KÓPAKONAN (la mujer foca) es uno de los cuentos populares más conocidos de las Islas Feroe.
Dentro del folclore, pertenecen al grupo de los cambiantes, seres que mudan su piel para adoptar otra forma. Estas criaturas tenían el extraño don de poder deshacerse de su piel de foca y transformarse en mujeres u hombres de belleza inigualable. Una vez que un selkie tomaba forma humana, ocultaba su piel de foca cerca del mar, entre las rocas, de manera que nadie pudiese hallarla.
La leyenda cuenta que si un humano encuentra la piel de foca, puede someter al selkie, quien obedecerá fielmente al que posea su piel. No obstante, si la selkie llegara a encontrar su piel, huirá de regreso al mar. Algunas veces, cuando un selkie recupera su piel, si el humano que lo sometió fue cruel con la criatura, ésta se vengará ferozmente.
Muchas hembras selkies abandonan el mar durante la noche de luna llena o días de fiesta. Si encuentran un hombre que les haga atraiga, bailarán y beberán con él toda la noche. Pero cuando el sol vuelva a salir, regresará al mar. Si el hombre la espera fiel a la vera del mar durante las siguientes lunas llenas, puede que conmueva a la selkie, quien abandonará el mar para unirse a él. Las doncellas selkies son famosas por convertirse en excelentes esposas de los hombres que conserven su piel de foca, aunque siempre melancólicas, echarán de menos el mar. Existen historias trágicas en las que un pescador roba la piel a una hembra selkie para poder retenerla a su lado, y tras varios años, es el propio hijo de la relación quien encuentra por casualidad el pellejo de foca de su madre y ésta, al verla, se cegará por su deseo de volver al mar y abandonará maridos e hijos por regresar a su hogar.
Los selkies machos son descritos como de una belleza inaudita en su forma humana, con grandes poderes de seducción sobre las mujeres. Por lo general buscan aquellas que no están satisfechas con su vida, como las mujeres casadas en espera de sus maridos pescadores. Si una mujer desea hacer contacto con un macho selkie, debe arrojar siete lágrimas al mar.
*Escultura de la mujer foca en Mikladagur en la isla de Kalsoy (Dinamarca) bronce y acero inoxidable de 2,6 metros y 450 kg. La escultura está diseñada para resistir olas de 13 metros.
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