En un antiguo presbiterio de Saint-Tropez un hombre que realizaba trabajos en el lugar mientras destruía una vieja chimenea encontró varias cajas de cigarros escondidos en una esquina. Cuando lo abrió tenía varias piedras preciosas que sumaban al menos sesenta.
El trabajador tras el hallazgo se movilizó para declararlo. "Las piedras fueron mostradas a un joyero, quien concluyó que su valor era bajo ", explica Yves-Marie Sévillia director de gabinete de Monseñor Rey, obispo de Fréjus-Toulon.
“ Me enteré de este descubrimiento en enero. En el obispado, sentimos sorpresa, incluso asombro". Se dice que el origen y la procedencia de estas piedras son actualmente completamente desconocidas.
En un antiguo presbiterio de Saint-Tropez un hombre que realizaba trabajos en el lugar mientras destruía una vieja chimenea encontró varias cajas de cigarros escondidos en una esquina. Cuando lo abrió tenía varias piedras preciosas que sumaban al menos sesenta.
El trabajador tras el hallazgo se movilizó para declararlo. "Las piedras fueron mostradas a un joyero, quien concluyó que su valor era bajo ", explica Yves-Marie Sévillia director de gabinete de Monseñor Rey, obispo de Fréjus-Toulon.
“ Me enteré de este descubrimiento en enero. En el obispado, sentimos sorpresa, incluso asombro". Se dice que el origen y la procedencia de estas piedras son actualmente completamente desconocidas.