jueves, 5 de marzo de 2020

Este es el único animal que siempre está preñado

En la mayoría de los mamíferos, el ciclo reproductivo pasa por cuatro etapas separadas: ovulación, fertilización, embarazo y lactancia.
Los canguros y ualabíes siguen una estrategia distinta. Sus crías nacen en una etapa precoz del desarrollo y terminan de desarrollarse con un largo periodo de lactancia. Para colmo, la ovulación y el parto pueden sucederse en un periodo muy corto de tiempo, que a veces solo dura unas horas. Pero hasta ahora no se conocía ninguna especie en la que el celo fuera más corto que el embarazo.
Te presento al ualabí de pantano: un marsupial de Australia oriental que puede aparearse y formar un nuevo embrión antes de que nazca el feto que ya lleva en su vientre.
Las hembras ovulan, se aparean y conciben una nueva vida mientras están gestando, por lo que están preñadas y lactando a la vez durante toda su vida reproductiva, una estrategia de reproducción nunca vista que ha sido descrita por primera vez en Proceedings of the National Academy of Science.
Como todos los marsupiales, los ualabíes de pantano tienen dos úteros, cada uno con su propio ovario y cuello uterino. Cuando una hembra se aparea (en enero o febrero), ya está preñada del año anterior. El óvulo recién fertilizado y el feto a punto de nacer se encuentran en úteros distintos. Al cabo de uno o dos días, la madre da a luz, la cría se arrastra hasta el marsupio (la bolsa) y comienza el periodo de lactancia.
El embrión permanece latente en el útero hasta diciembre, en una fase denominada diapausa embrionaria. En diciembre, la cría ya nacida se desteta, lo que da pie al crecimiento del embrión. Cuando este nace, la madre ya ha ovulado, se ha apareado y ha vuelto a quedarse preñada, un ciclo que no cesa hasta el fin de su vida reproductiva, indica Gizmodo.
Los investigadores llegaron a esta conclusión tras hacer ecografías a diez ualabíes cautivos. Si bien existe otro animal, la liebre europea, que puede quedarse embarazado mientras está gestando, el ualabí de pantano es el único que siempre lo está.
Los investigadores no saben cómo se produce la concepción, pero saben cuándo, y parece claro que las hormonas que nutren al feto durante el desarrollo son diferentes a las que permiten la implantación de un óvulo fertilizado. Aun así, queda mucho por aprender de estos marsupiales.