sábado, 1 de mayo de 2021

Magda Goebbels… la “mujer modelo” del desquiciado Führer

 


A finales de abril de 1945, el Ejército Rojo entró en Berlín y la familia Goebbels se trasladó al Vorbunker, que estaba conectado al Führerbunker, bajo el jardín de la Cancillería del Reich.

Con la derrota sellada, Magda escribió una carta de despedida a su hijo Harald (de su primer matrimonio), que estaba en un campo de prisioneros de guerra en el norte de África:

“¡Mi amado hijo! A estas alturas ya llevamos seis días en el Führerbunker: papá, tus seis hermanitos y yo, con el fin de dar a nuestras vidas nacionalsocialistas el único final honorable posible ... Sabrás que me quedé aquí en contra de la voluntad de papá, y que incluso el domingo pasado el Führer quiso ayudarme a salir. Ya conoces a tu madre, tenemos la misma sangre, para mí no hubo vacilaciones. Nuestra gloriosa idea se arruina y con ella todo lo bello y maravilloso que he conocido en mi vida. El mundo que viene después del Führer y el nacionalsocialismo ya no vale la pena vivir y, por lo tanto, me llevé a los niños conmigo, porque son demasiado buenos para la vida que vendría después, y un Dios misericordioso me comprenderá cuando les dé la salvación ... Que Dios me ayude a tener la fuerza para realizar lo último y lo más difícil. Solo nos queda un objetivo: la lealtad al Führer incluso en la muerte. Harald, mi querido hijo, quiero darte lo que aprendí en la vida: ¡sé leal! Fiel a ti mismo, leal a la gente y leal a tu país ... Siéntete orgulloso de nosotros y trata de guardarnos en tu memoria.”

Magda fue una de las últimas peronas en ver a Adolf y Eva Braun antes de que se suicidaran la tarde del 30 de abril. Al día siguiente, 1 de mayo, Magda y Joseph Goebbels ordenaron al odontólogo Helmut Kunz inyectar a sus seis niños morfina, para cuando estén inconscientes aplastar una ampolla de cianuro en cada una de sus bocas. Ese trabajo lo hizo Magda, el “ejemplo de madre alemana”. 

El último superviviente del búnker, Rochus Misch, dio su versión de los hechos a la BBC:

“Magda ayudó a las niñas a ponerse camisones de color blanco y peinó sus cabellos”. Misch, consciente de lo que estaba a punto de suceder, trató de concentrarse en su labor. A continuación, Magda regresó al Vorbunker con sus hijos. Poco después, Werner Naumann descendió al Führerbunker e informó a Misch que había visto al médico personal de Adolf dar algo «dulce» a los niños para beber.

Aproximadamente dos horas después, Magda regresó al Führerbunker sola, con un aspecto pálido, los ojos enrojecidos y el rostro «paralizado», tras lo cual se sentó en una mesa y empezó a jugar al solitario. Goebbels se acercó a ella, y no se dijeron ni una sola palabra."

Tras la muerte de sus hijos, Magda y Joseph subieron al jardín de la Cancillería, donde se suicidaron.​ Todo esto pasó hace exactamente 76 años.

Los cuerpos carbonizados fueron hallados la tarde del 2 de mayo de 1945 por tropas soviéticas. El rostro de Magda estaba irreconocible en comparación con el de su esposo, cuyos rasgos faciales aún eran visibles. Por su parte, los cuerpos de los niños fueron encontrados en el Vorbunker vestidos con sus camisones, llevando las niñas cintas atadas en el pelo.





Nota Cortesía de Rucky Abuelito Bloguero


 

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