El título es correcto: balas de cañón de Drácula, el Empalador. Sucedió en la pequeña localidad búlgara de Svishtov, donde un grupo de arqueólogos realizó el peculiar hallazgo. El equipo de investigación, a cargo del profesor Nikolay Ovcharov del Museo Nacional de Arqueología, en Sofía, desenterró unas balas de cañón medievales que, se sospecha, pertenecieron a Vlad III Tepes, también conocido como “Vlad el Empalador”.
Las excavaciones en la zona donde se ubica la fortaleza acaban de empezar y ya produjeron las balas de cañón, por lo que a medida que avancen los trabajos probablemente se produzcan hallazgos más importantes. Otro descubrimiento relevante es una inscripción donde se detalla la “cohorte de la primera legión italiana del Imperio Romano” que estuvo estacionada en el campamento militar en la ciudad Novae, a las afueras de Svishtov, desde el siglo I hasta el IV.
Los romanos abandonaron la fortaleza y, muchos años después, construyeron el edificio actual utilizándolo hasta 1810. Posteriormente, Vlad Drácula empezó su implacable conquista de lo que alguna vez fue el Segundo imperio búlgaro, junto con el Imperio Bizantino. En el mundo real, Drácula necesitaba más que colmillos para doblegar a sus enemigos.
Vlad el Empalador.
“Se trata de los primeros cañones utilizados desde el siglo XV hasta el siglo XVI, y que no volvieron a emplearse después. Eran cañones muy rudimentarios. Coinciden con la época en que vivió Vlad Drácula, por lo que no queda duda de que fueron empleados durante el asedio a la fortaleza Zishtova en el invierno de 1461”, apunta Ovcharov.
Las afirmaciones sobre los hallazgos del profesor están respaldadas por diversas fuentes históricas, incluida una carta escrita de puño y letra por el propio Vlad en febrero de 1462, cuyo destinatario fue el rey de Hungría. En el documento se jacta de haber tomado la fortaleza tras “una feroz batalla” donde murieron alrededor de 410 turcos, varios seguramente empalados. Bram Stoker se inspiró en la crueldad de Vlad Tepes para desarrollar a Drácula, aunque el conquistador jamás tuvo cercanía con el mundo de los vampiros.
Una vez culminado el conflicto, probablemente Vlad pasó parte del invierno en la fortaleza. El lugar ha sido escenario de múltiples batallas, como los enfrentamientos entre el Imperio Otomano y los Voivodeshi de Valaquia que acontecieron en los siglos XV y XVI. De hecho, anteriormente se encontraron otras balas de cañón en el sitio, aunque no eran propiedad del temible Vlad Tepes III.