Los hallazgos antropológicos de las últimas décadas sugieren que la evolución humana es resultado de un festival de copulación entre diversas especies de homínidos. Por ejemplo, hace poco nos enteramos que gran parte de los Homo sapiens vivos portan ADN de neandertales. La única explicación para esto es que nuestros ancestros “echaron pasión” con la otra especie.
Copulación interespecie y evolución humana.
El hombre de Neandertal surgió hace unos 400 mil años. Los Homo sapiens, hace 300 mil. Como hablamos de especies humanas, evidentemente tenemos un ancestro común entre ambas: el Homo heidelbergensis, que surgió hace 800 mil años. Sin embargo, el heidelbergensis también originó otra especie de la que supimos hace apenas una década: los denisovanos. ¿Y, adivina qué? También transportamos ADN del hombre de Denísova en nuestras células. Es decir, también hubo copulación interespecie en este caso.
El Homo heidelbergensis surgió en África y se desplazó hacia Europa y Asia. Aquellos que se establecieron en Europa, evolucionaron como neandertales. Los que se dirigieron a Asia, se convirtieron en denisovanos. Y los que se quedaron en África se convirtieron en Homo sapiens, una especie que saldría de este continente hace unos 80 mil años, muy poco en términos evolutivos, para conquistar el planeta entero.
Y este panorama evolutivo se cierra con el humano más antiguo de todos: el Homo erectus, una especie que antecedió al heidelbergensis y surgió hace unos 2 millones de años. En el árbol evolutivo, estos son nuestros abuelos. Naturalmente, las ramas de este árbol son muy complejas. Los animales (humanos o no humanos) no se convirtieron en lo que son de la noche a la mañana. Evolucionaron muy despacio.
Por eso, los heidelbergensis que originaron los neandertales y denisovanos en Eurasia eran distintos a los heidelbergensis que se mantuvieron en África y originaron al sapiens. Sin embargo, para los antropólogos hace mucho más fácil las cosas referir a ambos como heidelbergensis.
Cruza con especie arcaica.
El gran descubrimiento ahora es que el heidelbergensis que fungió como ancestro común entre neandertales y denisovanos llegó a cruzarse con una especie primitiva de erectus, que se separó hace 2 millones de años del linaje que originaría al sapiens, neandertales y denisovanos. El antropólogo estadounidense Alan Rogers llegó a esta polémica conclusión tras analizar, durante 3 años, el ADN en fósiles de estas especies.
En resumen, ese ancestro común adquirió, hace aproximadamente 700 mil años, ADN de esta especie súper arcaica de erectus, y estos genes pasaron a formar parte del ADN denisovanos y neandertales, aunque no de los sapiens.
Tampoco hablamos del escándalo del siglo. Sin embargo, esta clase de hallazgos ayudan a comprender lo que ha sido la evolución humana: un bacanal. Y pocas cosas son más humanas que eso.