El pez pulmonado de Queensland (Neoceratodus forsteri) se ha convertido en el animal con el mayor genoma secuenciado hasta la fecha. Con aproximadamente 43,000 millones de pares de bases, el genoma de este animal es 14 veces mayor que el humano. Destronó al ajolote, una especie de salamandra mexicana, por una diferencia del 30%.
El descubrimiento, publicado la semana pasada en la revista Nature, estuvo a cargo de los mismos investigadores austriacos y alemanes que secuenciaron el genoma del ajolote en 2018. Para reducir las probabilidades de error en el proceso, el equipo empleó una tecnología de punta que consiste en dividir el genoma en partes más pequeñas para secuenciarlas. Después que cada uno de los fragmentos es secuenciado, un algoritmo computacional reconstruye el genoma en su totalidad.
Fósil viviente.
El pez pulmonado de Queensland cambió muy poco en los últimos cientos de millones de años, por eso se le considera un fósil vivo. En ese mismo lapso, la evolución llevó a los primeros animales acuáticos a desarrollar adaptaciones que permitieron habitar zonas terrestres. El Neoceratodus forsteri, endémico de los ríos al sudeste de Australia, también es uno de los parientes acuáticos más cercanos de los animales terrestres.
Este pez podría ser la clave para comprender el proceso evolutivo que nos permitió salir del agua y habitar la tierra. Muestra de esa pereza evolutiva es la presencia de un pulmón primitivo que asiste al animal en la respiración. Cuando los niveles de oxígeno en el agua se reducen o realiza esfuerzo excesivo, el pez se dirige a la superficie y respira aire por las fosas nasales. En condiciones normales, respira por las branquias como cualquier otro pez.
La especie se descubrió en el siglo XIX y la existencia de estas características provocó que lo clasificaran erróneamente como un anfibio.
En el genoma del pez pulmonado de Queensland aún se encuentran genes vinculados al desarrollo de miembros articulados, pulmones y otras características necesarias para la vida en la tierra. “Genómicamente hablando, está a mitad de camino entre un vertebrado terrestre y un pez”, señala Siegfried Schloissnig, autor del estudio.
El análisis genético constató que este pez es el pariente más cercano a los extintos peces pulmonados, quienes lograron adaptarse para sobrevivir en tierra firme y terminaron originando todos los tetrápodos (mamíferos y aves incluidos). En el estudio se dice que el Neoceratodus forsteri se separó de un linaje que conquistó al planeta hace unos 420 millones de años. Mientras que la transición fuera del agua sucedió hace unos 400 o 300 millones de años.
Previo a esta confirmación, suponían que los celacantos eran nuestros parientes peces más próximos, pero esta especie terminó separándose mucho antes en la escala evolutiva.
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