lunes, 13 de mayo de 2019

Instagram: la red social más perjudicial para la salud mental

La investigación muestra que Instagram genera un impacto negativo en la autoimagen y el sueño de los jóvenes. No eres el único que termina con un terrible bajón tras pasar algunas horas en redes sociales, se trata de un fenómeno generalizado. Y es que, además de perder el tiempo, también provocas afectaciones en tu salud mental. De hecho, el hábito se parece mucho a la forma en que funciona una droga: entre más tiempo consumes en los dispositivos, más te quieres quedar.
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Adicción a las redes sociales.

De acuerdo con un reporte realizado por la dependencia encargada de la salud pública en el Reino Unido, la Royal Society for Public Health, las redes sociales generan incluso más adicción que el tabaco o alcohol. Pero, entre todas estas, Instagram resultó la más perjudicial para la salud mental de los jóvenes.
Entre los diferentes grupos de edad, el de las personas entre 14 y 24 años es el que más uso hace de las redes sociales con un 90%, hecho que los hace todavía más vulnerables a los efectos nocivos de la práctica. De forma simultánea, en los últimos 25 años se observó un incremento de hasta el 70% en los índices de ansiedad y depresión para este grupo poblacional. Aquellos jóvenes con ansiedad, depresión, insomnio y baja autoestima podrían estar mermando su salud por culpa del uso que le dan a las redes sociales.
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La muestra poblacional se integró con 1,479 voluntarios de entre 14 y 24 años que fueron invitados a evaluar en qué medida las redes sociales más populares (Instagram, Facebook, Snapchat, Twitter y YouTube) influenciaban su sentimiento de pertenencia a la comunidad, bienestar, ansiedad y soledad.

Resultados preocupantes.

Los resultados mostraron que compartir fotografías a través de Instagram genera un impacto perjudicial en el sueño y la imagen propia, al mismo tiempo que produce ansiedad en los jóvenes por el temor a quedar excluidos de las tendencias o acontecimientos relevantes (el término en inglés es FOMO, fear of missing out). De acuerdo con dicha investigación, YouTube figura como el menos nocivo, seguido por Twitter. Por otro lado, Facebook quedó en tercera posición seguido por Snapchat.

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Aunque YouTube fue motivo de desvelo para muchos de los participantes, la evaluación del sitio apunta a que es el que menos perjudica el bienestar de los voluntarios. Por otro lado, Instagram recibió más del 50% de evaluaciones negativas. Siete de cada diez participantes señalaron que esta red social provocaba que se sintieran peor respecto a la imagen que tenían de sí mismos. Y entre las jóvenes resulta todavía más perjudicial, pues nueve de cada diez mujeres mencionaron sentirse infelices con sus cuerpos y pensaron en cambiar su apariencia recurriendo, incluso, a procedimientos quirúrgicos.
Con Snapchat las cosas tampoco fueron bien. Hablando de la privación del sueño y el FOMO, la aplicación de mensajería y contenido multimedia alcanzó los peores resultados. Mientras tanto, Facebook apareció como la plataforma principal donde se produce el bullying para los jóvenes. Dos de cada tres participantes estaban convencidos de que Facebook hace que el cyber-bullying sea todavía más cruel.

Una crisis de salud mental.

Las redes sociales y la “vida perfecta” que en ellas se comparte provocan que la expectativa de estos jóvenes sobre su futuro sea algo completamente irreal. Y es lógico, pues una baja autoestima combinada con la búsqueda incesante del perfeccionismo terminan generando ansiedad. La advertencia de los investigadores es muy clara: aquellos usuarios que inviertan más de dos horas al día en redes sociales tienen mayor probabilidad de desarrollar condiciones que perjudiquen su salud mental, como el estrés psicosocial.
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Para prevenir esto, las autoridades de salud han solicitado a las diversas plataformas que adviertan a sus usuarios sobre el uso descontrolado de las mismas, además que se especifiquen los casos en que las fotografías fueron editadas, previniendo de esta forma que las personas se sientan mal con su apariencia.

Los expertos también sugieren que las redes sociales deberían identificar, a través del contenido publicado, los casos en que el usuario esté pasando por algún problema de salud mental y ofrecer alguna clase de apoyo emocional para estos individuos.
En la conclusión de la investigación, la Royal Society for Public Heath fue directa al señalar que “las plataformas que supuestamente ayudan a los jóvenes a conectarse podrían estar propiciando una crisis de salud mental”.