Desde los albores de la civilización, los espejos están vinculados a toda clase de supersticiones, mitos, leyendas y tradiciones. Por ejemplo, en la Antigua Roma creían que los espejos absorbían el alma de las personas y causaban grandes males si se utilizaban de forma indebida. De hecho, los griegos llegaron a describir una especie de locura relacionada a la vanidad extrema provocada por el uso de espejos. Los persas temían a los reflejos, pues consideraban que los espejos podían almacenar seres espirituales con voluntad y conciencia propia.
Tal vez todas estas creencias contribuyeron a la aparición de los espejos embrujados, fenómenos que surgen por todo el mundo y en culturas diferentes. Una tradición que sobrevive hasta nuestros días es la de cubrir los espejos en momentos especiales, sobre todo cuando hay muerte, con el fin de impedir que lo que habita del otro lado espíe o atraviese a este mundo. Otra antigua creencia es que una forma de evitar que las almas queden atrapadas en los espejos es cubrirlos con una tela negra. Y ninguna otra señal de mal augurio sería peor que romper un espejo el día de un funeral.
Si te detienes a pensarlo un poco, los espejos son extraños, y ello ha contribuido a la aparición de múltiples mitos y leyendas.
En la historia se pueden encontrar múltiples registros de actividad paranormal donde los espejos tienen un papel protagónico. A menudo, estas experiencias están vinculadas a apariciones, sombras y entidades que emergen de la superficie cristalina. Tal es el caso de Destiny Glaubitz, un consejero espiritual que atestiguó un caso inexplicable y perturbador.
La dueña del espejo.
Una joven mujer amaba los espejos. Solía pasar el tiempo libre buscando estos artículos en ventas de garaje y tiendas de antigüedades. Cierto día, adquirió un antiguo espejo que perteneció a una mujer recién fallecida. El objeto llamó tanto su atención que decidió instalarlo en su propia habitación. Sin embargo, al poco tiempo de instalar el espejo su casa quedó envuelta en una atmósfera extraña. Sentía que alguien la observaba constantemente. Por pura intuición la mujer dedujo que el problema estaba en el espejo, así que una noche se paró frente a él y dijo “manifiéstate ante mí y di lo que quieres”. Fue una terrible idea.
En las semanas posteriores al atrevimiento empezaron a suceder cosas extrañas. Las discusiones familiares incrementaron, los objetos se movían solos, las mascotas enfermaron y el sueño de los habitantes era perturbado por extraños sonidos en medio de la madrugada. La aterrada mujer consultó a una amiga experta en psicometría, una técnica espiritual que consiste en “leer” objetos cargados de energía.
La médium encontró que la antigua dueña de ese espejo tuvo una existencia completamente negativa y vana. De alguna forma, el espíritu de esa persona quedó atrapado en el espejo. Al adquirir el artículo y llevarlo a casa, la mujer trasladó toda esa energía maligna y generó un poltergeist.
La médium realizó una limpia en la propiedad y aconsejó a su amiga librarse del espejo lo antes posible. Supuestamente, el espejo también quedó libre de esa carga negativa al destruirse y todo volvió a la normalidad.
En otro relato aún más inquietante se describe una especie de entidad sobrenatural que utiliza un espejo como portal para ingresar a nuestro mundo. La persona que elaboró el relato estaba en el cuarto donde se encontraba un espejo antiguo. En determinado momento percibió una extraña presencia, y al observar el espejo se dio cuenta que provenía de allí.
Déjame salir.
Temía ver mi reflejo en el espejo de la habitación. Sentía que algo malo habitaba en ese lugar, pero mi escepticismo no me permitió aceptarlo de forma racional. De alguna forma, me convencí de que todo lo que pasaba era culpa de un enorme espejo enmarcado que encontré en el apartamento el día que me mudé y jamás supe a quién perteneció. Solía cubrirlo con una tela para no tener que verlo. Y aunque planeaba deshacerme de él, lo pospuse por falta de tiempo.
Una noche me desperté y encontré que el espejo no tenía la tela con que lo había cubierto. Estaba tirada en el suelo… un escalofrío recorrió mi cuerpo y al mirar la superficie me llevé el susto más grande de mi existencia. Encontré a alguien. Se trataba de un anciano con ropa negra y austera, que también llevaba un antiguo sombrero alto. Sus vidriosos ojos expresaban un profundo sentimiento de maldad.
