¿Puedes imaginar algún método para detectar embarazos en la antigüedad? Algo así resulta muy extraño para el pensamiento moderno y es que, para nosotros, basta con acercarse a la farmacia más próxima para salir de dudas. Sin embargo, las mujeres del Antiguo Egipto tenían un método muy peculiar para detectar embarazos. Échale un vistazo a los detalles que revelaron las últimas investigaciones sobre el tema.
“Si los granos crecían, la mujer daría a luz: cuando brotaba la cebada, se trataba de un niño. Cuando era el emmer, era una niña. Si ninguna semilla brotaba, la mujer no estaba embarazada”, asegura el investigador. El antiguo método de detección de embarazos ya había sido estudiado por historiadores y médicos en el pasado. De hecho, algunos institutos de salud sugirieron que tenía un 70% de eficacia.
“Las pruebas modernas de embarazo dependen de proteínas que pueden detectar una hormona llamada gonadotropina coriónica humana (hCG), aunque los científicos creen que esta antigua prueba de embarazo tenía un porcentaje de efectividad tan alto debido a la presencia de estrógeno en la orina de la mujer, sustancia que promueve el crecimiento de las semillas”, señaló una de las investigaciones.
Papyrus Carlsberg.
Esta información proviene de una colección llamada Papyrus Carlsberg, que incluye alrededor de 1,400 manuscritos elaborados entre el año 2000 a.C. y el 1000 d.C. Además de apuntes médicos, el acervo contiene datos sobre astronomía, botánica y astrología.
“Los textos se encuentran dañados, redactados en una escritura antigua que pocas personas pueden leer, y la terminología es inmensamente compleja. Existe al menos una docena de papiros médicos egipcios bien conservados. Cualquier cosa nueva es importante”, comentó Ryholt en una entrevista para CNN.
La investigadora Sofie Schiodt, que forma parte del proyecto, señala que estos manuscritos también revelan información sobre los intercambios culturales entre los egipcios y otros pueblos. “Muchas de las ideas plasmadas en los textos médicos del Antiguo Egipto reaparecieron en textos griegos y romanos posteriores. Desde aquí, se transfirieron a los textos médicos medievales del Medio Oriente, y son rastreables hasta la medicina premoderna”.