Hace tiempo que comenzaron a practicarse en distintas partes del mundo los transportes fecales que, en pocas palabras, tienen como objetivo restaurar la carga bacteriana de los intestinos para contrarrestar los estragos de alunas enfermedades. Algo demasiado similar están buscando hacer, pero con la vagina.
Médicos de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, están desarrollando la técnica de trasplante que esperan implementar pronto. La idea sería extraer fluidos vaginales de una mujer sana, que no tenga ningún problema tipo de infección vaginal, para luego estos trasplantarlos en otra que sí los presente y sean recurrentes.
El tratamiento sería capaz de proteger a las pacientes de desarrollar vaginosis bacteriana, una de las infecciones vaginales más comunes y que, a pesar de no ser considerado como un padecimiento grave, vulnera a salud de quienes la padecen pues se vuelven más susceptibles a las enfermedades de transmisión sexual.
¿De qué serviría un trasplante de fluidos?
Como sabes, la vagina alberga una gran cantidad de microorganismos diferentes, pero algunos factores pueden hacer que esta población crezca desfavorablemente o que a ella se agreguen bacterias que no son positivas para el entorno. Bajo esas condiciones se desarrolla la vaginosis bacteriana que es una infección de fácil tratamiento, pero sele aparecer en repetidas ocasiones.
Transplantar fluidos de una vagina a otra podría fortalecer el microbioma al mismo tiempo que equilibra su pH y en consecuencia, evita la aparición de infecciones; es un proceso muy similar al que ocurre con las transfusiones fecales.
Esta alternativa fue aprobada por la FDA luego de que los especialistas analizaran a 20 mujeres y encontraran que hay ciertas características en una mujer que la convierten en la “donante perfecta”.
Según publicaron en la revista especializada Frontiers in Cellular and Infection Microbiology, las muestras de fluido con mayor carga de Lactobacillus crispatus tiene niveles más altos de ácido láctico protector y un pH menor que otras, lo que las hace perfectas para donar.
La doctora Laura Ensign, una de las investigadoras, explicó que las muestras son tomadas por las mismas donantes para hacer que el proceso sea más sencillo.
”Es rápido y fácil y una muestra recolectada de esa manera sería suficiente para hacer una dosis que se transferiría"
La muestra se coloca en un aplicador que la paciente inserta de la misma manera en que lo haría con un tampón.