¿Imaginas lo extraño que sería vivir con un gato del tamaño de un gran danés? La dueña de Kefir, un gato Maine Coon que pesa 12.5 kg, no necesita imaginarlo. Todos los días tiene en casa a un michi gigante cuyo peso equivale al de tres o cuatro gatos “normales”. El peculiar fenilo vive en Stari Oskol, una ciudad del óblast de Bélgorod, en Rusia.
Yulia Minina (¡vaya ironía!), una mujer de 34 años madre de dos hijas, decidió junto a su esposo adoptar un gatito como mascota para llevar un poco de alegría extra al hogar. Cabe destacar que nunca antes tuvieron gatos. Por eso, cuando vieron los anuncios de un refugio local ni se molestaron en preguntar detalles sobre el animal. Aquel hermoso gatito blanco terminó cautivando a la familia, las niñas se enamoraron de inmediato. Además, el pobre era el único que quedaba de su camada.
Minina confiesa que se decepcionó un poco cuando fue a buscar al gato, pues en las fotos parecía más lindo. “Jamás pensamos que el patito feo se transformaría en una montaña de pelo blanco”, dice Yulia. Sus hijas eligieron el nombre de Kefir, por el parecido del animal con una bebida espesa y nutritiva hecha a base de leche fermentada. Era un gato flaco que, después de cinco meses en un hogar, comía de todo, jugaba con sus dueños y empujaba los marcos de las ventanas para aventurarse en el vecindario.
Kefir, el Maine Con más famoso de Rusia.
“Hace un año nos mudamos a una casa más grande. Antes vivíamos en un apartamento de dos habitaciones que carecía de espacio para este ‘chico parkour’. Muchas veces vimos volar floreros desde los alféizares de las ventanas. Sin embargo, ahora le sobra espacio para estirarse”, dice la dueña. Cuando Kefir cumplió el año, los penachos en las orejas y la cola del gato duplicaron su tamaño. Ahora, después de 1 años y 10 meses, el gato pesa 12.5 kg, el mismo peso que un niño de dos años.
Yulia dice que es un gato muy apegado a la familia y sumamente inteligente. De hecho, en el comedor le instalaron una silla solo para él y suele acompañarlos durante la cena. “Los Maine Coon no suelen maullar, pero Kefir ocasionalmente lo hace en un tono suave”. El gato también tiene la costumbre de dormir sobre el pecho de sus amos, un hábito que soportaban cuando pesaba menos de 3 kilogramos y que ahora resulta imposible dadas sus dimensiones.
Minina no se explica la popularidad tan repentina que adquirió su gato. Dice que lo fotografió un par de veces para su Instagram y las imágenes se hicieron virales por todo Internet. De hecho, algunos llegaron a sugerir que se trataba de un timo. Que la dueña intentaba engañar a las personas con ediciones fotografías o ángulos engañosos.
“Me han hecho varias ofertas por Kefir, pero se me hace de muy mal gusto. Es parte de mi familia. No hay forma de que puedan separarnos de él. Sólo le tomaremos fotos más a menudo”, sentenció Yulia.
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