El pequeño infierno de Melanie Anderson inició hace algunas semanas. La mujer recuerda escuchar sonidos extraños provenientes de la habitación de Cash, su hijo de 13 años. Como muchas madres modernas, no quiso entrometerse y supuso que su hijo adolescente quería un poco de privacidad. Un par de horas después subió por las escaleras, encendió la luz de aquella habitación y un escalofrío recorrió su espalda.
Pese a las extrañas circunstancias en las que perdió la vida Cash, Melanie está convencida de que su hijo no se suicidó. El joven siempre mostró una perspectiva positiva de la vida y la mayor parte del tiempo se veía feliz. Además, la posición de su cuerpo reforzó aún más las sospechas de esta mujer.
“Siempre lo vimos como un niño ocupado, y así fue desde el día en que nació”, dijo la señora Anderson. “Siempre estaba haciendo sus cosas, tocando música, como un niño realmente feliz”. Tras corroborar algunas fuentes en línea y hablar con los socorristas, esta mujer llegó a la conclusión de que su hijo murió por intentar un extraño desafío en Internet.
El blackout challenge en Tik Tok.
Se trata del “blackout challenge”, una práctica que ha existido por décadas pero que a últimas fechas recibe mucha promoción en diversas plataformas de redes sociales, especialmente en TokTok. También conocido como “pass out challenge” (reto del desmayo, en español), se trata de una actividad en la que se anima a los participantes a asfixiarse hasta perder el conocimiento. Esencialmente, una forma de autoasfixia.
Aunque a simple vista parece un juego inofensivo, ese desmayo se produce tras una interrupción del flujo sanguíneo al cerebro. Y los expertos coinciden en que las consecuencias de una autoasfixia pueden ser mortales.
La Dra. Ayisha Kurji, asistente de pediatría en la Universidad de Saskatchewan, en Canadá, advirtió durante una entrevista: “cualquier cosa que se haga en un intento por desmayarse, ahogarse o perder el conocimiento implica privar de oxígeno al cerebro. Independientemente de la forma en que se haga, o el método que se utilice, se trata de un desafío peligroso”.
Aunque es una práctica que se conoce desde hace décadas, los videos en Tik Tok han impulsado una nueva audiencia de personas, principalmente jóvenes, dispuestas a intentarlo. “Ahora, aunque tus amigos no lo sepan, si usas las redes sociales puedes enterarte de lo que sucede en todo el mundo. Y si pasas demasiado tiempo en las redes sociales viendo muchos de estos desafíos, empiezas a considerarlo como algo normal”, agregó Kurji.
Tendencias peligrosas en Internet.
Y realmente está muriendo gente por esta estupidez. El pasado mes de enero, se supo de un caso en Palermo, Italia, donde los padres encontraron a su hija de 10 años muerta. Supuestamente, se asfixió con un cinturón alrededor del cuello mientras grababa un video para Tik Tok.
Tik Tok es una red social de videos cortos propiedad de ByteDance, una empresa con sede en China. Las políticas del servicio prohíben su utilización a niños menores de 13 años, aunque no se esfuerzan demasiado para que se cumplan. Tras lo sucedido en Palermo, las autoridades reguladoras italianas solicitaron a la red social bloquear todas aquellas cuentas de usuarios que no puedan verificar su edad.
A finales de 2020, TikTok publicó un informe de transparencia donde mencionan que actualizaron sus políticas en torno al suicidio y las autolesiones. Además, ampliaron las opciones de control parental. Respecto al contenido, la empresa habría eliminado aproximadamente 90 millones de archivos que violaban las normas comunitarias o los términos de servicio de la aplicación. Parece una cantidad exagerada, pero todos esos videos no representan más del 1% de todo el contenido que ofrece la plataforma.
Un dato curioso es que el 6.2% de todos los vídeos denunciados y eliminados son reportados como contenido que promueve “suicidio, autolesiones y actos peligrosos”. Dada la popularidad de Tik Tok, estos casos sólo parecen la punta del iceberg. Y es que los jóvenes padecen un impulso enfermizo por ganar espectadores al participar en toda clase de actos cada vez más peligrosos. Es de suponer que infiernos como el de Melanie Anderson sigan surgiendo en todos los rincones del mundo.
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