Las Musas eligieron Sevilla para dejar en el Mundo a Gustavo Adolfo Bécquer, un día como hoy de 1836.
Nacido en una familia Noble pero sin recursos, su formación Literaria fue Clasicista, con especial inclinación por los Poetas Latinos y Españoles del Siglo de Oro: Fray Luis de León, Herrera o Rioja, unida a la búsqueda de un ritmo musical, de la expresión Poética, que lo acercaba al Prerromanticismo y lo sublime a la manera de Young, Rousseau o Chateaubriand. En Octubre de 1854 se trasladó a Madrid, donde pasó difíciles momentos económicos, hasta comenzar a trabajar como redactor en un El Contemporáneo.
En 1857 emprendió una obra importante, la Historia de los Templos de España, un estudio del Arte Cristiano Español que unía el pensamiento religioso, la arquitectura y la historia.
Sus Rimas, aparecieron sueltas a partir de 1861, y él luego las reunió en un Libro: Rimas. Perdido en 1868, pero que gracias a su memoria y las publicadas, pudo reconstruirlo.
Murió pocos meses después que su hermano en 1870.
Máximo exponente del Romanticismo, su Obra influyó a autores como Machado, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas, Rafael Alberti y Luis Cernuda. Los modernistas del siglo XX vieron en la obra de Bécquer un modelo para su propia Poesía, y lo hicieron Primer Poeta contemporáneo de la Generación del 27.
Tal vez, en sus Rimas la Amada imposible de alcanzar, y ese Amor ideal que siempre busca sean la misma Poesía...
Mientras haya unos ojos que reflejen
Los ojos que los miran;
Mientras responda el labio suspirando
Al labio que suspira;
Mientras sentirse puedan en un beso
Dos almas confundidas;
Mientras exista una mujer hermosa,
¡Habrá poesía!
Nota Cortesía de Doña Pellejos
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