Llega un momento en la vida donde los tradicionales juegos de mesa, como Monopoly, terminan por aburrirnos y entonces emprendemos la búsqueda por algo más oscuro que el capitalismo. No es casualidad que la incursión en juegos paranormales suceda principalmente en la adolescencia, esa etapa donde queremos desafiarlo todo, incluso lo desconocido. Las dinámicas que presentamos a continuación están basadas en viejos rituales para convocar a los muertos y dioses de la antigüedad, siempre con advertencias sobre las consecuencias que puede traer incitar el contacto con el más allá o, en algunos casos, con el mal.
Los tres reyes.
Para llevarlo a cabo necesitarás una silla, dos espejos y una veladora. Debes colocar los espejos encontrados y la silla justo en el medio. La silla es el “trono” y te convierte en el rey, mientras los espejos representan a tu reina y al bufón, aunque no sabes cuál es cuál. Cuando el reloj marque exactamente las 3:30 A.M. debes encender la veladora y sentarte en la silla, mirando hacia uno de los espejos. El juego comienza cuando sostienes la veladora y miras en la oscuridad. El objeto de este ritual es transportar tu conciencia a otra dimensión.
Las personas que lo han jugado aseguran haber tenido la oportunidad de entablar conversaciones muy honestas e introspectivas con ellos mismos. Se dice que el rey adquiere la capacidad de ver su pasado y su presente a través de otros ojos. Por otro lado, muchos aseguran que la dinámica no hace más que inducir un sueño lúcido.
Independientemente de esto, si te interesa pasar la noche entera en una especie de trance, este juego podría ser para ti. Eso sí, recuerda que cualquier secreto que se te revele, sin importar que sea bueno o malo, deberás guardarlo mucho tiempo.
Bloody Mary.
Sin lugar a dudas, Bloody Mary es uno de los juegos paranormales más populares de nuestra época. Seguramente alguna vez escuchaste sobre la leyenda urbana basada en el despiadado reinado de Mary Tudor. ¿Pero, alguna vez lo has intentado? El objetivo del juego es invocar al espíritu de Bloody Mary, y sólo deberías intentarlo si planeas mudarte de casa en poco tiempo.
Para invocar al espíritu únicamente tienes que estar en una habitación oscura frente a un espejo con una vela encendida. A continuación, repite su nombre tres veces. Bloody Mary debería aparecer detrás de ti, con su tradicional apariencia cubierta de sangre. Toda vez que la naturaleza de este espíritu es perversa, los encuentros se consideran traumáticos y posiblemente letales.
El juego de la medianoche.
Dicen que el Juego de la medianoche alguna vez se empleó como ritual pagano para castigar a los que iban contra el designio de los dioses. Básicamente, se debe invocar al Hombre de la medianoche exactamente a las 12:00 A.M y tratar de evitarlo hasta las 3:33 A.M. Los que han llevado a cabo este juego desaconsejan seguir sus pasos, pues la mayoría terminó con un profundo trauma mental, en el mejor de los casos. Además, este juego es el más arriesgado e interesante de esta lista, por lo que si el resto te parece poca cosa, quizá debas empezar por aquí.
Para llamar al Hombre de la medianoche necesitas sal, fósforos, una vela, una puerta de madera, papel, bolígrafo o lápiz y, finalmente, una gota de tu propia sangre. Debes escribir tu nombre sobre el papel y agregar la gota de sangre sobre el mismo. Después, apaga todas las luces de tu casa y coloca la vela encendida y el papel frente a la puerta de madera.
Debes tocar 22 veces, teniendo cuidado de que el último golpe coincida exactamente con las 00:00 h. Abre la puerta, apaga la vela y cierra la puerta nuevamente. Vuelve a encender la vela de forma inmediata. El juego ha comenzado y tienes hasta las 3:33 A.M. para evadir al Hombre de la medianoche que te buscará en la oscuridad.
¿Y si te atrapa?
¿Cómo sabes que está cerca? Empezarás a escuchar leves susurros, notarás una caída drástica en la temperatura y, sobre todo, la vela empezará a titilar o apagarse. Si la vela llega a apagarse, tienes diez segundos para volver a encenderla y, en seguida, trazar un círculo de sal en el que deberás permanecer hasta que el reloj marque las 3:33 de la madrugada.
