¿Te gustaría habitar un condominio donde cada vivienda asemeja una réplica a escala de los castillos de Disney? El sueño de los que alguna vez desearon vivir en castillos así hubiera podido convertirse en realidad en el complejo Burj Al Babas, situado en Turquía. Desafortunadamente, la construcción del peculiar condominio está parada desde noviembre de 2018, y el motivo es muy simple: la empresa se fue a la ruina.
Un condominio de cuento de hadas.
Al principio, el proyecto contemplaba invertir US$ 200’000,000 para la construcción de 732 châteaux, casas solariegas similares a las habitadas por la nobleza francesa, cuyas mansiones y palacios terminaron convertidos en importantes puntos turísticos del país. Y, dicho sea de paso, que sirvieron como inspiración para los cuentos de hadas divulgados en Europa.
Por eso, este pequeño rincón de Turquía cuenta con edificaciones sumamente decoradas, casas que incluso cuentan con pequeñas torres. Mientras tanto, la decoración interior de cada mansión sería a gusto de los compradores. Según Bloomberg, el costo de cada mini mansión era de entre US$ 370,000 y US$ 530,000. Hasta 2018, la empresa confirmó la construcción de 587 châteaux, de las cuales 350 ya habían sido adquiridas por compradores de los Emiratos Árabes Unidos, Catar, Bahréin, Kuwait y Arabia Saudita.
Vista aérea del proyecto Burj Al Babas en abril de 2017.
Pero, mientras el mágico condominio era construido, la deuda de Sarot Group alcanzó la cifra de US$ 27’000,000 y es que según Mehmet Emin Yerdelen, CEO de la constructora, una gran parte de los compradores no pagó en el plazo previsto, además que habían invertido el capital en los esfuerzos por terminar la obra.
Entonces, Sarot Group acudió a la justicia para solicitar una renegociación de la deuda con sus acreedores, y así poder continuar con la venta de las viviendas. De acuerdo con las optimistas estimaciones del presidente, solamente tenían que vender un centenar de châteaux para sacar a la empresa del hoyo. Pero la resolución no fue nada favorable, y es que la justicia turca únicamente les otorgó tres meses para dar salida al problema, un plazo imposible.
Villa grotesca.
A la avalancha de problemas que enfrenta Sarot Group se suma la mala impresión que ha dejado el condominio para las poblaciones vecinas. De hecho, algunos turcos la han referido como la “villa grotesca”. Esto se debe a que el distrito de Mudurnu posee un estilo de construcción muy bien definido por la típica arquitectura otomana. Aunque el problema no sólo es de estética, también se trata del perjuicio a la economía local.
Si Mudurnu preservaba un sitio cuya arquitectura proveniente del Imperio Otomano le ofreció la oportunidad de convertirse en Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (que naturalmente atrae turistas y dinero que impulsa la economía local), ¿por qué apostarían por un proyecto de esta clase?
El temor de los habitantes locales a perder su esencia “otomana” (y los dólares de todos esos turistas que van en busca de la selfie perfecta) también se suma a una serie de problemas ambientales en el sitio de la construcción. En el pasado, la empresa fue acusada de talar árboles de forma ilegal para edificar Burj Al Babas, así como de haber arrojado escombro y desperdicio en áreas forestales.
Pese a todos estos problemas, en Sarot Group no pierden el optimismo y aseguran que todo quedará resulto en un plazo de cinco meses, por lo que en breve los compradores podrán habitar Burj Al Babas. Por ahora, las 587 mansiones están completamente deshabitadas generando un paisaje que asemeja más al de una película de terror que al de un cuento de hadas.