Hasta la fecha, Freddie Mercury destaca entre las personalidades más reconocidas y polémicas en el mundo de la música. El fundador y vocalista de la banda Queen nació bajo el nombre de Farrokh Bulsara el 5 de septiembre de 1946. En el cenit de su carrera, la vida privada de Mercury se resumió en noches de juerga donde abundaban el alcohol y las drogas, además de las múltiples relaciones que sostuvo con hombres y mujeres. Un comportamiento promiscuo que resultó en un diagnóstico de SIDA en 1980.
Freddie Mercury procuraba ser reservado con su vida privada y no asumía públicamente su bisexualidad, pese a los constantes cuestionamientos de la prensa. Durante una entrevista para un programa de televisión británico, su hermana Kashmira reveló que Mercury jamás asumió abiertamente sus preferencias sexuales ante la familia, aunque todos lo sabían y no tenían problema con eso.
Mary Austin el gran amor de Freddie Mercury.
Mary Austin, una mujer inglesa que solía ganarse la vida vendiendo ropa, protagonizó la relación más importante en la vida de Freddie Mercury. La pareja se conoció a comienzos de la década de 1970, cuando Austin era apenas una jovencita de 19 años. Ella trabajaba en una tienda llamada Biba, ubicada en el vecindario donde el cantante vivió hasta su muerte.
Mary no era una mujer con dinero o talentos especiales, pero su gran belleza terminó llamando la atención de todos los miembros de Queen. De hecho, Freddie frecuentó Biba durante aproximadamente cinco meses sólo para ver a Mary Austin, hasta que finalmente se animó a invitarla a salir.
Cinco meses después de aquella primera cita, y aunque todavía no eran novios, empezaron a vivir juntos. En múltiples entrevistas, Austin confesó que demoraría aproximadamente tres años en enamorarse de Freddie Mercury. La relación finalizó cuando el artista asumió que también se sentía atraído por los hombres, pero conservaron su amistad por siempre. Mercury quería tanto a Mary que le dedicó la canción Love of My Life y se convirtió en padrino de su primer hijo.
Por si fuera poco, tras la muerte del astro, Mary Austin apareció en el testamento como heredera de dos artículos de gran valor. Además de quedarse con la mansión de Freddie, en la que sigue viviendo hasta nuestros días, la mujer heredó los derechos de autor de todas sus canciones, que siguen generando millones de dólares cada año.
Corazón de condominio.
Aunque protagonizó otras relaciones amorosas, el intérprete jamás titubeó al confesar que Mary fue la persona más importante en su existencia. “Muchos de mis amantes me preguntan porque no pueden sustituir a Mary, pero simplemente es imposible. Mary es mi única amiga, y no quiero a nadie más. Para mí, es como un matrimonio. Creemos el uno en el otro, y con eso me basta”, declaró Mercury.
A finales de la década de 1970, Freddie se embarcó en una relación de un año con uno de los ejecutivos de Elektra Records y, poco después de terminar, comenzó otra relación con la actriz austríaca Barbara Valentin. Para 1985, Mercury empezó una relación seria con Jim Hutton, un peluquero que se quedaría al lado del intérprete hasta el final de sus días. Incluso después que le diagnosticaran SIDA, Jim se quedó a su lado. Hutton estaba junto a la cama del astro al momento de su muerte.
Freddie Mercury y el SIDA.
Según las declaraciones de Jim Hutton, a Freddie le diagnosticaron SIDA en 1987, y en ese momento decidió negarlo cada vez que le preguntaran sobre el tema. Sin embargo, a Mercury ya lo venían cuestionando sobre su condición médica desde 1986, aún sin la confirmación de su enfermedad.
En poco tiempo, y a medida que disminuyó sus apariciones públicas, el fundador de Queen se veía más delgado y pálido, avivando las sospechas de la prensa sobre su condición de salud. Consciente de que no le quedaba mucho tiempo de vida, Mercury grabó para Queen en junio de 1991, con la intención de que la banda llegara a su fin poco después. En una de esas grabaciones, Freddie tuvo que retirarse pues ni siquiera podía mantenerse en pie.
Esos últimos días, Freddie perdió la vista y se quedó permanentemente en cama. El 10 de noviembre de 1991, decidió abandonar la ingesta de medicamentos y esperar la muerte. El 29 de noviembre se publicó un comunicado de prensa sobre su enfermedad.
Un día después, por la madrugada, Freddie Mercury se extinguía tras una bronconeumonía agravada por el SIDA. El funeral tuvo lugar tres días después, un evento donde el cuerpo del astro fue cremado en el cementerio de Kensal Green. Sólo Mary Austin, que recibió las cenizas, Jim Hutton, la familia de Freddie y los miembros de Queen saben el lugar exacto donde se depositaron los restos de la leyenda.