Patrick Mitchell es un joven australiano que tras haber iniciado el tratamiento hormonal para su transición, se arrepintió de intentar ser una mujer.
Todo comenzó cuando le detectaron "disforia de género" y rogó a sus padres que lo apoyaran a convertirse.
Dos años después del proceso, justo cuando sus compañeros y profesores de escuela comenzaron a identificarlo como mujer, se cuestionó si realmente había hecho lo correcto.
"Me miro a los ojos y me dijo: 'Simplemente no estoy seguro de que soy una niña'", comentó su madre antes de anunciar que Patrick se someterá a una cirugía de reducción del tejido mamario.