Aquellos que padecen debilidad resistiéndose a la gula o que han buscado hacer dieta cuando el cuerpo empieza a quejarse de los excesos a la hora de comer, conocen perfectamente el profundo sentimiento de tristeza que se manifiesta a la hora de comer una ensalada mientras imaginan el queso derretido cayendo de una suculenta rebanada de pizza, o cualquier otra cosa deliciosa y super calórica.
La WAS publicó el momento en que el oso arribó a sus instalaciones, donde tuvo dificultades para adaptarse debido a sus problemas de movilidad. Sin embargo, el verdadero reto para Dillan es seguir la dieta saludable que le están proporcionando para que regrese a su peso normal. El oso no comprende la importancia de esto, y odia profundamente su nueva dieta.
Dillan fue rescatado de un pequeño zoológico en Pensylvannia, donde lo mantenían encerrado en un pequeño espacio que imposibilitaba el ejercicio. Además, el personal lo alimentaba con comida barata y repleta de calorías, por lo que engordó muchísimo. Todo ese peso extra empezó a debilitar sus patas, y cada movimiento implicaba dolor para el animal.
Kent Drotar, director de relaciones públicas en WAS, señala que cuando el oso se desplaza, su estómago arrastra en el suelo. El equipo pretende que el oso pierda 45 kg, aunque esto requiere de varios meses de comida saludable y, a juzgar por las imágenes, parece que Dillan la está pasando muy mal.
Sin embargo, hay una cosa que disfruta en su nuevo hogar. El minúsculo ambiente donde lo mantenían cautivo en el pasado se ubicaba justo al lado de un campo de tiro. Ahora, el oso disfruta de un lugar mucho más amplio y sin ruido. Ya se puede afirmar con toda seguridad que “duerme como un oso”.
Aunque no le agrade comer lechuga todo el día, Dillan tiene una buena vida por delante. Cuando se acerque a su peso normal, lo trasladaran a un cautiverio colectivo donde conocerá a una hembra llamada Lily. ¡Aguanta Dillan, te aseguró que valdrá la pena!