martes, 23 de marzo de 2021

El mito de Príapo.



Príapo era una antigua divinidad grecoromana que se representaba como un pequeño hombre barbudo, normalmente un viejo, con un pene desproporcionadamente grande. Su mayor presencia estaba en el mundo rural, puesto que era el símbolo del instinto sexual, de la fecundidad masculina, y el protector de las huertas y jardines. 

En este sentido, la población rústica empleaba este deidad y sus representaciones como fórmula mágica para neutralizar el mal de ojo contra la envidia de las personas y para potenciar la sexualidad.

Según la mitología griega, Príapo era hijo de Dioniso, dios del vino y el éxtasis y de Afrodita, diosa de la belleza, el amor y el deseo. Esto es, el resultado de los dioses más desinhibidos del panteón clásico. 

No en vano, otras leyendas le dan su paternidad a Hermes, Pan, Zeus e incluso Adonis. En esta versión, la diosa quedó embarazada de su antiguo amor durante uno de sus viajes a la India, sin que Dioniso lo supiera nunca. Como castigo por engañar al ingenuo de Dioniso, Hera, hermana y esposa del dios Zeus, castigó su falta de compromiso maldiciendo al fruto de su relación extramatrimonial.

A causa de los celos de Hera, Príapo fue condenado a tener su falo siempre en erección y lo que es más grave para el dios del instinto sexual, a no poder reproducirse jamás.

Quizás Priapo, el antiguo dios griego no era tan afortunado después de todo, un médico e investigador italiano afirma que una de las pinturas más famosas de la rústica divinidad, representa al dios aquejado de una fimosis aguda, un antihigiénico y doloroso trastorno que imposibilita la retracción del prepusio, pero las cosas aún irían a peor para el pobre Priapo, ya que la diosa Hera terminó por lanzar una poderosa maldición, que le volvió feo, impotente y sexualmente perverso.

 



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