Lorenc Peter Elfred Freuchen es el auténtico “hombre de las nieves”. Oriundo de Dinamarca, este sujeto de dos metros de altura figuró como uno de los exploradores más rudos de la vieja escuela en el 1900. Además de un imponente abrigo confeccionado con la piel de un oso polar, Freuchen se distinguía por una barba épica. Entre las aventuras más legendarias de este sujeto figura el haber recorrido 1,000 kilómetros de Groenlandia montado en un trineo de perros en 1910.
Las legendarias hazañas de Peter Freuchen.
También es famoso por haber matado a un lobo a mano limpia, escapado a la persecución de los nazis y amputado sus propios dedos gangrenados con unos alicates y sin anestesia. Por si fuera poco, estelarizó una película (que ganó un Oscar) cuya trama se basó en un libro escrito por él mismo. Este sujeto era tan increíble que interpretó al villano en una película que tomó algunos elementos de su propia autobiografía.
Además, fue la quinta persona de la historia en llevarse el premio mayor en un concurso de televisión titulado «The $64,000 Question«. Publicó una treintena de libros, fundó dos clubes de aventureros y escribió una biografía titulada «El vikingo vagabundo«.
Sin embargo, la legendaria resistencia de este hombre no termina allí. En una ocasión fue sorprendido por una tormenta de nieve tan intensa que terminó sepultado, envuelto de forma tan compacta que apenas y podía moverse. Tras pasar más de 30 horas sepultado en esta tumba de hielo del tamaño de una maleta grande, este gigante escapó de la muerte empleando su propia popó para abrirse paso a través de una espesa pared de hielo. Después, tuvo que arrastrarse durante tres horas hasta el campamento base.
Un explorador apasionado.
Peter Freuchen nació en 1886, y tuvo una formación académica orientada a la medicina en varias escuelas importantes de Dinamarca. Sin embargo, encontró que su verdadera pasión no encajaba en la estructura social y vida civilizada de la época. Tras acumular diversos problemas en la escuela (en su autobiografía se puede leer «las primeras víctimas de mi instinto de cazador fueron mis primeros instructores») Freuchen decidió hacer todo a un lado y se fue a explorar el mundo salvaje.
Ingresó a todas las expediciones polares que le fue posible y desarrolló una obsesión por explorar el territorio de Groenlandia y el Polo Norte. En 1906, con tan sólo 20 años de edad, en compañía de su amigo Knud Rasmussen navegó lo más al norte que le fue posible, se bajó del barco y recorrió más de 1,000 kilómetros de territorio congelado en Groenlandia. Iban a bordo de un trineo tirado por perros.
En el viaje terminaron encontrándose con los inuit, la población nativa de la que aprendieron el idioma y con la que después colaboraron en expediciones de caza cooperativa para atrapar lobos, osos polares, morsas, ballenas, focas y otros animales.
La Fundación de Thule.
Las expediciones de Freuchen también se hicieron por mar y tierra en algunas regiones de Siberia, Sudáfrica y otras zonas inhóspitas donde el ser humano promedio sería incapaz de sobrevivir; sin embargo, este gigante danés tenía una predilección por Groenlandia. Así, en 1910 regresó y se dirigió lo más al norte que pudo para establecer una estación comercial y vivir entre los inuit. Su pueblo, integrado por apenas dos habitantes, fue llamado Thule en honor a la marca que utilizaban los cartógrafos medievales para señalar cualquier lugar ubicado más allá de las fronteras del mundo conocido.
En Thule, la temperatura promedio es de -25 C° durante el invierno. Hablamos de principios del siglo XX, cuando no existían las chamarras rompeviento, los trajes de neopreno o todos estos aditamentos térmicos que permiten superar las bajas temperaturas. Freuchen se encargaba de mantener el frío a raya con pieles, cuero y lana.
En ciertos momentos, su tienda de campaña se volvía tan fría que su aliento se hacía hielo y terminaba cubriendo el interior. Cuando se le termina el carbón, el lugar se reducía tanto debido a la condensación que el hombre apenas y podía ponerse de pie.
Aprendiendo de los inuit.
Freuchen vivió en Thule casi diez años de su vida, época en la que aprendió a hablar fluidamente el idioma de los inuit y se convirtió accidentalmente en el principal experto sobre los pueblos nativos de Groenlandia en todo el mundo. De hecho, contrajo matrimonio con una mujer inuit y tuvo dos hijos a quienes llamó Pipaluk Jette Tukuminguaq Kasaluk Palika Hager y Mequsaq Avataq Igimaqssusuktoranguapalu. El nieto de Freuchen fue la primera persona de ascendencia inuit en ganar una posición en el Parlamento de Canadá.
En la actualidad, Thule sirve como base para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Además de aviones de combate, en este lugar se ubican radares y puestos de escucha. También alberga al 12th Space Warning Squadron, un radar terrestre empleado para la detección temprana de misiles.
