En Afganistán, gangina es el término que define la forma tradicional de mantener uvas y otras frutas frescas durante meses. Básicamente, se trata de recipientes construidos con barro y sellados herméticamente. Se sabe que conservar uvas frescas durante mucho tiempo es complicado, incluso bajo refrigeración.
Sin embargo, los afganos han empleado la gangina desde hace mucho tiempo para mantener la fruta fresca en invierno y primavera, épocas en que el producto es difícil de conseguir. Este método de conservación consiste en tomar uvas frescas y sellarlas en un recipiente parecido a un platillo construido con lodo.
Es obligatorio secarlo al Sol y posteriormente conservarlo en un lugar fresco, donde no reciba luz solar directa. Cuando se almacenan correctamente, los recipientes de gangina conservan las uvas frescas desde la cosecha de otoño hasta la primavera del siguiente año.
“Primero se deben retirar las uvas malas y luego ponerlas en gangina. Si dejamos las malas en la gangina, el resto terminará estropeándose”, especifica Abdul Manan, un agricultor afgano. Recalcó que se debe ser muy cuidadoso con la selección, pues una sola uva en mal estado echa a perder todo el lote.
Un contenedor de gangina debe estar herméticamente sellado y mantenerse en un lugar fresco y oscuro para conservar la frescura de las frutas en el interior. En invierno y primavera la demanda de fruta fresca aumenta, así como la cantidad de dinero que los consumidores están dispuestos a desembolsar. Es entonces cuando los agricultores afganos ofertan sus reservas de uvas en gangina. Cada recipiente contiene aproximadamente un kilogramo del fruto y así producen más ganancias que si las vendieran recién cosechadas.
“Almacenamos muchas uvas en gangina para venderlas en invierno o primavera. Así obtenemos buenos ingresos”, mencionó el productor de uvas Askar durante una entrevista para el Ministerio de Agricultura de Afganistán.
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