

Por su parte, la fase maníaca depresiva de Felipe V explica los episodios paranoicos, la exagerada actividad en el plano sexual y las alucinaciones que aparecieron a raíz de la muerte de su primera esposa.

 No en vano, el médico psiquiátrico Francisco Alonso Fernández precisa, en un estudio para la Real Academia de Medicina, que fue en la tercera etapa de su reinado (1726-1746) cuando se mostraron los peores y más violentos síntomas de la enfermedad. La causa que pudo desencadenarlo fue la fallida abdicación que protagonizó a favor de su hijo Luis I.

Quizá guiado por los estragos de su enfermedad o porque el Monarca albergaba la ambición de reinar en Francia si fallecía prematuramente Luis XV, Felipe V firmó el 10 de enero de 1724 un decreto por el que abdicaba en su hijo Luis, de diecisiete años, casado con Luisa Isabel de Orleans, dos años menor que éste. 

A continuación, los Reyes padres se retiraron al Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, pero la reina estuvo siempre perfectamente informada de lo que sucedía en la Corte de Madrid. 

No obstante, Luis I enfermó ocho meses después de viruela y murió el 31.

 Y aunque al haber abdicado el sucesor tendría que haber sido el otro hijo varón, la rápida actuación de la Reina Isabel de Farnesio devolvió la Corona a Felipe V. Todo ello haciendo frente a ciertos sectores de la nobleza castellana que apoyaban la opción de Fernando, argumentando que no cabía la marcha atrás en la abdicación de un rey.

El Rey que Reino dos veces

Precisamente por ello, se dice que Felipe V es el único Rey que reinó dos veces en España. Pero tras la muerte de su hijo Luis, su depresión no le permitió hacerlo de la misma manera. 

«Este segundo reinado estuvo dominado por los repetidos episodios melancólicos, cada vez más graves y continuos, complementados con pequeños brotes hipomaniacos (episodios destructivos), casi siempre provocados por estímulos externos positivos, que operaban a través de un sistema hipersensitivo emocional», explica en su texto Francisco Alonso Fernández.

 Asimismo, al trastorno bipolar se añadió un delirio nihilista de Cotard (delirio de negación), que se reflejaba en la negación de tener brazos y piernas, o de mantenerse vivo, «o de conservar la identidad humana al creerse convertido en una rana».

Desde el punto de vista político, este segundo Felipe hizo las veces de Rey consorte de su mujer, Isabel de Farnesio. 

Una muestra del poder de su esposa se refleja en que los documentos y cartas del periodo contienen la frase «el Rey y yo», como emblema de una singular monarquía dual en la que quien tomaba las decisiones era la Reina.

«Hacía muecas y se mordía a sí mismo, cantaba y gritaba desaforadamente»

En sus años finales, Felipe V se recluyó en el palacio de El Pardo, donde vivía de forma huraña. «Se había empeñado en llevar siempre una camisa usada antes por la Reina, porque temía que le envenenasen con una camisa; otras veces prescindía de esa prenda y andaba desnudo ante extraños; se pasaba días enteros en la cama en medio de la mayor suciedad, hacía muecas y se mordía a sí mismo, cantaba y gritaba desaforadamente, alguna vez pegó a la Reina, con la cual se peleaba a voces y repitió tanto sus intentos de escaparse que fue preciso poner guardias en su puerta para evitarlo», relata el historiador Pedro Voltes en «La vida y la época de Fernando VI».

A la muerte del Rey, Fernando VI el único hijo varón vivo de su primer matrimonio ordenó a su madrastra, la Reina viuda Isabel de Farnesio, que abandonara el palacio real del Buen Retiro y se marchara a vivir a una casa de la duquesa de Osuna. 


Más tarde ordenó su destierro como castigo a los desprecios que había aplicado, desde su posición de poder, a los hijos y consejeros de Maria-Luisa Gabriela de Saboya.




Cortesía de Doña Natus

Los auténticos Cambiapieles: Los nahuales

 


Según varias civilizaciones antiguas, se cree que al nacer, cada individuo tiene un animal como espíritu, que toma el papel de protector y guía. En algunos casos, estas criaturas únicamente se manifiestan como una figura que se aparece en sueños, o bien, hay personas que encuentran una afinidad especial con ese animal.

Pero hay quienes tienen un contacto mucho más intenso e íntimo con sus criaturas. En Mesoamérica, por ejemplo, surgieron los llamados "nahuales", un tipo de chamanes que tenían la capacidad de transmutarse en un animal. El término viene del náhuatl nahualli, que quiere decir "oculto", "escondido" o "disfraz".

