Aunque el peculiar patrón de rayas en las cebras parezca una decoración natural, realmente tiene una función muy importante para estos animales: repeler insectos. En el pasado, diversos estudios lo han confirmado, incluso asegurando que un patrón de rayas en blanco y negro resulta efectivo también cuando se trata de proteger humanos. De hecho, se sabe de algunas tribus africanas que emplean pintura corporal a rayas por este motivo, vinculando el significado cultural a un aspecto benéfico.
En la actualidad, los científicos desconocen la razón por la que moscas y otros insectos chupa sangre evitan las superficies a rayas en blanco y negro; sin embargo, algunas aproximaciones sugieren que las rayas generan una especie de ilusión óptica molesta en la visión de estos insectos, por lo que suelen evitarlas.
De cualquier forma, lo importante es que son efectivas. Ahora, un grupo de científicos en Japón decidió probar los patrones de rayas en blanco y negro sobre las vacas. Y es que estos rumiantes se ven seriamente afectados por las moscas que pican (parte de la familia de los tabánidos), una plaga que genera pérdidas económicas en la producción animal.
El experimento.
Para el estudio, publicado en la revista Plos One, los investigadores reclutaron media docena de vacas que pintaron con diversos patrones: dos con rayas en blanco y negro, dos sólo con rayas negras (sobre el color natural de los animales) y 2 sin ningún tipo de pintura, de forma que sirvieran como grupo de control.
A continuación, los japoneses observaron el comportamiento de las vacas respecto a sus hábitos para repeler moscas (sacudidas de cabeza, sacudidas de las orejas, contracción en las piernas, espasmos en la piel y movimientos de cola) y realizar un conteo del número de moscas que se posaban en sus cuerpos.
El resultado no dejó dudas: las vacas sin pintar o con líneas negras presentaron 110 picaduras en 30 minutos, a diferencia de las vacas con líneas en blanco y negro que sufrieron menos de 60 picaduras en el mismo lapso. Pero, también se observó una disminución de hasta el 20% en el típico comportamiento de repeler insectos en las vacas pintadas como cebras. Es decir, estos animales fueron menos molestados por los insectos.
El equipo de investigación cree que líneas artificiales de esta clase podrían utilizarse en el futuro como un método para combatir a las moscas, sin tener que recurrir a pesticidas. Además de ser una alternativa más económica, las líneas son más saludables para el ganado y perjudican menos al medio ambiente.