El misterioso caso de Cindy James forma parte de esos episodios tenebrosos que surgen cada cierto tiempo para inspirar toda clase de obras literarias y fílmicas. Nuestra protagonista, una joven enfermera, soportó un terrible acoso durante siete años a través de cartas anónimas con amenazas espeluznantes. Finalmente, Cindy James fue encontrada sin vida.
La enfermera.
Cynthia Elizabeth James nació en la ciudad de Oliver, Canadá, en 1944. Para 1966 se tituló en la escuela de enfermería, y varios años después administraba una institución para infantes con problemas emocionales y del comportamiento. Cindy, como le apodaban sus conocidos, se instaló en Vancouver tras terminar la carrera.
Por el gusto y la excelencia con que desarrollaba su trabajo, sus colegas la elogiaban mucho en el ámbito profesional. Eventualmente contrajo matrimonio con Roy Makepeace, una relación que no produjo hijos pese a que Cindy amaba profundamente a los niños. Sin embargo, contra la voluntad de la enfermera la relación terminó en divorcio en 1982. En esa época Cindy todavía aseguraba amar a su esposo.
El acosador de Cindy James.
Tres meses después de la separación, el terrible acoso a Cindy James empezó. Sin motivo aparente empezó a recibir misteriosas llamadas telefónicas, muchas veces sólo para amenazarla. Además, la enfermera encontraba correspondencia donde el remitente aseguraba que la mataría. En total, la mujer soportó un terrible acoso durante siete años, y las cosas empeoraron cuando involucró a la policía.
En el momento que finalmente decidió denunciar, Cindy notificó a la policía que fue víctima de casi un centenar de asedios y cinco ataques físicos violentos. Frecuentemente cortaban su línea telefónica y rompían las luces de su balcón. La joven enfermera no tenía un solo instante de paz y vivía bajo un miedo constante.
Los ataques.
En una ocasión, una amiga de la enfermera llamada Agnes Woodcook empezó a preocuparse porque llamaba al teléfono de Cindy y no tenía respuesta. Entonces, acudió a la vivienda y encontró una sorpresa terrible: al exterior de la propiedad Cindy James estaba inconsciente con una media enredada en el cuello. Tras recobrar el conocimiento, Cindy recordó que fue hasta la cochera y, en ese lugar, una persona que llevaba tenis blancos la atacó.
Temiendo por su vida, Cindy James contrató al investigador privado Ozzie Kaban. También cambió de residencia, se tiñó el cabello, pintó su automóvil e incluso inició los trámites para cambiar de nombre. Cuando la policía practicó una prueba de polígrafo a Cindy, los oficiales concluyeron que retenía información importante para el caso. De alguna forma, su madre sospechaba que el agresor la había amenazado con lastimar a la familia, pues la víctima se mostraba reacia a colaborar con las autoridades.
El incendio.
En 1984, mientras investigaba el caso de Cindy James, el investigador Kaban escuchó ruidos extraños provenientes de un walkie talkie que había entregado a su clienta. Cuando acudió a la casa a investigar, se asomó por la ventana y encontró a la enfermera en el suelo con un cuchillo en la mano. Inmediatamente llamó a emergencias y la trasladaron al hospital, donde relató que fue víctima de un nuevo ataque en el que le enterraron una aguja en el brazo. En este evento la policía no encontró huellas dactilares en la escena, por lo que nunca se corroboró la veracidad del hecho.
Las sospechas de la policía.
El misterioso caso de Cindy James se volvió primordial para la policía. Por eso, se destinó una docena de oficiales a labores de vigilancia permanente en la propiedad de la enfermera. En esa época, las investigaciones empezaban a sugerir que el agresor nunca existió. Sin embargo, los familiares de Cindy argumentaban que el verdadero agresor dejó en paz a la mujer para hacer creer a los policías que todo fue un invento.
El 11 de diciembre de 1985, Cindy James apareció completamente confundida, vestida con los zapatos y guantes que usaba en el trabajo. Tenía cortes por todo el cuerpo. Además, llevaba una media de nylon negro atada al cuello. Agnes Woodcook y su esposo decidieron quedarse con Cindy para cuidarla. Una noche se despertaron en medio de ruidos extraños, sin línea telefónica y con el sótano en llamas. Tras este episodio, la enfermera quedó hospitalizada en el ala psiquiátrica de un hospital por supuesto intento de suicidio.
Las extrañas discrepancias en la historia de Cindy James.
Las sospechas de que todo era un invento de la propia Cindy James empezaban a ganar fuerza entre la policía. Principalmente porque nunca lograron rescatar huellas dactilares de personas ajenas a los sitios donde sucedieron las agresiones. Además, la propia Cindy mostraba poca preocupación ante tantas amenazas que ponían en peligro su vida. Se le vio paseando libremente con su perro, como si nada pasara.
El fatal desenlace.
El 25 de mayo de 1989, siete años y siete meses después de que iniciara el acoso, Cindy James desapareció sin dejar rastro. Localizaron su automóvil en un estacionamiento del vecindario, encontraron algo de despensa y un obsequio envuelto, además de una mancha de sangre en la puerta del conductor. Bajo el automóvil localizaron los artículos que la enfermera llevaba en el bolso.
Dos semanas después de la desaparición, el cuerpo de Cindy se localizó en una casa abandonada. La ataron de manos y pies al nivel de la espalda, y una media de nylon negro fue atada con fuerza a su cuello. Todo sugería que Cindy James fue víctima de un brutal asesinato.
¿Homicidio o suicidio de Cindy James?
Tras practicar la autopsia, la autoridad concluyó que la enfermera murió por una sobredosis de morfina y otras drogas. Entonces, la policía concluyó que se había suicidado. Sin embargo, Ozzie no estuvo de acuerdo con el veredicto, sobre todo porque Cindy no hubiera logrado amarrar sus propios pies y manos de esa forma.
Otros legistas en Vancouver descartaron la hipótesis del suicidio o asesinato, y consideraron que la enfermera fue víctima de un «evento desconocido». Hasta la fecha se desconocen las circunstancias que propiciaron la muerte de Cindy James.
Pese a las conclusiones de la policía, el ex esposo de la enfermera surgió como probable sospechoso. También apareció el nombre de Pat McBride, un amante de la enfermera que trabajaba como policía. Un hombre que fue visto corriendo por el bordillo el día que se produjo el incendio también entró a la lista de sospechosos. Sin embargo, la investigación jamás arrojó pruebas suficientes para incriminar a alguno de los sospechosos.
Parece que en Canadá sucedes cosas inexplicables. El caso de Vince Li es otro de esos «eventos desconocidos» y terribles que habitan en los más oscuro de la historia humana.