Los seres humanos tenemos la suerte de que una de las cosas que más placer puede darnos está literalmente al alcance de la mano y antes de que te pongas a dudar sobre qué estamos hablando, te diremos que esto se trata de los orgasmos.
Nadie puede negar que estos son deliciosos y placenteros, pero algo que quizá lo sabías es que estos no siempre tienen relación con el sexo. Hay otras formas de llegar a esa sensación y existe una al que se le conoce como frissons (escalofríos o estremecimientos en francés) u orgasmos de piel.
Los frissons suceden cuando una sensación placentera recorre todo tu cuerpo a través de la piel y que en ocaciones es tan fuerte que puede causar una reacción en otros órganos como el estómago e incluso los sexuales, y generalmente se dan cuando escuchas el momento más emotivo de una canción o presencias una imagen que se conecta con tus sentimientos durante una película, o una obra de teatro.
Sobre este fenómenos que muchas veces vivimos sin darnos cuenta, los científicos se han puesto a investigar y han encontrado que entre el 55 y el 86% de la población mundial, es capaz de experimentarlos.
La ciencia quiere aprender a hacerlos
Luego de darse cuenta que la música puede causar estas sensaciones, la ciencia se ha mostrado interesada en descubrir cómo causar este tipo de orgasmo y afortunadamente han encontrado resultados positivos.
Diferentes investigaciones muestran que, en el campo de la música, son las armonías inesperadas, cambios repentinos en el volumen o la emotiva entrada de un solista lo que puede causar un orgasmo de piel.
Además descubrieron que los violines y pianos son los instrumentos más sexys y que existen algunas piezas que son más proclives a generar esta especial reacción; entre ellas: el Concierto nº1 para piano en Mi menor, de Chopin, la Pasión según San Juan, de Bach, y La Casta Diva, de la ópera Norma, de Vincenzo Bellini, sobre todo si quien la canta es Maria Callas.