¿Qué interpretación tienes sobre la monogamia? Muchas personas (la gran mayoría) que viven en pareja suelen creer que su cónyuge comparte la misma definición de relación monógama; sin embargo, esto es completamente falso. La terapeuta Mary Klein asegura que muchos de los conflictos que observa en sus clientes surgen a partir de supuestos acuerdos que jamás hicieron. De hecho, en un matrimonio cada miembro posee una definición personal sobre la monogamia, aunque nunca suelen hablar sobre estas ideas y mucho menos se ponen de acuerdo sobre la mecánica bajo la que funcionará la relación.
Uno más uno no siempre son dos.
Mientras algunas personas guardan un concepto poco especifico de la monogamia, como “ser leal a la otra persona”, otros piensan que la monogamia está restringida a un compromiso de no tener relaciones sexuales con otras personas. Para muchos, consumir contenido comercial para adultos o incluso auto complacerse es una traición. Sin embargo, otros creen que enviar mensajes con contenido subido de tono a un tercero no se considera traición, siempre y cuando no exista un encuentro físico con la persona a la que se envían.
“Las parejas deben conversar y llegar a un acuerdo sobre el significado de la monogamia para ambos. Generalmente, se trata de una intimidad sexual y emocional exclusiva de la pareja, y de nadie más”, apunta Klein.
La terapeuta advierte que si alguien es parte de un noviazgo o matrimonio, jamás debe presumir o dar por hecho que existe un contrato de exclusividad sexual. Todas las parejas deben comprender que estar en una relación no implica garantía para la monogamia.
“Cada uno puede tener ideas distintas sobre el significado de ‘matrimonio’ y ‘relación’. Es importante que la pareja llegue a un acuerdo donde se deje en claro, para ambos, qué implica la monogamia o la no monogamia”.
Relaciones polígamas consensuadas.
Algo parecido sucede cuando se habla de relaciones polígamas, o las populares “relaciones abiertas”. “En este caso, deben llegar a un acuerdo para abrir la relación de forma que resulte satisfactorio para ambos. Algunos prefieren no enterarse sobre el comportamiento sexual de sus parejas fuera de la relación. Se rigen por una política de ‘no preguntes, no digas’, mientras que a otros les interesa saber, y muchos insisten en saberlo. Aquí las reglas son muy importantes”.
Klein dice que muchas parejas polígamas establecen acuerdos para relacionarse con otros individuos solamente durante los viajes o con personas que no pertenecen a su círculo de amigos, sobre todo para evitar enredos emocionales.
Un diálogo con intención.
La terapeuta está convencida de que todas las parejas deberían conversar para llegar a un acuerdo sobre la relación. Para lograrlo, Klein recomienda el diálogo con intención en el que mientras un miembro de la pareja expone su punto de vista, el otro se compromete a escuchar sin reaccionar, interrumpir o interpretar. Después, se cambia el interlocutor. Y así, mientras uno habla, el otro analiza lo que se está diciendo.
Además, la terapeuta aconseja que al hablar de sentimientos siempre se haga en primera persona con la palabra “yo”, como “yo me siento ignorado”, o “yo siento que no pensamos lo mismo”. El interlocutor tampoco debe suponer o presumir que sabe lo que está pensando su cónyuge.
Actualización de términos y condiciones.
Klein también apunta que los acuerdos establecidos al comienzo de una relación no tienen por que ser perpetuos, y siempre será posible actualizarlos si la pareja está de acuerdo. Lo importante es que nadie acepte de mala gana o sea forzado a aceptar condiciones que no desea.
Hablando de celos…
Los celos, aunque están presentes en todas las clases de relaciones, son mucho más intensos en relaciones cerradas. En estos casos en particular, resulta muy común que uno de los miembros en la pareja crea que la otra persona es de su propiedad, y se cree con derecho a investigar en su cartera/bolso, teléfono celular o ropa.
Según un estudio de 2018 publicado en la Perspectives on Psychological Science, las personas en relaciones polígamas consensuadas presentan menos celos y mayores niveles de confianza que aquellos individuos en relaciones monógamas. La investigación contó con la participación de 1,500 personas en relaciones monógamas y 617 individuos en relaciones abiertas. Además, es común que en las parejas monógamas se evite hablar sobre los celos con la pareja, mientras que en las relaciones polígamas consensuadas es un área bien explorada.
“Dentro de una relación polígama consensuada, los celos son algo esperado. Pero, apenas sale a flote dicho sentimiento, trabajan de forma proactiva para administrarlo”, señala una de las autoras en el estudio.
Poligamia no es promiscuidad.
Muchas personas piensan que las personas polígamas padecen promiscuidad pues solo buscan el placer a través de las relaciones sexuales. Sin embargo, este tipo de relación exige mucha más comunicación y trabajo que las relaciones monógamas.
Independientemente del tipo de relación que tengas, es importante recordar que sobre todo está la salud. Muchos terapeutas sexuales han dejado de emplear el término “sexo seguro” para utilizar “sexo más seguro” en un intento por ayudar a las personas a entender que cualquier actividad íntima con otra persona representa un riesgo para la transmisión de enfermedades.
“La idea es suponer que cada pareja puede tener una ETS, y actuar partiendo de esta idea. No es apropiado ni realista esperar que la otra persona esté diciendo la verdad”. Por eso, cualquier precaución es poca en estos temas.