Todos los días Marcos recorre ocho cuadras y espera afuera del hospital en el departamento Calda en Colombia. Desde hace dos años espera a que den de alta a su amigo, quien ya murió pero él no sabe.
Desde abril de 2017, vecinos notaron que un perro con arrugas, canas y de color dorado iba diariamente al Hospital San Marcos a esperar a su amo, quien de acuerdo con el medio colombiano La Patria, ya murió. El perro fue llamado como hospital del que es visitante asiduo.
Aunque personas le han abierto las puertas de su casa a Marcos, él las ha negado. Primero, las hijas del difunto se lo quisieron llevar, pero nunca las siguió. Gladys García, una vecina del pueblo cafetalero, también intentó quedárselo pero notaba que el perro estaba desesperado por salir y mejor lo dejo libre, de acuerdo con El Tiempo.
Los vecinos y médicos del hospital se han encargado de los cuidados del perro, quienes le dejan de comer y cuando enferma hacen una colecta para llevarlo al veterinario, pues en sus años esperando a sufrido lesiones en las patas y cataratas en los ojos.
Incluso hasta saben sus horarios y sus actividades. Margarita, dueña de una cafetería, dice que desayuna a las 7:30 de la mañana, come a las 5 de la tarde y los fines de semana va a misa y se echa en el atrio.
El Hachiko colombiano
La historia de Marcos recuerda a Hachiko, el perro akita que esperó por 10 años a su dueño en la estación del tren en Japón.
Su amo, el profesor Hidesaburō Ueno, trabajaba en la Universidad de Tokio y cada día Hachiko iba a la estación Shibuya a esperarlo. Sin embargo, el 21 de mayo de 1925 Ueno sufrió un infarto cerebral en la escuela y murió.
Desde ese día y por diez años, el perro esperó a que regresara su amo hasta que Hachiko falleció.