En 1943 inició la historia del Experimento Filadelfia en Norfolk, Virginia. Sin embargo, tendría que pasar más de una década para que esta información viera la luz. El 28 de octubre de aquel año, la tripulación del USS Andrew Furuseth atestiguó la aparición espontánea de una embarcación en las costas de Norfolk. La información disponible señala que provenía de Filadelfia, en Pensilvania.
El misterioso destructor desapareció del punto de origen para, instantáneamente, teletransportarse a las aguas de Norfolk a más de 400 kilómetros. De hecho, se habla de que la desaparición y teletransportación no eran fases sucesivas del experimento. En otras palabras, la desaparición no fue resultado de una teletransportación, sino de un imprevisto.
El Experimento Filadelfia en Norfolk.
Cuando el USS Eldridge arribó a las costas de Norfolk, resultó evidente que las cosas salieron mal. Durante el viaje varios miembros de la tripulación desaparecieron. Otros se volvieron locos y algunos se hacían invisibles y después recuperaban su forma original. Pero, la situación más terrible se observó en aquellos hombres que terminaron fusionados con la embarcación.
Carlos Allende.
Tal vez, esa es la razón por la que los buques de guerra no implementaron la invisibilidad o teletransportación. Aunque también es posible que la historia no pase de un engaño. Y es que los detalles del Experimento Filadelfia provienen de una persona llamada Carlos Allende, o “Carl Allen”.
Supuestamente, este personaje se encontraba a bordo del USS Andrew Furuseth cuando el USS Eldridge llegó a Norfolk, en Virginia. Tras escribir un informe detallado del evento lo envió a la Oficina de Investigación Naval de la Marina de los EE. UU. Pese a la cantidad de eventos exagerados descritos por la carta de Allende, el público le compró la historia.
Albert Einstein y el Experimento Filadelfia.
Carlos Allende aseguró que el Experimento Filadelfia emanó directamente de la “teoría del campo unificado” de Einstein. ¿Y cómo lo supo? Afirmaba que el físico alemán se lo contó en persona. Evidentemente, esta no es una prueba irrefutable de que el relato sea un engaño, pero juega con ese factor irracional de los argumentos. De hecho, es común que esta clase de historias fantásticas busquen sustentarse en el genio y la fama de grandes científicos.
Generalmente, esta clase de historias inventadas suelen refutarse con mucha facilidad pues el trabajo de los científicos famosos es revisado minuciosamente. Dicho esto, no existe evidencia alguna de que Einstein haya conocido a Carlos Allende. Además, tampoco existe información de que su trabajo llevara a un desastroso experimento de teletransportación protagonizado por militares estadounidenses.
Los registros oficiales en la Marina de los EE.UU.
Al igual que otros buques de la Armada, el USS Eldridge contaba con una bitácora detallada de los lugares donde estuvo en octubre de 1943 y los meses circundantes. No hay que olvidar que todo esto sucedió en medio de la Segunda Guerra Mundial. Actualmente, esos registros son de dominio público. Y en la bitácora consta que el destructor no se encontraba cerca de Filadelfia en octubre de 1943.
Además, el USS Andrew Furuseth jamás llegó a encontrarse en Norfolk con el Eldridge durante sus múltiples estancias en el lugar. William S. Dodge, el capitán del Andrew Furuseth durante el Experimento Filadelfia, señaló que ni él ni nadie de su tripulación observó algo extraño mientras estuvieron en Norfolk, Virginia.
Tras recibir el extraño reporte, la Oficina de Investigación Naval emprendió una investigación. Tampoco encontró evidencia de que la Marina estadounidense llevara a cabo experimentos de teletransportación. El tema de los barcos invisibles o sigilosos siempre es de interés para los militares, pero hasta ahora la tecnología se limita al radar. Según la Marina de los Estados Unidos, hasta la fecha no existe tecnología capaz de teletransportar un destructor de ese tamaño.
El Experimento Filadelfia en la Cultura Pop.
El tema parecía estar en el olvido hasta el estreno de la película El experimento Filadelfia (1984). En la trama, dos hombres a bordo de una embarcación viajan hacia el futuro tras un experimento que salió terriblemente mal. Originalmente, buscaban implementar una tecnología para hacer el barco “invisible”. Aquella imagen del tripulante parcialmente fusionado en la cubierta del barco permeó la psique colectiva. Eventualmente, esto contribuiría a la persistencia de la leyenda urbana.
Jacques Fabrice Vallée, un informático teórico amante de la ufología, escribió un artículo en 1994 sobre el Experimento Filadelfia. Ya había abordado el tema con anterioridad, pero en esa época solicitó la colaboración de cualquier persona que tuviera más información al respecto. Lo contactó un hombre llamado Edward Dudgeon, quien trabajó como electricista de la Marina entre 1942 y 1945.
Este personaje confirmó que el USS Engstrom estuvo en Filadelfia en el verano de 1943. Su trabajo le autorizaba acceso al equipo clasificado a bordo de su embarcación y el Eldridge.
“No se trataba de dispositivos de teletransportación construidos por Einstein (o extraterrestres). Era equipo que permitía a las embarcaciones codificar su firma magnética empleando una técnica conocida como desmagnetización. El barco estaba rodeado por una gran cantidad de cables y era bombardeado con cargas de alto voltaje. Un barco desmagnetizado no era invisible para el radar, pero sí indetectable para los torpedos magnéticos de los submarinos”, advirtió Dave Roos de How Stuff Works tras analizar la explicación de Dudgeon.
Conclusión.
En conclusión, no existen pruebas de que Einstein participara en un experimento naval destinado a la invisibilidad de objetos sólidos y/o la teletransportación de los mismos. Tampoco hay evidencia de que Carlos Allende conociera a Einstein, o de que el físico alemán trabajara en una tecnología de ese tipo.
Además, tampoco existen registros de que el USS Eldridge estuviera en Filadelfia y Norfolk el 28 de octubre de 1943. Y contrario a lo que informó Allende, jamás aparecieron los otros testigos. Además del informe de este sujeto, no existe ninguna otra prueba que respalde la leyenda del Experimento Filadelfia.
Cortesia del Peinaperros, general del desierto de los Leones
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