Dentro del espejo este hombre flotaba en el aire, y me observaba fijamente. No pude ver sus pies. Sin embargo, estaba ahí, frente a mí, como una figura tridimensional. Sé que no se trató de una pesadilla pues lo observé largo rato para comprender lo que veía. Esta cosa se dio cuenta que me había despertado y se acercó, entonces lo vi mover sus labios intentando expresar algunas palabras.
Me levanté y salí corriendo del cuarto. Ni siquiera regresé al apartamento. No quería volver a pisar ese lugar mientras el espejo estuviera allí. Contraté a unas personas para que lo retiraran y ordené se deshicieron de él, que lo tiraran muy lejos de mi casa. Jamás pude recuperarme del susto. Tras analizar mucho lo que aquella figura intentaba comunicarme sin producir sonido alguno, finalmente lo entendí, y lo repetía sin parar: “¡Déjame salir!”.
La mujer que compartió este relato asegura que, tras el episodio, contactó al antiguo dueño del departamento que adquirió el espejo en una subasta. Supuestamente se trataba de un artículo muy antiguo, un espejo del siglo XVII que fue propiedad de una familia tradicional en Nueva Inglaterra hasta el momento de la subasta. ¿Es posible que el objeto haya almacenado un espíritu maligno que ansiaba libertad?
En otro testimonio, una mujer asegura experimentar terribles pesadillas provocadas por algo que habitaba en un espejo de su propiedad. En el relato, fenómenos inexplicables empiezan a suceder cuando tres espejos son adquiridos e instalados en una habitación. Padecía pesadillas mórbidas que involucraban asesinatos, torturas y mucho sufrimiento. Las escenas resultaron tan aterradoras que la mujer ni siquiera podía conciliar el sueño.
El espejo de las pesadillas.
Los sueños eran perturbadores. Era como si participara en aquellas escenas, en ocasiones sufría y otras veces era causante de todo ese terror. Frecuentemente me encontraba en un lugar, una especie de sótano sucio y oscuro… allí se encontraba una chimenea y una silla de metal a la que se ataban las víctimas para infligirles terribles torturas. Despertaba entre gritos, sudando y sin poder moverme, incluso después que mi esposo me despertara.
Las pesadillas fueron empeorando con el paso del tiempo. Las sufría toda la noche y empezaba a afectarme seriamente. En el día experimentaba falta de aire, pavor y un miedo incontrolable. Entonces empecé a ver algo más en mis sueños… la figura de un hombre extraño, muy delgado y pálido, casi cadavérico. Este personaje se inclinaba sobre las víctimas para cortar tendones, arrancar uñas o marcarlas con un hierro incandescente. Ante la incapacidad de librarme de aquello, no me quedaba más que llorar. Sentía que me estaba volviendo loca.
Un conocido me recomendó consultar a una persona que visitó mi habitación. Al mirar uno de los espejos entendió inmediatamente que ese era el origen de todos mis problemas. Según esta persona, los espejos estaban embrujados. Probablemente fueron de un individuo que causó mucho daño en vida y toda esa maldad terminó impregnada en los objetos. Le pregunté qué podía hacer al respecto y fue muy claro: librarme de los espejos. El escepticismo no me permitía creer del todo, pero estaba dispuesta a cualquier cosa con tal de recuperar mi vida.
Esta persona condujo una especie de ritual para descargar la energía maligna que habitaba los objetos. Y juro que mientras repetía algunas palabras observé una cosa oscura aparecerse en la superficie del cristal. Un ser aterrador que me lanzó una mirada inquietante y me puso los pelos de punta. Una vez que me deshice de los espejos las cosas mejoraron en casa y las pesadillas se desvanecieron, pero nunca pude olvidar aquello.
En una edición de la revista Witches & Pagans se encuentra otro relato aterrador sobre espejos malditos. El artículo fue escrito por personas que, supuestamente, fueron testigos de actividad paranormal en torno a un espejo antiguo. Apariciones inquietantes, esferas luminosas, objetos que flotaban por el aire, olores extraños, sonidos y sensaciones inquietantes por la noche son algunos de los fenómenos relatados.
El portal
La vivienda parecía tomada por fuerzas sobrenaturales extremadamente poderosas. Los cuadros se caían de las paredes, los muebles se movían, las botellas estallaban y durante toda la noche se percibía un olor persistente a quemado. Los habitantes estaban aterrados sin saber qué hacer.
