inveno para asistir los partos

 Originalmente las motosierras se diseñaron como una herramienta para el parto, antes de destinarlas al corte de la madera. Incluso con todos los avances en medicina el parto es un proceso complicado. Sin embargo, previo a la asepsia, el óxido nitroso y la morfina el proceso de traer al mundo a un ser humano era una pesadilla.

Las primeras cesáreas.

El primer registro escrito de una cesárea exitosa se hizo en Suiza, en el siglo XVI. Y se trató de un castrador profesional de ganado que asistió a su esposa durante el parto. El testimonio se plasmó sobre papel casi ocho décadas después del evento, pero los historiadores señalaron que el bebé sobrevivió y vivió hasta los 77 años de edad.

En los Estados Unidos el primer informe médico sobre una cesárea se publicó en 1830, en una edición del Western Journal of Medical and Physical Sciences. El médico John L. Richmond detalló los pormenores de un parto complicado que asistió en medio de una tormenta.

Tras una hora de espera, la labor de parto no avanzaba y el médico concluyó que la vida de la mujer estaba en grave riesgo. “Atendiendo a un profundo y solemne sentido de responsabilidad, con nada más que una caja de instrumentos de bolsillo, a la una de la madrugada empecé la cesárea”, escribió Richmond.

Con una tijera corta, Richmond abrió el vientre de la mujer e intentó remover el feto. Sin embargo, “como era inusualmente grande y la madre mucho más gorda y sin asistencia, encontré esa parte de la operación más difícil de lo que esperaba”, señaló en su relato. Con la mujer agonizando, concluyó que era preferible “una madre sin hijos a un hijo sin madre” y decidió remover al feto de una vez por todas para salvar a la mujer.

La motosierra y el parto.

En una época sin asepsia ni anestesia, las cesáreas eran procedimientos raros debido a su alto nivel de riesgo. Hasta 1597, año en que las cesáreas se volvieron más seguras la alternativa quirúrgica más común se conocía como sinfisiotomía. Básicamente, la sínfisis del pubis (una articulación compuesta de cartílago justo encima de la vulva) era cortada para aumentar el tamaño de la pelvis y facilitar el parto.

Evidentemente, como cualquier otro procedimiento quirúrgico en esa época no estaba exento de riesgos y la rapidez con que se hacía era vital. Entre menos tiempo llevara la operación, menor probabilidad de que la paciente entrara en shock o contrajera una infección letal.

Los médicos escoceses John Aitken y James Jeffray desarrollaron una herramienta para llevar la sinfisiotomía a un nuevo nivel. A finales del siglo XVIII presentaron un dispositivo que hacía el trabajo mucho más rápido y eficiente: la motosierra. La primera motosierra consistía de una sierra flexible, diseñada a partir de una cadena de reloj de bolsillo, con dientes que se desplazaban gracias a una manivela.

Producido a partir de 1806, el dispositivo también se usaba para cercenar articulaciones enfermas y terminó mecanizado. En 1905, a alguien se le ocurrió que podría usarse para cortar leña. La sinfisiotomía es una práctica en desuso, aunque en países subdesarrollados donde no existe la posibilidad de realizar una cesárea en condiciones se sigue practicando ocasionalmente.