Esta pintura es un retrato manierista satírico de una mujer mayor. La mujer se ve muy poco atractiva, tiene un cuerpo arrugado y su cara es increiblemente desagradable, casi inhumano, sin embargo se puede ver que usa un vestido de juventud con escote en exhibición. La mujer sostiene una flor, como una chica lista para enamorarse. Metsys intenta mostrar al público lo ridicula que es la duquesa mostrando su aparente falta de autocrítica.
Este cuadro se puede considerar un raro ejemplo de este tema en el arte manierista, pero muestra al espectador moderno que el problema del envejecimiento con dignidad no es nuevo como podemos pensar.
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