viernes, 3 de julio de 2020

maravillosos juguetes que sólo viven en nuestros recuerdos

Con todos los artículos tecnológicos disponibles en la actualidad, es raro observar a un niño disfrutando de un juguete antiguo. Aquellos días en los que nos divertíamos tanto con artículos tan simples fueron sepultados por los teléfonos inteligentes y videojuegos, que hoy dominan el mercado del entretenimiento. Con adultos que ya no pueden jugarlos y niños que no se interesan, los juguetes de esta lista no son más que un buen recuerdo de un bello pasado.

juguetes antiguos
¿Te das cuenta de lo mucho que cambiaron las cosas en las últimas décadas? Y más allá de que nos estemos haciendo viejos, el mundo está evolucionando. A continuación, te presentamos algunos juguetes que seguramente revivirán tu infancia.


Avalancha.

Estos carros deslizadores se popularizaron en México con el nombre de “Avalancha” por la marca que los comercializaba. Originalmente se fabricaban en metal o madera, pero con el paso del tiempo y el surgimiento de la conciencia sobre seguridad se incluyeron otros materiales, como el plástico. Subirse a una avalancha en la década de los 80 y 90 era lo más genial, sobre todo sí vivías en una bajada.
juguete avalancha
Como se trataba de juguetes algo costosos que no todas las familias podían permitirse, no era raro ver avalanchas hechas en casa. Solo o acompañado, montarte en uno de estos carritos te aseguraba una buena dosis de adrenalina y diversión. Sin lugar a dudas, es uno de los juguetes más recordados y también de los más extrañados.

El Yo-Yo.

Considero que el yo-yo se convirtió en el juguete más popular en la época que yo tenía alrededor de 15 años. Una vez más, la marca que comercializaba los “Yo-Yo profesionales” terminó heredando el nombre al juguete. No era raro escuchar sobre un campeonato de yo-yo en el que se congregaban los mejores jugadores para demostrar toda clase de maniobras y técnicas con este juguete tan simple.
yoyo profesional
Son juguetes que aún siguen vigentes, pero que difícilmente observarás en manos de un pequeño con acceso a un celular.

Las canicas.

Antes de la llegada de los tazos, el tesoro más preciado para cualquier niño de barrio era su bolsa de canicas. Muchas veces, esa colección guardaba la historia de numerosos encuentros en pequeños cuadros de calles no pavimentadas. Además de ser artículos visualmente atractivos para los niños, nos permitieron desarrollar el sentido de la competencia aprendiendo toda clase de reglas. Gracias a las canicas también afinamos habilidades motrices.
canicas de colores
Probablemente pasaron más de 18 años desde que disputé mi último juego con canicas, pero aún guardo mis favoritas como uno de los mayores tesoros de mi infancia. Son juguetes tan antiguos que seguramente nuestros abuelos también tienen buenos recuerdos con ellas.

El balero.

El balero es un juguete tan antiguo que mi abuela (de casi 80 años) recuerda momentos de diversión en su infancia. De cierta forma, el balero es parte de la identidad cultural de varias generaciones de mexicanos, pues se considera un elemento de los juguetes tradicionales en nuestro país.
baleros juguetes de mexico
El balero no es otra cosa que un palo y un cilindro unidos por una cuerda. El cilindro tiene una oquedad que encaja perfectamente en el vástago del palo, y el objetivo es divertirse lanzando el cilindro para que encaje en el palo. Las versiones más económicas se construyeron con lata, pero el juguete tradicional está hecho de madera pintada de colores vivos.

El hula hula.

El hula hula o hula hoop es de los pocos artículos que siguen vigentes, aunque ha perdido su sentido lúdico y se utiliza más para el ejercicio. Por alguna razón, el hula hula se convirtió en un artículo muy propio del público femenino infantil. Sin embargo, en mi época de niño era un juguete disfrutado por todos, y aprender a dominarlo con la cadera suponía un auténtico reto.
hula hula

Las tablas mágicas.

Otro juguete tradicional mexicano. Es tan sencillo como maravilloso, sobre todo cuando eres pequeño. Recuerdo que mi abuela me regaló varias tablas mágicas, que siempre “aparecían” con la llegada de la feria al pueblo. Es un juguete muy sencillo construido con pequeñas tablas de madera y listones. La mecánica del juguete logra producir la ilusión óptica de que la primera tabla recorre toda la línea y termina al final.

Pasaba horas intentando descifrar el funcionamiento de la «escalera de Jacob». Hoy, difícilmente un pequeño mostrará interés por averiguar el funcionamiento de una tabla mágica. Sobre todo, porque lo pueden averiguar en Internet.