La tragedia de John Jacob Astor VI inicia el 14 de abril de 1912, fecha en que perdió a su padre biológico después que el RMS Titanic colisionara contra un iceberg. El incidente se cobró la vida de cientos de personas y provocó un daño financiero incalculable. Sin embargo, para algunas personas la mayor tragedia en la historia de la navegación se convertiría en una desgracia personal, un evento que cambió sus vidas para siempre.
La familia Astor y la tragedia del Titanic.
La socialité Madeleine Talmage fue una de las desafortunadas. La mujer se embarcó en el viaje inaugural del Titanic embarazada del millonario John Jacob Astor IV, con quien contrajo matrimonio en medio de una gran polémica familiar por la diferencia de edad de 29 años. Regresaban de la luna de miel cuando tuvieron que afrontar el caótico escape que priorizaba a niños y mujeres. Madeleine sobrevivió al trágico evento, pero al esposo jamás lo volvieron a ver.
La familia Astor dejó de lado la polémica y acogió a Madeleine. Le propusieron no volverse a casar y dedicarse exclusivamente al cuidado del futuro heredero. A cambio recibiría un sueldo anual de US$ 5.5 millones, viviría en la mansión principal de Nueva York, tendría acceso a la mansión de vacaciones en Beechwood y usaría cualquier limusina o caballo propiedad de su finado esposo. John Jacob Astor VI llegó al mundo en medio de esta propuesta.
El bebé del Titanic.
Dada la importancia de su madre para la prensa y la tragedia que ocurrió con su padre, en diversas columnas de sociales John fue referido con el mote de «el bebé del Titanic«. Dicen que lo apodaron así porque lo vieron como un símbolo de esperanza en medio de la tragedia. ¿Recuerdas la tentadora propuesta de la familia Astor? Madeleine la rechazó y, en 1916, inició su segundo matrimonio con el banquero William Force Dick. Fue una sacudida tremenda para los Astor, una familia extremadamente bien posicionada en la sociedad, quienes empezaron a verla con disgusto.
Lo peor de esta historia es que John Jacob Astor VI ni siquiera se crio junto a su familia paterna, y se volvió muy cercano a Dick, con quien vivió hasta 1933. En esa época, su madre ya estaba separada del padrastro y sostenía un romance con el boxeador y actor Enzo Fiermonte. Cuando Madeleine anunció su intención de casarse por tercera ocasión con el amante en turno, el joven se opuso y apoyó al banquero. La decisión extinguió definitivamente el vínculo con el lado biológico de su familia.
John heredó mucho desprecio de los Astor. Vincent, el hijo mayor de su padre biológico, no desaprovechaba la oportunidad para afirmar que su hermano «ni siquiera era un Astor genuino». Incluso con todo ese desprecio, el testamento de su padre (escrito durante su primer matrimonio) no tomó en cuenta el nacimiento del joven, pero contenía una cláusula donde especificaba que hijos posteriores recibirían US$ 3 millones al cumplir 21 años de edad.
El heredero socialité.
Con un pleito promovido por el medio hermano Vincent, Madeleine quedó financieramente desamparada y dependía exclusivamente de la ayuda que le proporcionaba su hijo. Al fallecer su madre, John emprendió una batalla legal por los bienes de su padre, llegando a demandar incluso a la esposa de su medio hermano, Roberta Russell. Acusó a la mujer de embriagar a su esposo mientras estaba hospitalizado e influenciarlo para firmar su último testamento, donde no dejaba nada para él.
Eventualmente, John Jacob Astor VI se volvió un hombre de sociedad y llegó a casarse en cuatro ocasiones, pero saltó a la fama tras cancelar su boda con Irene Muriel Augusta Sherman, hija del millonario William Sherman, responsable de una de las principales empresas de servicios financieros en los Estados Unidos. Como la familia Astor no lo reconocía como miembro, solía presentarse con el apellido de sus cónyuges.
La reinversión de la fortuna de John le permitió gozar de tranquilidad financiera, pero su cuenta jamás se comparó con los US$ 85 millones que gozó el hermano. El «bebé del Titanic» murió el 26 de julio 1992, dejando como legado a un par de hijos.