El 21 de octubre de 1966, justo a las 9:15 a.m. un aterrador desastre golpeó Aberfan, un pequeño poblado gales dedicado a la minería, devastando a los habitantes y casi eliminando a una generación entera. El desastre de Aberfan, en Gales del Sur, figura como uno de los peores desastres en la historia de Gran Bretaña en el que perdieron la vida 116 niños y 28 personas adultas.
Se estima que la avalancha desplazó más de 150 mil toneladas de carbón grueso, roca sedimentaria y agua, poniendo fin a la existencia de la mayor parte de alumnos que asistían a la Escuela Primaria Pantglas. Aquel incidente se consideró una tragedia nacional y tanto la Reina como el Primer Ministro se presentaron en el lugar para manifestar su apoyo a los habitantes. La comunidad también recibió donaciones de diversas partes del mundo.
¿Cómo se originó la tragedia en Aberfan?
Seguramente te estás preguntando cómo pudo suceder algo tan calamitoso y cuáles fueron las consecuencias del desastre. El gigantesco desprendimiento de material se produjo después que millones de metros cúbicos de escombro extraídos de la mina Merthyr Vale Colliers bajaran por la ladera.
Pese a la existencia de manantiales subterráneos, el material residual de las excavaciones se apiló durante años a un costado de la mina Merthyr Vale Colliers, encima de Aberfan. Ese 21 de octubre a las 9:15 de la mañana, un montículo de aproximadamente seis metros de altura ubicado en el vertedero número siete se deslizó con consecuencias aterradoras.
De hecho, aproximadamente un año antes de la tragedia dos padres de familia habían presentado una solicitud a Ann Jennings, directora de la escuela Pantglas, sobre el curso de acción para poner fin a las constantes inundaciones del terreno. De hecho, Jennings comunicó la preocupación de los padres de familia al consejo de la ciudad. Pero, incluso antes de esto, un miembro del consejo local llamado Gwyneth Williams señaló que si el vertedero en cuestión se desplazaba repentinamente, existía el riesgo de que toda la escuela terminara sepultada.
Como sucede muchas veces, las advertencias fueron ignoradas y la falta de justicia frustró a muchos habitantes del lugar. Para muchos de los testigos, cada conmemoración del aniversario de esta tragedia trae recuerdos dolorosos. Por ejemplo, durante el cincuenta aniversario de la tragedia Jeff Edwards, el último pequeño al que rescataron con vida de la Escuela Primaria Pantglas, señaló ser atormentado por las pesadillas durante varios años después del incidente.
Las consecuencias de la tragedia.
El desastre de Aberfan dejó secuelas mucho más dolorosas y profundas de lo que se podría suponer, sobre todo por el remordimiento de lo que pudieron hacer los pobladores para prevenirlo. A pesar de que un tribunal determinó que el desastre fue causado por la “ineptitud” de la National Coal Board, nadie recibió castigo alguno.
Pero la cosa no terminó allí, como si no fuera suficiente a la asustada población se le requirió el pago de £ 150,000 de un fondo para desastres para remover el vertedero número siete a fin de que no volviera a suceder una nueva tragedia. Once años después, en 1997, el dinero les fue reembolsado y el gobierno de gales donó 1.5 millones de euros a la Aberfan Memorial Charity.
Y aunque dicen que el tiempo todo lo cura, más de cincuenta años después en Aberfan sigue latente el recuerdo de los que perdieron la vida aquella mañana de octubre, motivo por el que cada año la Asamblea de Gales iza las banderas a media asta en señal de respeto y guarda un minuto de silencio a las 9:15 de la mañana.