¿Quién fue San Luis Rey? Un noble francés del siglo XIII, hijo de Blanca de Castilla, y de Luis VIII, rey de Francia; a la muerte de éste, asciende al trono francés.
Participó como jefe de la octava cruzada, aquellas luchas emprendidas por la cristiandad para tratar de recuperar los santos lugares que se encontraban en poder de los musulmanes; falleció en una lucha, en el año 1270, frente a las costas de Túnez, durante una epidemia. Según sus hagiógrafos fue un hombre virtuoso en extremo; la iglesia católica lo canonizó en el año 1297.
Costumbre fundacional de la época novohispana, traída de la Europa medieval, fue la de imponer a los sitios descubiertos el nombre del santo del día o de alguna figura celestial. Esto era una manera de contar con un intercesor, con un abogado, frente a la divinidad; con un protector frente a la violencia de las fuerzas naturales.
La presencia de frailes, principalmente franciscanos en esta región de la Nueva España en el último tercio del siglo XVI, genera toda esa profusión de nombres vinculados al ámbito religioso, así tendremos, por ejemplo: San Miguel de Mexquitic, Santa María del Río, San Jerónimo de Moctezuma, San Sebastián del Venado, Santa Isabel del Armadillo, San Pedro Guadalcázar, San Francisco de los Pozos. Entonces, desde la llegada a determinado espacio geográfico, o desde un primer asentamiento, se contaría con esa figura protectora.
Es lógico suponer, que al llegar los franciscanos al valle sobre el cual se encuentra nuestra ciudad, quizá en la década de 1560, fray Bernardo Coussin, francés, le impone al gran valle que estaba frente a sus ojos, el nombre de San Luis Rey. Tiene lógica, un santo francés –como él–, rey, cruzado, custodio de santas reliquias: corona y clavos; además franciscano por ser patrono universal de la Tercera Orden franciscana.
Ya para la década de mil quinientos ochenta se menciona el sitio como valle de san Luis, puesto de San Luis, y se habla de una pequeña iglesia franciscana, y un asentamiento con indígenas catequizados, en 1588. Al darse la fundación legal, en 1592, no cambiará la titularidad del santo.
En 1656 se le otorgan al pueblo de San Luis título de ciudad y escudo de armas, en el que está presente la figura del santo; ese mismo el Ayuntamiento lo juró patrono de la Ciudad, y del propio Ayuntamiento. Las Ordenanzas de la ciudad, indicaban la forma en que la institución debía presidir y asistir a esa fiesta solemne: “Con uniforme grande y bajo la formalidad de mazas, a la festividad del gloriosos patrón tutelar de esta ciudad San Luis Rey de Francia, cuya función está dotada con ciento diez y seis pesos, desde que se erigió en Ciudad esta Población, como consta en el libro de acuerdos del año 1656”.
Por cierto, la ciudad tiene otros patronos, San Luis Rey, no es el único; recordemos que durante los siglos XVII y XVIII el Ayuntamiento juró como patronos a San Lorenzo (protector contra rayos, tempestades, tormentas), San Antonio de Padua (protector contra vientos, huracanes, y tolvaneras), a San Francisco Xavier ( como otorgante paz, salud, y de bien espiritual de la ciudad, y de sus habitantes); a San Nicolás de Tolentino (como patrono aguas, en la abundancia y en la escasez), a la Inmaculada Concepción (patrona también de mineros y plateros, actividades en torno a las cuales se encuentra indisolublemente vinculado el origen de la ciudad), es éste el patronazgo más antiguo, data de 1654; y desde luego a la Virgen de Guadalupe, jurada en 1737 patrona de aguas, minas, y comercio. Destaca entre todos San Miguel Arcángel, por ser patrono de la seguridad.
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