jueves, 3 de febrero de 2022

Don Porfirio Díaz en el viejo mundo


A su llegada a París, por supuesto al lado de su inseparable Carmelita, se instaló en el Hotel Astoria, mientras encontraba un departamento donde vivir; y así fue, encontraron un departamento el Avenida del Bosque, hoy Avenida Foch, a cien metros del Arco del Triunfo.

Era feliz paseando por el Bosque de Boulogne, montaba a caballo con su nieto Porfirio y con su hijo Porfirio Díaz Ortega, también era feliz haciendo caminata al lado de Carmelita, decía que le recordaba el Bosque de Chapultepec.

Dio instrucciones para que su pensión de militar fuera donada a un estudiante sobresaliente del Colegio Militar.

Fue invitado a visitar los países de España, Alemania, Suiza, Austria y Egipto.

En París  fue invitado a visitar el hospital de los inválidos, hoy Museo del Ejército o Museo de los Inválidos.

El general Gustave León Niox fue el encargado de acompañarlo en el recorrido, al llegar a donde se encuentra la tumba del Emperador Napoleón Bonaparte, el general Niox tomó la espada del emperador de los franceses y la puso en las manos del general Porfirio Díaz, diciendo esta frase: " En mejores manos no podría estar ".

En abril de 1912, fue invitado por el rey Alfonso XIII a visitar España.

El 21 de agosto de 1912, acudió a un desfile militar del ejército prusiano en Alemania, al acercarse al palco del Káiser Guillermo II, el general Díaz como acostumbraba  se descubrió la cabeza, (se quitó el sombrero), a lo que el Káiser dijo: "el que me debo de descubrir soy yo".

En 1913 visitó Egipto, donde se enteró de el asesinato de Francisco I. Madero, lo cuál le causó tristeza, y dijo que siempre estaba al pendiente de lo que pasaba en México.



Para 1915, su salud se fue deteriorando, tenía 84 años, aunque siempre fue un hombre muy sano, atlético, sin vicios, púes, los años pesan, más si se está lejos de la patria.

El 2 de julio de 1915 a las 6.30 de la tarde, cerró los ojos para siempre José de la Cruz Porfirio Díaz Mori.

El niño que nació en Oaxaca, que apoyó a su madre al quedar viuda cuando él tenía tres años, el joven que en lugar de cura decidió ser soldado, el hombre que muchas veces arriesgó su vida por salvar la patria, el presidente que sacó a México del atraso en que se encontraba, si, ¡murió un gran patriota!

Las pompas fúnebres se llevaron a cabo en la Iglesia de Saint  Honoré d'Eylau, y en 1921, sus restos fueron depositados en el Panteón Montparnasse, en París, donde también se encuentran Carlos Fuentes y Julio Cortazar.

Los que estudiamos la verdadera historia de México , deseamos que todos los mexicanos se den cuenta del engaño en que han estado desde hace muchos años, también queremos que el general Porfirio Díaz regrese a la tierra que lo vio nacer, que regrese a su patria.

Al General Porfirio Díaz se le podrá acusar de lo que quieran y manden, menos de tres cosas: De su valentía, su honradez y su amor por México


Cortesía de la Secretaria de Estado



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