En una publicación del Journal of Archaeological Science se describe el hallazgo de un esqueleto que proporciona el testimonio de una muerte aterradora. Tras el análisis de la osamenta, los investigadores corroboraron que el hombre tenía entre 17 y 20 años de edad. Además, su muerte ocurrió tras recibir una tortura severa y atravesar una decapitación parcial. Murió durante la Edad Media, en algún momento del siglo XIII, y su cuerpo fue sepultado cerca de una iglesia en la ciudad de Milán, al norte de Italia.
Un grupo de arqueólogos de la Universidad de Milán estuvo a cargo del análisis del esqueleto, y la disposición simétrica de las heridas en brazos y piernas los llevó a creer que se trataba de lesiones intencionales. A partir de los registros históricos existentes para esta época, los investigadores sugirieron que el hombre fue torturado en «la rueda».
La rueda del mal.
La rueda fue un método de tortura en el que los miembros de la víctima eran atados a una rueda de madera. Una vez inmovilizados, brazos y piernas recibían golpes con grandes martillos de metal. Al final, mientras la víctima todavía se encontraba en la rueda la colgaban en una plaza pública y la dejaban morir lentamente.
Este método de tortura se empleó frecuentemente contra aquellas personas acusadas de crímenes horrendos. Sin embargo, en la región norte de Italia, donde se descubrió el cuerpo, generalmente se reservaba el castigo a individuos sospechosos de transmitir enfermedades como la peste bubónica.
Por si fuera poco, en el análisis del esqueleto también se encontraron fracturas lineales inusuales en la base del cráneo. Según los investigadores, esto habría resultado tras un fuerte traumatismo causado por el golpe de un arma pesada durante una decapitación parcial.
En el artículo se menciona que estos restos describen por primera vez las condiciones de una víctima de la rueda, y destaca la importancia de la arqueología y antropología en la reconstrucción de casos de violación a los derechos humanos en el pasado.