Dentro del folclore árabe, los ghouls figuran como monstruos devora hombres que se disfrazaban de bellas mujeres (o incluso hombres) para atraer a los incautos. Estos seres mitológicos fueron introducidos en Occidente gracias al popular compendió de cuentos Las mil y una noches.
La historia de Amina.
Se llamaba Amina, era la mujer que habían elegido los padres para Sidi Nouman. Hasta la ceremonia nupcial, dirigida por el imán, el novio sólo conocía sus ojos, la única parte descubierta por el nicab. La noche de bodas, con extremo alivio, Sidi tuvo oportunidad de conocer la figura de su esposa. Afortunadamente, Amina era hermosa.
Aunque esa tranquilidad no duró demasiado. A la mañana siguiente, el hombre encontró un comportamiento extraño en su mujer. Durante el primer desayuno, Amina se negó a probar bocado, asegurando sentirse satisfecha con unos cuantos granos de arroz. Y continuó así durante días, afirmando que estaba completamente llena sin haber comido gran cosa. A Sidi empezó a preocuparle la posibilidad de que su esposa pereciera de hambre. Pero, cierta noche, se dio cuenta que la mujer escapaba a las calles mientras él dormía.
Entonces, Sidi decidió llegar al fondo del misterio. Tras fingirse dormido siguió a su esposa en su salida nocturna. Amina se dirigió directamente al cementerio, donde se encontró con un ser repugnante. Tras intercambiar algunas palabras en un idioma desconocido para Sidi, ambos empezaron a pasear entre las tumbas. Finalmente, se detuvieron frente a una sepultura y empezaron a cavar. Desenterraron aquel cadáver en descomposición, lo desenvolvieron y finalmente se alimentaron de él.
Los ghouls en el folclore árabe.
La espeluznante historia de Sidi Nouman está presente en Las mil y una noches. Evidentemente, Amina era un ghoul, un tipo de jinn. Para diversas culturas islámicas, los jinn son seres con libre albedrio cuya naturaleza puede ser malvada o benevolente. Sin embargo, los ghouls siempre son malvados descendientes del propio Iblis, una figura también referida como Shaitan, el equivalente a Satanás en las culturas influenciadas por el cristianismo.
De hecho, los ghouls ya formaban parte del folclore árabe y persa antes del Islam. Aunque se les describe de múltiples formas, en todas figuran como seres que se alimentan de humanos. Por lo general se hacen pasar por bellas mujeres perdidas en el desierto para seducir y devorar a los incautos. Algunas historias dicen que tienen la habilidad de asumir la identidad de la última persona a la que mataron. Incluso se les acusa de transformarse en animales, sobre todo en hienas.
Seres mitológicos.
La palabra árabe ghul deriva de ghala (atrapar), y se remonta a un monstruo apodado gallu que formaba parte de una clase de demonios que habitaban el Inframundo en la mitología sumeria y acadia. La religión islámica no tiene una postura bien definida sobre estos seres. Mientras en el Corán no se hace mención alguna, en los hadiz (escrituras con acciones o palabras atribuidas a Mahoma) se dice que el Profeta alguna vez hizo referencia a los ghouls como seres que nunca existieron y también aparece dando instrucciones para terminar con ellos, como recitar ciertos versos del Corán.
Otros dicen que puedes matar a un ghoul con un golpe de espada, pero sólo uno, pues otro lo hará revivir. Si una persona muere, se recomienda proteger el cuerpo contra el ataque de los ghouls vigilando la tumba y tocando campanas o gongos regularmente, pues el sonido de estos instrumentos los ahuyenta.
La occidentalización de los ghouls.
Con la traducción al francés que Antoine Galland hizo de Las mil y una noches, los ghouls fueron introducidos a la cultura occidental. Sin embargo, cabe aclarar que Galland terminó “romantizando” el comportamiento de los ghouls, pues en la narrativa original no existe relación entre estos demonios y los cementerios. De hecho, sólo se alimentan de los vivos.
Amina parece una combinación de los ghouls árabes y los vampiros de occidente. Esta visión de Galland terminaría permeando en el imaginario de los occidentales y, con el tiempo, influyendo en la figura cinematográfica del zombi más que el propio folclore de Haití.