Jyske Bank, el tercero más grande de Dinamarca, está desarrollando un modelo de negocio aparentemente absurdo: prestamos que los clientes pagarán devolviendo una cantidad menor a la solicitada. Los bancos tienen muchas formas de ganar dinero, desde la venta de seguros hasta el cambio de divisas. Sin embargo, lo que más le reditúa son los benditos intereses.
Un prestamos bancario consiste en solicitar determinada cantidad de dinero y devolverlo a plazos, pagando determinado porcentaje extra. La usura ha estado vigente en la humanidad desde tiempos inmemoriales, incluso figura en la Biblia, y siempre ha funcionado de esta forma. Por eso resulta tan sorpresivo que el banco danés quiera invertir la lógica del negocio haciendo prestamos con intereses negativos.
Un préstamo al revés.
De hecho, hace algunas semanas el Jyske Bank empezó a ofrecer prestamos con un interés anual de -0.5%. Por ejemplo, si solicitas un préstamo de 1,000 coronas danesas tendrás que devolver 995 coronas. Aquí es cuando dices: “Is this the real life? Is this just fantasy?”.
Bien dicen que no todo lo que brilla es oro, y la aprobación del préstamo se hace bajo un par de condiciones: el plazo máximo para saldar el total es de 10 años, y deberá destinarse exclusivamente a la adquisición de una casa propia. Esta propuesta tiene toda la pinta del clásico loss leader: un producto o servicio que la empresa proporciona absorbiendo ciertas perdidas, pero que tiene como fin último acaparar la fidelidad del consumidor para poder lucrar con él en el futuro. Sin embargo, este no es el caso.
Jyske Bank ofrece prestamos con intereses negativos porque, en la práctica, también ellos piden prestado con intereses negativos. El Banco Nacional de Dinamarca ofrece prestamos a instituciones bancarias con una tasa de interés anual de -0.65%. Aunque hablamos de un margen pequeño, el Jyske aún estaría ganando con la diferencia entre porcentajes. Los prestamos con intereses negativos, hasta ahora, sólo estaban disponibles para los bancos. Sin embargo, parece que los simples mortales podrán acceder también a ellos.
Los intereses negativos en los préstamos que ofrecen los daneses buscan estimular la economía nacional. Algo parecido sucedes con los depósitos: si se deja el dinero estancado, los bancos comerciales del país tienen derecho a tomar un porcentaje anual en forma de intereses negativos. Por ejemplo, el Jyske Bank descuenta el 0.6% anual de todos aquellos clientes cuyas cuentas superan los 7.5 millones de coronas (aproximadamente 1.1 millones de dólares estadunidenses).
Estimular la economía.
Parece injusto, pero la lógica tras esta práctica es muy simple de comprender. Si el cliente va a perder dinero al dejarlo parado en su cuenta bancaria, lo mejor es estimularlo a que lo gaste o invierta en algún negocio. En teoría, esto hace fluir la economía. El fenómeno no es algo exclusivo de los daneses. Por ejemplo, el Banco Central Europeo empleó los intereses negativos desde 2014. Japón también adoptó este modelo en 2016, con títulos que rondan el –0.18% al año.
Si bien es cierto que los altos intereses son una práctica terrible para la economía, su extremo opuesto, el interés negativo, no es tan bueno como parece. Es un mal presagio de que cosas malas están por venir: desde un crecimiento bajo, pasando por un estancamiento económico, hasta la temida recesión.