Este caso parece sacado de uno de esos programas de ficción sobre muertes increíbles, pero desafortunadamente es cierto.
La noticia fue dada por un grupo de médicos en Estados Unidos que informaron que una mujer murió tras irrigarse la nariz con agua de la llave, en lugar de solución salina o agua estéril.
Al buscar atención médica, el equipo de profesionales de la salud creyó que se trataba de un caso de cáncer cerebral avanzado y decidieron practicarle una cirugía de emergencia para extraer lo que creían era un tumor, pero en el quirófano descubrieron que se trataba de su propio cerebro que estaba inflamado y "lleno de sangre",explicó Charles Cobbs, neurocirujano de Swedish Medical Center al periódico The Seattle Times.
No teníamos ni idea de lo que estaba pasando, pero cuando obtuvimos el tejido real pudimos ver que era la ameba", relató.
A pesar de los esfuerzos médicos, la mujer murió un mes después de la cirugía a causa de una irrigación nasal con agua contaminada, que entró en contacto con los nervios olfativos de la parte superior de la cavidad, causando una infección cerebral llamada encefalitis amebiana granulomatosa (EAG).
Antes de que su salud se reportara delicada, la mujer acudió al médico por una llaga en la nariz que erróneamente fue diagnosticada como un problema de la piel. Cobbs explica que en realidad era difícil encontrar la infección por su rareza y ubicación.