miércoles, 17 de abril de 2019

Erección de 48 horas hace que le amputen una parte del pene


Mientras una gran parte de la población masculina del mundo sufre disfunción eréctilen algún punto de su vida, hay hombres que llegan a tener problemas exactamente por la razón contraria: erecciones demasiado fuertes y que duran más de lo deseado, mucho más. 


A este padecimiento, se le conoce como priapismo extremo y sucede cuando una erección dura varias horas incluso sin ninguna estimulación o luego de haber terminado el acto sexual. 

Aunque esto podría parecer un sueño hecho realidad, es un padecimiento incómodo y pesar de que la mayoría de las veces desaparece con medicamentos para mejorar la circulación, otras veces requiere de procesos dolorosos por los que a nadie le gustaría pasar. 
Foto: Sara Bakhshi / Unsplash. 
Así le sucedió a un hombre de 52 años, residente de Delhi, India que fue a parar al hospital con una erección de varias horas. Ante el panorama, el equipo médico decidió aplicar un procedimiento con el que pretendían drenar el exceso de sangre en el pene y así reducir la hinchazón. Una vez que la primera parte estuvo hecha, vendaron la zona e indicaron reposo. 

Sin embargo, las horas pasaron y luego de 48 horas con el pene erecto, el paciente notó que la cabeza del miembro se había puesto negra así que fue trasladado de emergencia al Departamento de Urología del King George’s Medical University,
¿El diagnóstico? Gangrena a causa de infección y un procedimiento que probablemente estuvo mal planteado desde el principio. En el segundo nosocomio, los médicos retiraron el catéter que contrario a su objetivo original, estaba impidiendo la circulación de la sangre e insertaron uno nuevo vio quirúrgica a través del abdomen para drenar la vejiga y evitar infecciones peores. El informe del BMJ que habla del caso explica que esto debió hacerse desde el principio.  
Foto: Erol Ahmed / Unsplash 

Sin embargo, el cambio de tratamiento llegó demasiado tarde para el paciente pues fue necesario aplicar una glansectomía, o sea, la amputación del glande.