Conocidas también como “lágrimas azules”, las bellas algas luminiscentes (Noctiluca scintillans) proliferan de forma desmedida, así lo concluye un estudio apoyado en imágenes satelitales tomadas durante las últimas dos décadas. El problema principal de esta invasión es que dichos microorganismos generan la infame “marea roja”, una mezcla de sustancias tóxicas que afecta la vida en los océanos.
Para detectar la dispersión de estas algas, el equipo de investigación analizó más de mil imágenes de satélite captadas por dispositivos de la NASA y la Estación Espacial Internacional entre el 2000 y 2017. La “impresión digital” de estas algas se basa en la capacidad que tiene el plancton para “esparcir” luz roja y absorber la luz azul.
Los investigadores aseguran que, desde hace más de una década, los expertos que analizaban estas imágenes ya empezaban a detectar el color tan característico, pero se mostraban escépticos pues creían complicado que los satélites pudieran llegar a registrarlas dado que la emisión de luz puede ser muy ligera.
Las posibles causas en el incremento de Noctiluca scintillans.
“Encontramos que, aunque las emisiones apenas equivalían a algunos porcentajes de pixel en el satélite, todavía era posible detectarlas. Como estas observaciones se han venido haciendo desde hace décadas, los hallazgos establecen un modelo para estudiar el historial de cambios y entender qué lo provocó”, dice Chuanmin Hu, autor del estudio.
Resulta posible que la fuga de nutrientes en las granjas haya propiciado la acumulación excesiva de los mismos en el agua, corrompiendo el delicado equilibrio del ecosistema y propiciando las tóxicas mareas rojas. Otras causas podrían incluir al aumento de la temperatura en el agua y una mayor disponibilidad de luz, aunque el equipo no se aventuró a decir si la tendencia se mantendrá en las próximas décadas.
Finalmente, el equipo de investigadores señaló que “una limitante importante es que la detección vigente solo se hace con las altas concentraciones de Noctiluca scintillans rojas en la superficie”. Por lo que es muy probable una cantidad todavía mayor de algas “lágrimas azules” se encuentre dispersa en las aguas del océano.