No es casualidad que algunos llamen a los océanos la “última frontera inexplorada”. Muchos especímenes que habitan el fondo marino, sobre todo los peces, figuran entre los vertebrados más extraños de nuestro mundo. Pero, se hace necesario puntualizar que no todos viven en agua salada, pues algunos de estos “monstruos” también se encuentran en ríos y lagos. Del masivo pez luna al horripilante tiburón duende, aquí te dejamos una pequeña lista con algunos de los peces más extraños descubiertos hasta ahora.
Pez luna.
El pez luna es el auténtico campeón de los pesos pesados en el mundo de los peces. El peso de un espécimen oscila entre los 250 kilogramos y una tonelada. Le llaman pez luna por su peculiar forma plana, alta y redondeada. Su nombre científico es “Mola mola”, término que se deriva del latín “mola” y nos remite a las piedras de amolar, cuyo color gris y textura rugosa asemejan a las características encontradas en la piel de este pez.
Además de su formato, dos peculiaridades destacan en este extraño pez. La primera es que carece de aletas traseras, por lo que su extraño y lento desplazamiento depende de las aletas laterales y anales. Otro aspecto interesante es que se trata de animales calientes, lo que les permite conservar una temperatura corporal de 12°C por arriba de la temperatura del agua. Esta característica les proporciona mayor energía para navegar cientos de kilómetros.
Su dieta consta principalmente de peces pequeños, moluscos, larvas, crustáceos y medusas. Sin embargo, pasan de depredadores o presas cuando se encuentran con leones marinos, orcas y tiburones. En algunas regiones de Asia Oriental se les considera una exquisitez, pese a que se encuentran en la lista de peces en peligro de extinción.
El pez con rostro humano.
En 2019, un misterioso animal sembró el terror en las redes sociales chinas. Una secuencia de imágenes capturadas por un turista en la localidad de Kunming mostró un pez con facciones humanas que emergía a la superficie de un lago. Inmediatamente, en Internet empezaron a divulgarse múltiples teorías de conspiración. Algunos despistados sugirieron que este animal era producto de una mutación genética consecuencia de la contaminación o radiación en la zona.
Sin embargo, la decepcionante verdad surgió varios días después. El pez con rostro de persona no era más que una carpa fantasma, una variedad de carpa (Cyprinus carpio) ornamental obtenida por múltiples cruzas. Las facciones humanas no eran otra cosa que el complejo patrón de manchas en la piel del animal.
Tiburón duende.
El tiburón duende raramente es localizado con vida; sin embargo, se ha observado a profundidades de hasta 1.2 kilómetros en los océanos Atlántico, Índico y Pacífico. Su apariencia viscosa no tiene nada que envidiar a cualquier extraterrestre inventado por la imaginación humana, y es uno de los últimos representantes de una familia de tiburones que prosperó hace 125 millones de años, en el período Cretáceo.
Pero las apariencias engañan, pues el Mitsukurina owstoni es muy perezoso y suele alimentarse de camarones, pulpos, calamares y otros moluscos que también viven en el fondo marino. No representa riesgo alguno para los humanos, sobre todo porque el blandengue Homo sapiens difícilmente sobreviviría a estas profundidades.
El pez gota.
El pez gota o pez borrón (Psychrolutes marcidus) parece todo menos un pez. Los especímenes suelen medir 30 cm y vivir en aguas profundas, a 600 a 1200 metros de profundidad, en las costas de Tasmania y Australia. Cuando un animal habita bajo tanta presión, las vejigas natatorias se vuelven poco eficientes. Por eso, para mantenerse a flote el pez gota posee una carne gelatinosa, con una densidad cercana a la del agua que lo rodea.
Cuando son traídos a la superficie, los peces gota adquieren una apariencia deforme a causa de su musculatura gelatinosa. Afectados por la presión a nivel del mar se transforman en animales flácidos, adquiriendo facciones grotescas que son una reminiscencia del rostro humano.
El pez pene.
El Urechis unicinctus es una especie de gusano marino que habita en las costas de Japón, China y Corea. El animal posee una envergadura cilíndrica de entre 10 y 30 cm de largo, con un color entre marrón y rosa. Se alimentan de los desechos depositados en el fondo del mar, mismos que atrapan lanzando una red mucosa en las paredes de las cuevas que habitan.
Mediante una contracción hacia atrás, el animal agita el agua que lo rodea, provocando que los restos se adhieran a la mucosa. Después, con un movimiento hacia el frente engulle la mucosa y digiere el alimento. Como muchos otros animales marinos, en Asia Oriental lo consideran una exquisitez. Por su parecido con el órgano genital masculino, existe la creencia de que posee propiedades afrodisíacas. Por ejemplo, en Corea suelen consumirlo crudo aderezado con un poco de sal, aceite de ajonjolí y una salsa a base de pimienta. Los que lo han comido dicen que tiene un sabor entre dulce y salado, y una textura muy carnosa.