Las termas romanas eran recintos públicos destinados a baños típicos de la civilización romana. En las antiguas villas romanas los baños se llamaban balnea o balneum y si eran públicos thermae o therma.
Eran baños públicos con estancias reservadas para actividades gimnásticas y lúdicas. También eran considerados lugares de reunión y a ellos acudía la gente que no podía permitirse tener uno en su casa, como los plebeyos o los esclavos. A veces los emperadores o los patricios concedían baños gratis para el resto de la población.
Las termas romanas eran complejos sanitarios, lúdicos y deportivos que representan una de las más sorprendentes y admirables construcciones de la civilización romana.
Esta clase de establecimientos fue inaugurada por Agripa, el amigo y colaborador del emperador Augusto, en el últmo cuarto del siglo I a. C. con la construcción de la primera construcción termal en el Campo de Marte. A partir de ahí se multiplicaron por los intereses del Imperio.
De alguna manera esto suspuso que no solo las clases altas podían disfrutar del placer de los baños que antes estaba reservado exclusivamente a los propietarios de grandes villas.
La cultura romana rendía culto al cuerpo, y por tanto, a la higiene del mismo. Las termas o baños públicos se convirtieron en lugares de reunión de personas de todas las clases, y su uso era fomentado por las autoridades, que en ocasiones cubrieron sus gastos haciendo el acceso a ellas gratuito para la POBLACIÓN.
Aunque hombres y mujeres compartían en ocasiones los mismos espacios, las horas de baño eran diferentes para unos y otros: las mujeres acudían por la mañana mientras los hombres lo hacían al atardecer. En aquellas que disponían de secciones separadas para hombres y mujeres, al área destinada a éstas se le daba el nombre de «balnea».
Las termas contaban con varios tipos de baños, los de agua templada (tepidarium), de agua caliente (caldarium) y de agua fría (frigidarium) además de saunas, patios, y tiendas.
Alguno de los emperadores de la antigua Roma mandaron construir grandes Termas, de las cuales aún se conservan algunas ruinas.
Cortesía de RUCKY MENSO
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