Entre 1912 y 1933, Thule sirvió de campamento base para siete expediciones. La primera expedición consistió en cruzar 1,000 kilómetros a través de Groenlandia con la única intención de demostrar al comodoro Perry que el Polo Norte no se separaba de Groenlandia por un río. En esa ocasión, tanto Freuchen como Rasmussen estuvieron al borde de la muerte. Sin embargo, se las arreglaron para salir adelante y los nombraron héroes nacionales por su hazaña.
Peter Freuchen y su carrera como escritor.
La primera esposa de Freuchen murió víctima de la gripe española en 1921, año en que regresó a Dinamarca y trabajó como columnista para un periódico llamado Politiken. En esta época también arrancó su prolífica carrera como escritor, llegando a publicar casi 30 libros a lo largo de su vida. En esencia, sus obras estaban basadas en relatar la cultura y estilo de vida que llevaban los inuit. Aunque también se abordaban las formas de matar animales salvajes y sobrevivir a un clima que, literalmente, congela tu orina mientras está cayendo. Escribió sobre la navegación, los océanos e ideó algunos relatos ficticios.
Para 1924 Freuchen se casó nuevamente con una millonaria, heredera de una gran fortuna proveniente del negocio de la margarina en Dinamarca. Freuchen caía tan bien a sus suegros que, en 1925, lo hicieron editor en jefe de una revista que ellos mismos fundaron. La revista, aún en circulación, es la publicación de más larga duración en la historia de Dinamarca.
Sin embargo, el espíritu aventurero y dominante de Freuchen no se vio opacado por convertirse en un millonario autor de múltiples best-seller. Continuó con sus viajes hacia el norte y las expediciones complicadas, incluida la que mencionamos al principio.
El legendario escape de Peter Freuchen.
Freuchen exploraba los confines al norte de Groenlandia cuando fue sorprendido por una ventisca impresionante:
Intentó resguardarse bajo el trineo de perros, pero la nieve y el hielo terminaron atrapándolo. El hielo se acumuló tanto a su alrededor de su barba quedó congelada, lo que implicaba arrancar un pedazo de la misma si pretendía girar la cabeza. Tras más de un día arañando e intentando abrirse camino hacia un sitio seguro, Freuchen se abrió paso a través de la pared de hielo con un pico que creó a partir de su propio excremento.
Al salir, se arrastró tres horas de regreso a la base, se quitó los calcetines y observó que sus dedos se habían gangrenado. Sin emplear ninguna clase de anestesia, tomó unos alicates y un martillo y se amputó las partes afectadas.
Eskimo (1933).
En 1933 se estrenó una película sobre los inuit basada en un libro escrito por Freuchen. La historia relataba las aventuras de un guerrero ficticio en el Ártico, y todos los diálogos se realizaron completamente en idioma inuit con subtítulos en inglés. Freuchen escribió el guion, tradujo los diálogos, sirvió como intérprete en el set, ayudó al equipo de filmación a sobrevivir en el inhóspito clima y todavía se dio tiempo para interpretar al villano de la película.
Ganó un premio de la Academia en la categoría «Mejor edición de película», aunque debemos decir que en este proceso Freuchen no tuvo participación alguna. Durante el estreno de Eskimo, se dice que Freuchen levantó a la directora nazi Leni Riefenstahl (una de las favoritas de Hitler), la puso sobre su cabeza y dio vueltas en círculos mientras reía a carcajadas. A la mujer no le pareció el atrevimiento. Peter Freuchen ni siquiera podía utilizar la excusa de que estaba borracho pues jamás había tomado.
Un guerrero contra el antisemitismo.
En 1938, Freuchen fundó en Dinamarca “The Adventurer’s Club”, un sitio donde los hombres que querían sentirse rudos se reunían a fumar junto a una chimenea rodeados por paneles de madera y cabezas de animales en las paredes. Desafortunadamente, en aquella época Dinamarca tenía algunos roces con el régimen nazi, situación que molestaba demasiado a Freuchen. Algunos rumores dicen que cada vez que alguien se atrevía a mencionar algo antisemita, Freuchen se levantaba, caminaba hacia el tipo y le decía algo intimidante como: «Yo soy judío. ¿Qué vas a hacer al respecto?».
Cuando Alemania invadió Dinamarca, Freuchen se integró a la resistencia danesa. Además de ocultar refugiados, saboteó operaciones nazis y hizo enojar tanto a Hitler que fue arrestado por los alemanes y condenado a muerte. Freuchen escapó y se refugió en Suecia, donde siguió perjudicando a Alemania. Si una tumba de hielo no pudo quitarle la vida, los nazis tampoco.
Última etapa en la vida de Peter Freuchen.
Para 1945 se mudó a la ciudad de Nueva York y contrajo matrimonio por tercera ocasión, con Dagmar Cohn. Dagmar trabajaba como ilustradora de moda para Vogue, por lo que la pareja se estableció en Nueva York durante el resto de la guerra. En 1956, Freuchen se convirtió en la quinta persona de la historia en ganar el premio mayor de The $64,000 Question.
Peter Freuchen murió de un ataque cardíaco en 1957, apenas tres días después de haber terminado su último libro. Tenía 71 años de edad. Sus cenizas fueron esparcidas en Thule, Groenlandia.