El brote del nuevo coronavirus (COVID-19), que al principio sólo parecía afectar a los asiáticos, está causando estragos en otros continentes. Desde que se reportó la propagación del virus, en enero, la empresa de biotecnología Moderna Therapeutics ha buscado el desarrollo de una vacuna contra la enfermedad.
En un tiempo récord de 42 días tras el anuncio oficial del brote por parte del gobierno chino, presentaron los primeros lotes de la vacuna contra el COVID-19, mismos que se probarán en humanos. El personal responsable de vigilar estas pruebas pertenece al National Institute of Allergy and Infectious Diseases (NIAID) y los National Institutes of Health (NIH), que empezarán labores en abril.Desarrollar una vacuna contra una nueva enfermedad infecciosa es un proceso largo, pues las técnicas tradicionales implican el cultivo de grandes cantidades de virus y bacterias. Por eso, el desarrollo de la vacuna contra el COVID-19 tuvo un abordaje distinto. De hecho, la técnica se basa en un método genético que no implica al virus en sí.
Atacando al COVID-19.
Aunque parezca extraño, la vacuna contra el COVID-19 no contiene el coronavirus. Es algo mucho más específico e ingenioso. Al interior del ADN existe material genético llamado ARN mensajero (ARNm), que se encarga de producir proteínas. Pues los científicos tomaron un fragmento específico de ARNm, que generalmente el coronavirus emplea para generar una proteína llamada spike, sin la que le resulta imposible multiplicarse.
Cuando una persona recibe la vacuna, el sistema inmunológico adquiere la capacidad de atacar esta proteína y el paciente desarrolla inmunidad al coronavirus. Esta es la idea básica tras el funcionamiento de esta vacuna.
Ataque múltiple.
Sin embargo, el COVID-19 está siendo atacadao desde múltiples frentes. Personal del NIH también suministra el medicamento antiviral remdesivir a un paciente infectado. Este fármaco está desarrollado por la empresa Gilead Sciences, y atacaba la enfermedad provocada por el virus del ébola. Sin embargo, durante las pruebas se observó que el fármaco combatió con éxito otras clases de coronavirus en animales infectados, como el Síndrome respiratorio agudo grave (SARS) e incluso el Síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio (MERS).
Las nuevas pruebas serán lideradas por un equipo del Centro Médico de la Universidad de Nebraska, y el primer voluntario es uno de los pasajeros estadounidenses infectados a bordo del crucero británico Diamond Princess.
Otros voluntarios también aceptaron someterse al tratamiento. Sin saberlo, recibirán una dosis del medicamento o un placebo durante diez días por vía intravenosa. Cada dos días, el equipo médico recolectará muestras de sangre y secreciones de nariz y garganta para medir la cantidad de virus en el organismo.