Lo mejor sería que jamás intentaras llamar al Hombre de la medianoche. Sin embargo, aquellos que han jugado dicen que cuando logra atrapar al jugador lo sumerge en una ilusión donde lo expone al peor de sus miedos o les arranca los órganos uno a uno. Estás advertido.
Un elevador a otra dimensión.
El aura sobrenatural en torno a los elevadores se originó en países como Japón, donde algunos los consideran portales a otras dimensiones. Para experimentar un viaje a otro mundo, primero debes asegurarte de encontrar un edificio con al menos diez niveles y estar completamente solo en el elevador. Una vez arriba, presiona 4 2 6 2 40 5 en este orden y empezará la subida.
Cuando llegues al quinto nivel, una mujer se subirá al elevador. Por ningún motivo la mires directamente o le dirijas la palabra. Después que la mujer ingrese presiona el botón del primer nivel. El elevador pasará por alto el comando y te llevará al décimo piso. Una vez en el piso 10, las puertas se abrirán y estarás en un mudo paralelo. Si la mujer que te acompaña llega a preguntar tu destino, ignórala.
Para regresar a tu dimensión de origen simplemente regresa al mismo elevador y repite los pasos.
El juego del armario.
El objetivo de este juego es invitar a un demonio a tu casa. Jugarlo es muy simple: enciérrate en un armario con un fósforo apagado y repite “muéstrame la luz o déjame en tinieblas”. Deberías escuchar un ligero susurro. Cuando esto suceda, inmediatamente enciende el fósforo. Es importante que lo hagas con rapidez pues si fallas, se dice que el demonio te llevará a un agujero de oscuridad eterna.
Si lograste encender el fósforo con rapidez, abre la puerta del armario y, con cuidado, aléjate de él. ¡Felicidades! A partir de ahora tienes a un demonio viviendo en tu armario. Se recomienda que jamás vuelvas a escudriñar en tu armario sin una fuente de luz. Algunos dicen que si llegas a dejar la puerta del armario abierta, podrás observar los ojos del demonio que invocaste acechando desde el interior.
Huesos secos.
Las posibilidades de perder son muy altas, pero igual te dejamos las instrucciones. En primer lugar, consigue una vela y un fósforo. Cuando el reloj marque exactamente las 12:01 A.M. dirígete al baño y mírate en el espejo mientras enciendes la vela con el fósforo. Deja que el fósforo termine de quemarse por su cuenta y, al final, recita la siguiente frase: “estoy consciente de tu presencia y te recibo en mi hogar. Entra”. Cuando termines, corre lo más rápido que puedas y escóndete. Para sobrevivir, debes evitar que te encuentre.
El juego se termina hasta las 3:00 A.M, momento en que debes dirigirte a la sala de tu casa y gritar “gracias por jugar, ahora debes retirarte. Ya no eres bienvenido en esta casa”. Dicen que si el demonio invocado acepta las reglas, escucharás un gemido. Los sobrevivientes son premiados con algo de su elección, mientras los perdedores afrontan un destino indescriptible. Por lo que más quieras, no pierdas.
Las escondidas.
La dinámica se basa en un viejo ritual que solían emplear para invocar a los muertos. En el folclore donde se desarrolló este juego se consideraba a los espíritus como entes inquietos e irritantes, que no hacían más que buscar cuerpos a los que poseer. Por eso, debes invocar al espíritu proporcionándole una muñeca como receptor en lugar de tu cuerpo.
El juego tiene diversas variantes, muchas que resultan aterradoras, pero en todas se requiere de una buena preparación antes de empezar. Lo primero es conseguir una muñeca y sustituir el relleno con granos de arroz, también deberás agregar un trozo de tus uñas o uno de tus cabellos y volver a coser la muñeca con un hilo rojo. Lleva la muñeca hasta un contenedor lleno de agua y apaga todas las luces.
Llena tu boca con agua salada y regresa al contenedor, de donde la muñeca debería haber desaparecido. Empieza a buscar por toda la casa, siempre con las luces apagadas. El juego debe desarrollarse en total oscuridad y se termina hasta que encuentras la muñeca. Escupe el agua salada que llevas en la boca, deja que se seque y, después, quema y desecha las cenizas de la muñeca para terminar el ritual.