En las siguientes oraciones encontrarás una buena historia de terror. Aunque, generalmente, un buen relato de terror depende de la dedicación que pone el autor para aumentar la tensión en la mente del lector hasta ese momento final donde sucede lo más espeluznante, también es posible que relatos brevísimos nos pongan los pelos de punta. Si no tienes tiempo para leer extensas historias de terror, aquí te resumimos varias en apenas dos oraciones.
“Halloween es mi día favorito del año. Es el único día que puedo recorrer las calles bañado en sangre con mi saco lleno de partes humanas sin que nadie me juzgue”.
“‘¿Puedes guardar un secreto?’, le dije llorando a mi amigo. ‘Asesiné a mamá anoche’. ‘Lo sé”, dijo él. ‘Lo vi todo’”.
“Mi perro empezó a rascar la puerta para que lo dejara entrar. A mitad de camino, recordé que no tengo perro”.
“Anoche, mi hermano volvió a llamar, suplicándome que fuera a buscarlo. Era algo típico de él… cuando estaba vivo”.
“Encontrar un cadáver sepultado en tu jardín es algo espeluznante. Pero darte cuenta que eres tú es mucho peor”.
“Tras un extenuante día de trabajo, llegas a casa listo para relajarte toda la noche en completa soledad. Pero cuando alcanzas el interruptor de la luz, ya hay otra mano allí”.
“Se preguntaba por qué proyectaba dos sombras de su cuerpo. Después de todo, sólo había una bombilla encendida”.
“Beso a mi hija y esposa antes de darles las buenas noches e irme a dormir. Al despertar, me encuentro en una habitación acolchada y las enfermeras me dicen que todo fue un sueño”.
“Entregaron a todos los maniquíes envueltos en plástico de burbujas. Desde mi habitación, empecé a escuchar cuando estallaban”.
“Los médicos le comentaron al amputado que, ocasionalmente, podría experimentar una extremidad fantasma. Sin embargo, nadie lo preparó para el momento en que su mano fantasma se entrecruzó con unos dedos helados”.
“Día 325. El Internet sigue sin funcionar”.
“La puse en mi estante con sus ojos de porcelana irreflexivos y el vestido rosa más bonito que pude encontrar. ¿Por qué tuvo que nacer callada?”.
“Para lograr que mi hijo dejara de maldecir, le dije que con cada grosería moría un gatito. Ahora, nuestro patio está repleto de pequeñas tumbas, pero el niño debe aprender las consecuencias de sus actos”.
“Los pequeños seres llegaron a través de la ruptura de otro universo. Lucen curiosos y divertidos con sus cuatro extremidades y una sola cabeza, pero saben exquisito”.
“¿Has sentido ese frío helado que recorre la parte posterior de tu cuello cuando alguien te está observando? Deberías”.
“Con toda la amabilidad del mundo pidió que no pusieran música alta, que procuraran limpiar el jardín y evitaran que los gatos se subieran a sus macetas, pero nunca le hicieron caso. Después que el silencio reinó, se ofreció voluntariamente para limpiar el jardín y buscar a los gatos desparecidos, pese a que sabe exactamente donde están (los niños también)… pero no lo dirá”.
“Sus trozos terminaron en el refrigerador. Dentro del congelador, sus ojos sin vida miraban fijamente al corazón, culpándolo por sus errores”.
“¡No le temo a los fantasmas!”, grité y aquella horrible figura se desvaneció. Sentí alivio, pero luego un susurro detrás de mi oreja izquierda decía: “¿Qué has dicho que soy?’”.
“Hay un anciano que vive en la esquina de mi ojo, parado justo fuera de mi vista, susurrando apenas para que alcance a escucharlo. Por las noches me voy a la cama paralizado de miedo… pues aunque no pueda verlo, sé que todavía está allí”.
