Hace algunos meses el presidente de Indonesia, Joko Widodo, hizo un llamado a las autoridades del país para proporcionar protección a las minorías, incluyendo a la comunidad LGBT. Sin embargo, en este lugar es algo inquietantemente común escuchar noticias del uso generalizado del exorcismo para “curar” a individuos atraídos por personas del mismo sexo.
Exorcismos para la comunidad LGBT
Tan sólo en los últimos dos meses del 2019, oficiales de policía en Padang arrestaron a 18 parejas homosexuales para obligarlas a participar en exorcismos. “Contamos con un experto en exorcismo para la comunidad LGBT”, señaló una fuente ampliamente relacionada con este fenómeno en esa localidad. “Los homosexuales generalmente se encuentran bajo la posesión de demonios femeninos. También contamos con un programa que permitirá a los transgéneros enlistarse en el ejército”.
Los individuos obligados a participar en estos exorcismos señalan que los abofetearon, masajearon y “bañaron en agua salada sagrada”. En una publicación reciente de la revista Vice, una testigo identificada con el mote de “Syifa” señaló que sus padres la llevaron a un centro de exorcismo islámico al saber que pretendía vivir con otra mujer. Syifa describió su experiencia en el exorcismo como un episodio hilarante que se extendió por media hora. “Fue algo muy tonto para, pero aprecio lo que intentaron hacer por mí”. Aunque su experiencia le dejó una anécdota chusca, Syifa comentó que escuchó gritos y azotes en habitaciones aledañas. “Tuve mucha suerte de que no me hicieran algo así”, mencionó. Pese a los esfuerzos de sus padres y los exorcistas, actualmente está comprometida con otra mujer.
En Indonesia, la homosexualidad es un tema tabú desde hace muchos años. Y los líderes religiosos del país condenan cualquier debate público sobre la atracción por el mismo sexo, o cualquier otra forma de identidad sexual que huya de lo “convencional”. En 2017, la compañía Saiful Mujani Research and Consulting (SMRC) levantó una encuesta en la que se reveló que el 87.6% de 1,220 participantes indonesios veían como una “amenaza significativa” a los miembros de la comunidad LGBTQ. En estos lugares, el acoso verbal hacia los homosexuales es algo común.
Práctica generalizada por la policía.
Aunque técnicamente se considera ilegal, según las leyes indonesias, la policía tiene una amplia tradición de acoso hacia las minorías sexuales, incluidos transexuales y travestis, excusándose en leyes poco claras de “indecencia pública”. A nivel local, homosexuales y travestis suelen terminar multados o encarcelados a causa de las leyes provinciales. En algunas zonas del país donde la ley islámica se aplica de forma estricta, cualquier persona sorprendida manteniendo relaciones íntimas con un individuo de su mismo sexo puede recibir una condena de 100 latigazos.
Respecto al aumento en el uso de exorcismo, Yuli Rustinawati, presidente de Arus Pelangi (una de las pocas organizaciones no gubernamentales pro-LGBTQ en Indonesia), señala que normalizar esta terapia de conversión podría acarrear consecuencias nefastas. “La doctrina moral empleada contra la comunidad LGBTQ resulta en una violencia increíble hacia ella. Y luego tenemos a la policía, sometiéndolos a exorcismos sin consentimiento”, comentó durante una entrevista para BBC Indonesia. Sin embargo, algunos homosexuales llegan a solicitar exorcismos por voluntad propia con la esperanza de “curarse”, pero nunca tienen éxito.
Aunque gran parte de la comunidad en Indonesia está adquiriendo conciencia sobre los problemas que enfrenta esta comunidad gracias a noticias extranjeras, películas y programas de televisión de otros países, la conciencia colectiva no parece promover una mejoría en su forma de dirigirse a los homosexuales. Por ahora, los miembros de las minorías sexuales siguen considerándose unos “inadaptados” que no tienen cabida en la sociedad tradicional.