sábado, 11 de julio de 2020

"No se dice qué, se dice mande”.


¿Se les hace conocida esta expresión?

Aunque el uso de esta frase ya es normal, el término “mande” proviene de la época del colonialismo español (1521-1821). Se cree que era la manera en que castas inferiores (indígenas y mestizos) eran obligados a mostrar sumisión a las castas superiores (blancos y criollos) que gobernaban durante el Virreinato.

Por lo tanto la palabra se transmitió de generación en generación y pasó de ser una actitud servil a una expresión de cortesía que sustituye la respuesta golpeada “qué”.

A pesar de que su origen más popular se remonta a la época colonialista, también hay investigaciones que  lo atribuyen a un arcaísmo (vocablo en desuso) que deriva del catalán y después fue adoptado al  español.

Por ejemplo, en algunas regiones de Cataluña se siguen usando variantes como “mani’m” (¿mándeme?) o “maná” (¿mande?) y no representa sumisión, de hecho se expresan en personas con un mismo puesto y generalmente  entre personas mayores.
Cabe señalar que México es uno de los pocos países que utiliza la expresión “mande”, lo que ha ocasionado que extranjeros se sorprendan cuando la escuchan,  pues aunque aquí signifique cortesía, para otros países es visto como sumisión.

A pesar de estar en el siglo XXI, todavía se sigue educando a las nuevas generaciones a contestar mande, sin embargo ya es menos común.
Siempre y cuando se haga con educación, existen otras expresiones que pueden utilizarse como alternativa de gentileza como:

“Dime”

¿Si?

¿Cómo?

¿Qué necesita?

¿Cómo dice?

¿No te/le escuché?...