Estos brujos tenían aptitudes diferentes, pues contaban con aspectos útiles como la visión del águila, el oído del ocelote o el olfato del lobo. Dichas técnicas servían a la hora de realizar curaciones, pero la realidad es, que algunos no empleaban la metamorfosis para hacer el bien.

Existe mucha confusión sobre los nahuales y los tona, aunque no deben confundirse. En el caso del nahual, este término se refiere a una persona con la capacidad de transformarse en animal o en otro ser. Por otro lado, el tona “es un animal que entabla una relación mágica con el individuo desde su nacimiento”.

Se dice que en México todavía existen los nahuales, y es que se trata de una tradición indígena que tanto mexicas como mayas practicaban. En la cosmovisión azteca, los nahuales eran protegidos por el señor de la noche, Tezcatlipoca. La leyenda cuenta que la transformación solo sucedía cuando el sol se metía, y que algunos, aprovechaban para robar semillas y gallinas.

Según el académico Aguirre Beltrán, los nahuales nacían bajo el signo Cequiahuitl. Aunque según otros expertos, los niños nobles que eran ofrecidos “al agua el día de Ceechecatl, que estaba dedicado a Quetzalcóatl”, también eran propensos a ser nahuales.

Por otro lado, una de las leyendas indica que los nahuales desaparecían del vientre de sus madres en cuatro ocasiones. Otro mito indica que los nahuales lo sabían todo sobre el Mictlán y que vivían en el templo.

Los nahuales podían ser buenos o malos. Si eran buenos, se consideraba una persona sabía, con poderes de adivinación, ayuda al prójimo, puede atraer la lluvia y repeler el granizo. En contraste, si un nahual es malo, esta persona es descrita como un malvado hechicero que busca afectar a las personas.

De acuerdo con narraciones coloniales, que cazadores españoles contaban en la época del virreinato, animales que habían sido asesinados por la noche amanecían al otro día como cadáveres de hombres.

Es importante mencionar que en la época prehispánica, diversas deidades han destacado por tomar la forma de un animal para poder comunicarse con los humanos. Por ejemplo, Tezcatlipoca era un jaguar y a veces un coyote, Quetzalcóatl una serpiente y hasta una hormiga y Huitzilopochtli un colibrí.

El antropólogo Francisco Rivas Castro, especialista en tradición oral del Instituto Nacional de Antropología e Historia, ha estudiado diversos códices en los que se considera que estos seres aparecen ,el códice Laud, el Fejérváry-Mayer y el códice Borbónico, junto con el Lienzo de Ihuitlán del siglo XVI, y explica que el ‘nahual’ está presente en la tradición mexicana desde hace más de 3,000 años; su figura, afirma, era para las culturas prehispánicas uno de los elementos de mayor relevancia espiritual.

Pero los nahuales tenían otras habilidades, también podían manejar la lluvia o el granizo según lo requirieran las cosechas (temperos), eran curanderos y dominaban el arte de la adivinación. La creencia en los nahuales, en su concepción de entes protectores y guías espirituales, fue adoptada por la mayoría de las culturas prehispánicas, a veces con diferentes nombres.

Cada nahual, ya fuera oso, gato o tecolote, tenía características diversas que se suponía compartía con su respectivo humano. Sin embargo, otras culturas alrededor del mundo, como los chamanes en Siberia, también pensaban que existía una unión espiritual entre humanos y animales; un alter ego con el que compartían un fragmento de alma.

Los nahuales Tzeltales

En Chiapas, la comunidad Tzeltal considera que el nahual es “un espíritu familiar adquirido por los ancianos o personas destacadas del grupo”. Se cree que la persona adopta su forma animal por las noches, con el objetivo de vigilar a la comunidad y castiga a los que rompen las reglas. En este caso, el nahual se convierte en una figura de autoridad y control social.

Según los tzeltales, los hombres de esta comunidad pueden tener varios nahuales, aunque pueden perder alguno se rompen las normas sociales.

Nahuales en Candelaria, Coyoacán

En este pueblo ubicado en la Ciudad de México, se creía que los nahuales tomaban forma humana, comúnmente la de un perro, burro o becerro. También se cree que no envejecen y que solo los hombres pueden ser nahuales.