Cuando el grupo de parapsicólogos arribó a la propiedad para investigar el fenómeno, instaló cámaras y micrófonos sensibles para registrar todo lo que sucedía. Los extraños sonidos y movimientos registrados se concentraban en la sala principal, el mismo sitio donde se encontraba un espejo ovalado con marco de madera. El objeto fue abandonado en el sótano por los inquilinos anteriores.
Este espejo, según los parapsicólogos, era el núcleo de toda esa actividad paranormal. Funcionaba como una especie de portal o ventana de la que emanaba todo lo que sucedía. Alrededor del espejo, incluso la temperatura era más baja que en el resto de la casa. Los investigadores filmaron horas de vídeo y registraron sonidos apenas perceptibles que parecían provenir de la sala.
Concluyeron que ese espejo era empleado como una especie de canal con otra dimensión que parecía adquirir fuerza e influencia en nuestro mundo. Era un túnel que permitía el paso de lo que habitaba en ambos lados. El grupo hizo varias filmaciones y captaron una silueta femenina que entraba y salía del espejo en múltiples ocasiones.
Un médium especializado en limpiar objetos cargados de energía negativa logró solucionar este problema. El portal se cerró y las personas finalmente pudieron habitar tranquilamente aquella propiedad.
Indudablemente, estos relatos resultan extraños y son ejemplo de porqué los entusiastas de temas paranormales recomiendan jamás comprar o heredar un espejo que perteneció a otra persona. Nadie sabe lo que esos espejos han atestiguado o quien los utilizó como ventanas para espiar.
En la revista Supernatural llegaron a publicar otro relato sobre espejos malignos. En el artículo se describe una pensión en Nueva York que estuvo embrujada desde 1845, año en que fue escena de un crimen violento. Supuestamente, un hombre descubrió la traición de su esposa y la asesinó junto con el amante, para después quitarse la vida. Cuenta la leyenda que todo sucedió frente a un gran espejo victoriano.
Crimen pasional.
Este espejo fue un antiguo adorno de estilo victoriano, tan viejo como la pensión donde lo instalaron. El espejo estuvo en este sitio durante mucho tiempo y atestiguó el encuentro furtivo de incontables parejas. Pero, después del crimen pasional donde el esposo ejecutó a su mujer y al amante, las cosas empezaron a ponerse extrañas.
Tras el incidente, los propietarios de la pensión empezaron a quejarse de situaciones extrañas. Escuchaban susurros, gemidos y palabras apagadas. Por las noches también se percibía un extraño aroma a perfume de lavanda. Sin embargo, lo más extraño eran los inquietantes reflejos que aparecían de vez en cuando en la superficie cristalina, como si allí dentro las personas ejecutaran una puesta en escena. Aquellos que llegaron a ver las siluetas aseguraron que se trataba de las mismas figuras: una mujer joven y dos hombres, uno joven y otro más viejo.
Por supuesto, no pasó mucho tiempo antes que empezaran a surgir los rumores sobre espíritus atrapados dentro del espejo, obligados a repetir sus violentas muertes cada vez que alguien se acercaba. Algunos individuos afirmaron ser víctimas de un sentimiento irreductible de paranoia, desesperación y frustración, tras observar el trágico espectáculo. Según los rumores, más de un huésped fue invadido por celos y desconfianza hacia su pareja después de ver aquella escena.
Los parapsicólogos creen que este sentimiento era una proyección de lo que experimentó el esposo traicionado, energía que terminó absorbida por los que estaban cerca.
El espejo se mantuvo en el mismo lugar hasta que la pensión cerró en 1902, cuando terminó destruido en el traslado a otro lugar. Durante varios años circuló el rumor de que cuando el espejo finalmente se rompió, el sonido no fue el de un cristal rompiéndose, sino el de un estridente grito de mujer. El edificio manifestó actividad paranormal durante muchos años, siempre con los mismos personajes que protagonizaron el crimen pasional.
Las historias y relatos siniestros de esta clase abundan por todos lados, y los espejos suelen estar vinculados a fenómenos sobrenaturales. De hecho, muchos investigadores paranormales se enfocan inmediatamente en estos objetos al llegar a un lugar embrujado. Tienen fama de puntos focales en la actividad sobrenatural. La próxima vez que te pares frente a uno, recuerda que lo que observas tal vez no es tu reflejo.