Durante el reinado de Victoria en el Reino Unido, una buena cantidad de artistas ingleses alcanzó reconocimiento internacional. Aunque Richard Dadd era un artista único en su tipo, pasó a la historia por méritos mucho más macabros. Hoy, el personaje es recordado por el brutal asesinato que cometió y la subsecuente carrera que desarrolló como paciente de psiquiatría.
Richard Dadd y The Clique.
Richard Dadd nació en 1817 como el cuarto de siete hermanos. A muy temprana edad mostró dotes artísticos incursionando en el dibujo. Cuando cumplió veinte años, su familia se mudó a Londres y Dadd ingresó a la prestigiada Royal Academy of Arts. Con la participación de otros estudiantes de arte integró un importante grupo de artistas denominado “The Clique”, aunque Dadd seguía destacando como el más talentoso de todos.
En las reuniones grupales, entre las décadas de 1830 y 1840, se promovió un nuevo estilo de pintura que rechazaba el arte académico superior en favor de un arte más personal que, según The Clique, debía ser juzgado por el público y no por académicos.
Como Dadd se estaba ganando reputación en el mundo del arte, resultaba lógico que su mecenas, Sir Thomas Phillips, lo eligiera como dibujante personal para una expedición que abarcaría Egipto, Turquía y Grecia. Desde la perspectiva de Dadd esta expedición, organizada en 1842, era una oportunidad inmejorable para expandir sus horizontes artísticos. Nunca nadie podría haber previsto el profundo cambio que produjo este viaje en la mente del artista.
La expedición de la locura.
El recorrido fue complicado y tuvo numerosas dificultades. Sin embargo, a medida que recorrían el Nilo en una embarcación, el cambio en la personalidad de Dadd tomó por sorpresa a todos. Mientras los días transcurrían sus brotes de ira se hacían cada vez más pronunciados, ejecutando acciones cada vez más violentas contra los otros miembros de la expedición. En determinado punto, empezó a delirar diciendo que estaba bajo las órdenes de Osiris, una antigua deidad egipcia.
Richard Dadd finalmente abandonó a su mecenas y regresó a Inglaterra por su cuenta en 1843, aunque no mostraba alguna mejoría notable. Los escritos de esa época sugieren que el artista escuchaba voces que lo instaban a pelear con el demonio en múltiples formas. Un afamado alienista (médico especialista en enfermedades mentales) lo analizó y determinó que Richard Dadd era “non compos mentis” (de mente no sólida), pero no fue hospitalizado ni recibió atención especial de ningún tipo.
Asesino confeso.
Posteriormente, Dadd se obsesionó con la idea de que el demonio se había disfrazado de su padre, aunque jamás quedó claro el motivo. Así, el 28 de agosto de 1843 durante un viaje que hacían juntos a Cobham, Kent, el artista asesinó a su padre, lo desmembró con un cuchillo y escapó. Por solicitud expresa del hermano de Dadd, la policía registró sus propiedades en Londres y encontró múltiples bocetos de amigos y conocidos, todos degollados.
Tras un infructuoso intento de asesinato contra un artista, Dadd fue arrestado por la policía francesa y confesó el parricidio. Tras una inspección le encontraron una lista con nombres de personas que “debían morir” (su padre estaba incluido). Al ser repatriado a Inglaterra, Dadd fue juzgado y declarado inocente argumentándose que padecía demencia. Fue internado en el Bethlem Royal Hospital.
El diagnóstico de Richard Dadd está abierto a consideración. Algunos expertos sugieren que padecía esquizofrenia, mientras otros optan por un desorden bipolar. Más tarde, varios de sus hermanos también desarrollaron padecimientos psiquiátricos.
El artista loco.
Richard Dadd pasó el resto de su vida recluido en un sanatorio mental, pero, irónicamente fue en esta época dentro del hospital que produjo sus piezas de arte más destacadas. Aunque la idea del arte como terapia se desconocía por aquel entonces, se le permitió acceder a la pintura y los lienzos con los que produjo piezas especiales y únicas. Aunque desarrolló numerosas temáticas en sus obras (todas de memoria, sin modelos), se ganó el mote de “el artista de las hadas”.
Una de sus obras más reconocidas lleva por nombre The Fairy Feller’s Master-Stroke y fue un encargo del propio delegado en jefe de Bethlem. Demoraría nueve años en terminarse. Actualmente se exhibe en la Galería Tate y, para apreciar íntegramente la calidad tridimensional de la pintura, se debe apreciar bajo iluminación especial.
En 1864, Dadd fue reasignado al Hospital Broadmoor donde pasó el resto de sus días. Murió de una enfermedad pulmonar en 1886 y, hasta entonces, siguió pintando regularmente y recibiendo visitas ocasionales. Las novedades del “pintor loco” y sus obras generaban interés considerable del público por lo que su trabajo fue exhibido numerosas veces mientras estuvo con vida.
Tras su muerte, Richard Dadd siguió atrayendo a un culto que admiraba su trabajo y sus obras fueron tema de numerosas exposiciones y retrospectivas. Incluso en nuestros días, sus obras se encuentran en exhibición permanente en diversas galerías del mundo. Las personas que visitan la Galería Bethlem también pueden apreciar los trabajos de Dadd. Este lugar mantiene una de las colecciones de arte más numerosas relacionadas con la enfermedad mental, incluidos trabajos de Dadd y otros artistas contemporáneos.