Cortesía de la Nahuala Santera Cirugiada de los blog's 

lunes, 24 de mayo de 2021

Mitrídates VI : el rey del Arsénico

 


Durante su vida, el veneno fue un fiel compañero de viajes de Mitrídates el Grande (135-63 a. C.), monarca helenístico del reino del Ponto, en las costas del mar Negro. Su padre murió envenenado y el propio Mitrídates frustró varias conjuras contra su vida, al tiempo que de esta sibilina manera se quitaba de en medio a sus rivales políticos, madre y hermano incluidos, a los que despachó con unos pasteles de miel condimentados con arsénico.

Ya de niño, Mitrídates mostró especial pasión por los venenos y soñaba con ser inmune. Tras centenares de experimentos con esclavos, reos, compañeros y consigo mismo, terminó desvelando una paradoja farmacológica que hoy se estudia: los venenos pueden ser tan beneficiosos como letales.

La leyenda más conocida es la de su resistencia a los venenos: en un intento por protegerse de posibles envenenamientos, acostumbraba a experimentar los efectos de los tóxicos con delincuentes convictos y consigo mismo, buscando un antídoto que lo mantuviera a salvo de posibles intentos de asesinato, lo cual encontró en el mitridato, una triaca que mezclaba de sustancias vegetales y animales atribuida a su invención y que le permitió inmunizarse. 

Según cuenta Apiano en Historia romana (XVI, 111), cuando fue derrotado por Pompeyo, Mitrídates VI intentó suicidarse ingiriendo veneno para evitar su captura por los romanos, pero al estar inmunizado debió recurrir a uno de sus oficiales para que le provocase la muerte a espada. Dión Casio y Marco Juniano Justino, también hacen referencia a su resistencia al veneno. Aulio Cornelio Celso, enciclopedista romano del siglo I a. C., recogió en su obra De Medicina la composición del Mitridato o Mithridatium

Mitrídates adoraba el espectáculo y la teatralidad, y a menudo celebraba veladas destinadas no solo a entretener a la concurrencia, sino también a reforzar su fama de invencibilidad. Imaginemos uno de estos banquetes. 

Una vez que los invitados se hubieran recostado convenientemente en sus divanes, los enturbantados hindúes hipnotizarían a sus cobras con la sinuosa música de sus flautas y los adiestradores de serpientes psilos permitirían que les mordieran algunas de sus víboras libias. Los chamanes escitas, por su parte, extraerían el veneno de los colmillos de una sierpe de las estepas para que, acto seguido, un arquero untara con aquella mortífera sustancia una de sus flechas y asaeteara a un reo condenado a muerte, silbando el proyectil sobre las mismas cabezas de los convidados para mayor alborozo de estos. 

En otro de los convites, un herborista dosificaría ante los ojos de los invitados algún veneno letal, que vertería sobre un suculento plato y se lo serviría a otro reo. Mitrídates iría comentando el proceso mientras sus huéspedes observaban los efectos del veneno sobre el prisionero. 

Pero el suspense aumentaría aún más cuando los sirvientes ofrecieran ¡el mismo plato a los convidados... con una dosis de veneno ligeramente inferior, por supuesto! Entretanto, los presos moribundos serían sacados a rastras del banquete, pues a continuación se probaría en ellos la eficacia de los correspondientes antídotos. 

Acto seguido, entre grandes alharacas y bromas, Mitrídates espantaría a sus invitados pegando un buen trago de veneno de serpiente (había descubierto que puede ingerirse sin peligro, pues solo resulta mortal cuando penetra en el torrente sanguíneo). 

Pero la culminación de la velada llega cuando los convidados son apremiados a condimentar el cordero asado del monarca o su copa de vino con arsénico o belladona. Con una gallarda sonrisa, el Rey del Veneno levantaría su copa envenenada en un brindis a la concurrencia y la apuraría de un trago. 

De hecho, Mitrídates se gana un lugar en la literatura y la cultura popular occidentales precisamente gracias a su dominio de los venenos y a su longeva existencia. Su nombre cristalizó en el término castellano mitridatismo, que designa la resistencia a los efectos de un veneno adquirida mediante su administración prolongada y progresiva. Con algunas sustancias, en efecto, el proceso resulta eficaz. 

Es posible, por ejemplo, desarrollar una tolerancia a ciertas dosis de arsénico que resultarían letales para las demás personas, y en la Antigüedad ya se observó que determinados pueblos de Libia, Armenia o Egipto eran inmunes al veneno de los insectos, escorpiones y víboras locales. 

También se creía que cualquier veneno de origen natural tenía su antídoto en la propia naturaleza. Por ello, Mitrídates combinó pharmaka tóxicos con otros beneficiosos en su elixir secreto, que más tarde se conocería con su propio nombre, «mitridato».



Cortesía RuckyLisiado